Cargando...

Felipe González, PSOE

Felipe González ataca con lo que el PSOE calla por miedo a Sánchez

La entrevista de Felipe González con Carlos Alsina, en Onda Cero, ha sido un deleite para muchos socialistas que piensan exactamente lo mismo que el expresidente del Gobierno. Pero callan por miedo.

Felipe González y Emiliano García-Page, en una imagen de archivo Esteban González / JCCM

Las verdades del barquero. El expresidente del Gobierno Felipe González ha desnudado como nunca antes lo había hecho al Emperador (Pedro Sánchez) sin perderse en consideraciones de lo que dicta lo políticamente correcto en clave orgánica. También ha atizado al PP en cuestiones de puro sentido común, como el dislate del expresidente del Gobierno José María Aznar de poner en duda nuestro sistema electoral. Quizás lo más demoledor de todo lo que le ha dicho a Carlos Alsina es que a Pedro Sánchez ya no le queda ningún poder. Ninguno. Puede prolongar todo lo que quiera su estancia en la Presidencia del Gobierno porque las competencias que le concede la ley así lo disponen, pero es un presidente sin poder alguno, un títere en manos de sus socios, de su propio ego, y de lo que vayan investigando la UCO y los jueces.

Clarividente ha sido también cuando ha explicado los casos de corrupción que afectan a su partido, y ha señalado directamente al Gobierno, porque es un problema del gobierno ya que las adjudicaciones no las decide el partido, sino el BOE del Consejo de Ministros. En concreto, el expresidente ha calificado de "completamente ridículo" que el escándalo de Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García se sitúe como un problema del partido y no del Gobierno. "El informe de la UCO se centra en un 99% de decisiones gubernamentales. La inmensa ventaja que tiene nuestro país es la UCO, la policía judicial".

A su juicio, Sánchez debería como mínimo convocar elecciones y, además, después de siete años de gobierno, dar paso a otro candidato que repusiera la imagen del Partido Socialista.

Si se hace una encuesta interna por federaciones socialistas, más del 90 por ciento de los que hoy ocupan cargos de responsabilidad compran el análisis del expresidente del Gobierno. Saldrá la jauría oficial a criticar sus críticas, tachándolas de deslealtades al Emperador. Pero en verdad en el PSOE son conscientes de que lo que se atreve a decir Felipe González no es sino la estricta descripción realista del drama que supone para el PSOE no ser capaz de liberarse del mando de Sánchez.

Aquellos que aplauden en privado las declaraciones de González o del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pero no se atreven a aplaudir en público, es por miedo al aparato de Moncloa, pero también a la militancia. El PSOE es un partido preso de dos cosas, del poder sanchista y del poder de una militancia que aupó al hoy presidente del Gobierno, pero que no representa al sentir mayoritario de los votantes que necesita el PSOE para volver a ser, como reivindica Felipe González, un partido de mayorías.

Mientras voces como la de Emiliano García Page, Susana Díaz, Eduardo Madina, Javier Lambán, y otros tantos dirigentes socialistas no sean capaces de organizarse y levantarse sin miedo contra un presidente sin poder, aunque no lo crean, no estarán haciendo ningún servicio al partido que defienden.