Casa Real

Felipe VI ultima nuevas medidas de regeneración para la Corona

Felipe VI y su equipo trabajan desde la vuelta de Palma para presentarlas a partir de septiembre

Don Juan Carlos y Don Felipe, durante la sanción de la abdicación el 18 de junio
Don Juan Carlos y Don Felipe, durante la sanción de la abdicación el 18 de juniolarazon

Convoca estos días reuniones maratonianas en La Zarzuela porque «nada se dejará a la improvisación». Entre los asuntos, se perfila el papel de Don Juan Carlos y si llamarle Rey Padre o Rey Emérito.

Desde que los Reyes regresaron de Palma de Mallorca, a mediados de agosto, Felipe VI ha permanecido en el Palacio de la Zarzuela trabajando. Un «verano atípico», catalogan desde la Casa del Rey, ya que, además de las reformas en la Corona que se anunciaron en julio, fuentes de Zarzuela informan de que el Monarca y su equipo ya están trabajando en una serie de medidas nuevas que empezarán a ver la luz a partir del mes de septiembre, y que tienen como objetivo continuar la línea de renovación de la Monarquía que mencionó Don Felipe en el discurso de su proclamación.

Por otro lado, una de las grandes incógnitas que continúan sobre la mesa desde la abdicación de Don Juan Carlos es cuál será el papel institucional del Rey saliente, que todavía no se ha definido. Según informan desde la Casa, padre e hijo están ya manteniendo conversaciones y «ultimando las líneas de actuación» que no sólo Don Juan Carlos, sino también Doña Sofía, tendrán que seguir de acuerdo a lo que finalmente establezca el Rey. Estas ocupaciones se harán públicas a partir del próximo trimestre.

Continuidad de reinado

El pasado 6 de agosto, Don Juan Carlos, por decisión del Ejecutivo, viajó a Colombia para asistir a la toma de posesión del presidente Juan Manuel Santos, en un cambio de papeles, ya que hasta la fecha ha sido «cometido» del entonces Príncipe de Asturias desde 1996. Pero ha sido la única vez que se ha visto al padre del Jefe de Estado participar en un acto público desde que su hijo tomara el relevo de la Corona. En el primer «briefing» que Zarzuela ofreció a los periodistas tras la abdicación de Don Juan Carlos, fue prioridad de la Casa remarcar que el Reinado de Felipe VI no implicaría una ruptura respecto al anterior, sino una continuidad, por lo que, según pudo saber este periódico, Don Juan Carlos seguirá al servicio no sólo de la Corona en lo que a, entre otras cosas, agenda de contactos se refiere, sino también del Gobierno, y seguirá haciendo gala de su reconocido papel de embajador para promocionar al país en el exterior.

El pasado mes de julio, la Casa del Rey ya anticipó algunas reformas planificadas por el Monarca y su equipo que estarán aprobadas antes de diciembre de este año, como un código de conducta que afectará al personal de la Casa para impedir cualquier posible caso de corrupción y un régimen jurídico específico para los regalos que reciban los miembros de la Familia Real. Sin duda, la medida más impactante fue la prohibición de desempeñar actividades en el sector privado. Desde la Corona enfatizan en que «nada se dejará a la improvisación» en la hoja de ruta que seguirá la Monarquía «en tiempos de Felipe VI», cuya prioridad será conectar con todos los sectores de la sociedad, lo que ya se ha percibido en algunos gestos recientes, como el hecho de que en Palma de Mallorca dieron un viraje a la tradicional cena con autoridades para convertirla en una recepción de 200 asistentes de distintos sectores sociales.

Felipe VI compaginará esta política innovadora con una apretada agenda, cuyo compromiso internacional más importante será el próximo mes en Nueva York con motivo de la celebración de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde también tendrá lugar una cumbre sobre el cambio climático, y está previsto que continúe, junto a la Reina, la gira de presentación por otros países de la Unión Europea. Por otro lado, el Rey debutará en los actos oficiales que le corresponden como Jefe de Estado y que Don Juan Carlos presidía cada año, como es la apertura del año judicial –que este curso se ha adelantado al 10 de septiembre– o la Fiesta Nacional del 12 de octubre, aunque en este acto el Rey tiene experiencia, ya que el año pasado representó a su padre por encontrarse éste convaleciente a raíz de su última operación de cadera. Independientemente de su agenda oficial, Felipe VI asumirá los compromisos institucionales ordinarios que mantenía su padre, como los encuentros con todos los líderes parlamentarios que, según informan fuentes cercanas al Rey, empezarán a producirse en la apertura del curso político.