Gobierno de España

Fernando Martínez Maillo: «Hay que perder el miedo a criticar a Ciudadanos»

El coordinador general del PP asegura que «la comunicación es importante, pero no lo único. No vayamos a caer en la tentación de movernos sólo por los titulares de la prensa»

Maillo considera que «sin los votos del PSOE no es posible sacar nada adelante»
Maillo considera que «sin los votos del PSOE no es posible sacar nada adelante»larazon

El coordinador general del PP asegura que «la comunicación es importante, pero no lo único. No vayamos a caer en la tentación de movernos sólo por los titulares de la prensa».

–Hay mucha expectación con la reunión de la Junta Directiva Nacional que esta mañana ha convocado el presidente del Gobierno. ¿Qué hay que esperar de ella? ¿Habrá cambios en el equipo?

–Tenemos que esperar. La Junta es el máximo órgano entre congresos y hay que respetar a sus miembros. El PP necesita prepararse para los próximos retos electorales. Tenemos un partido muy fuerte, unido y con una gran implantación territorial y vamos a recuperar los gobiernos que nos quitaron los pactos de perdedores sin respetar la voluntad de las urnas.

–¿Qué papel le queda al PP en Cataluña sin tener ya ni siquiera grupo propio en el Parlament?

–En el día a día, lo importante es lo que sumamos los partidos constitucionalistas. No es una cuestión de cantidad, sino de estar y defender los principios en los que creemos. La dimensión del PP catalán no está sólo en sus escaños, sino en su potencia a nivel nacional y en que es el que gobierna España.

–¿Pero los cuatro escaños no obligan a hacer autocrítica, a revisar el proyecto y el liderazgo?

–Primero vamos a esperar a la constitución del nuevo Gobierno de la Generalitat. Es la posición más prudente. Pero es evidente que tenemos que reflexionar sobre el futuro y tomar decisiones.

–¿En su reflexión sobre Cataluña incluirán el relevo de García Albiol, su actual líder?

–Es una decisión que no corresponde a la dirección nacional del PP. Tiene que valorarla el PP catalán y quien se presentó como candidato nuestro en las elecciones.

–Bueno, y Rajoy, ¿no?

–Insisto, corresponde al PP catalán, aunque, en cualquier caso, no es un problema de nombres. Tenemos que analizar la situación y hacerlo sin olvidar el contexto en el que se produjeron estas elecciones y cómo todo ha estado condicionado por los dos bloques, el constitucionalista y el independentista. Esto ha hecho que el voto útil se moviera en función del deseo de muchos catalanes de frenar el desafío independentista. El reto es que nadie pueda sentirse frustrado porque el voto útil que ha reclamado Ciudadanos durante la campaña se ha convertido en un voto inútil para gobernar en Cataluña.

–¿Hay ya motivos para pensarlo?

–En sus primeras decisiones han cometido errores importantes. Por quedarse parados, por no hacer una ronda de contactos, por ni siquiera llamar por teléfono a los otros partidos constitucionalistas. En la gestión de los resultados han demostrado inmadurez y lo lamentamos. No dijimos que tuvieran que ir a la investidura, pero sí guardar las formas en los pasos previos y no dejar toda la iniciativa a los soberanistas. No sólo lo pensamos nosotros. También se ha quejado el PSC, y hasta en Ciudadanos lo piensan.

–¿Por qué cree que no han tomado la iniciativa?

–A todos nos gusta triunfar. La frustración viene de decidir y equivocarse, de asumir riesgos. Se llama responsabilidad. Todavía hay margen para rectificar. Hay que ver qué sucede después de la desbandada de líderes independentistas que se está produciendo.

–En Cataluña no parece que entiendan su discurso.

–Las autonómicas no son unas generales. En las últimas generales tuvimos mejor resultado que Ciudadanos. Tenemos más diputados por Cataluña en el Congreso que ellos. Y los catalanes distinguen bien el tipo de voto. Ya le he dicho que hay que circunscribir el resultado de las últimas elecciones catalanas a un contexto de bloques y al ansia de echar al independentismo. Esto hizo que se pensara que concentrar el voto en una formación era lo mejor. Ciudadanos hizo una buena campaña para ellos, que en otro momento sería legítimo, y no pensó en que tachar de «voto basura» el voto al PP o al PSC no ha sido la mejor manera de fortalecer el constitucionalismo.

–Sostiene que el desastre catalán no es extrapolable, pero dentro del PP hay una preocupación creciente por la presión de Ciudadanos y por la sensación de que siguen comiéndoles terreno electoral, no sólo en Cataluña.

–Es normal que la gente se preocupe. Pero el análisis de la situación aconseja llamar a la tranquilidad y a la prudencia. En 2015, Ciudadanos ya consiguió 21 escaños en Cataluña, y después nosotros ganamos en las dos generales que se celebraron. No quiere decir que no haya que estar atentos. Tenemos que mejorar, evaluarnos y hacer las cosas mejor. Pero hay que colocar todo en su contexto. Hacer una extrapolación automática es tanto como hacer ciencia ficción.

–¿En qué deben mejorar?

–En términos de iniciativa de gobierno y de partido. Hay que recuperar el debate sobre la economía y el empleo, porque ahí están los resultados, y son muy buenos. Vamos a defender nuestra posición a favor de la prisión permanente revisable y otros aspectos básicos de nuestro programa. Y no hay que tener miedo a criticar a Ciudadanos. Es bueno señalar las contradicciones entre un partido como nosotros, que miramos por el interés general, y otros que actúan en función de por dónde sopla el viento. Así lo han hecho con el 155, y ya se verá cuánto tardan en cambiar de postura con la prisión permanente. Apuesto a que muy poco.

–Entonces, ¿el problema del PP no es sólo de comunicación?

–¿En Cataluña o a nivel nacional?

–Empiece por donde quiera.

–En Cataluña, evidentemente el problema es más profundo. El PP ha sido muy demonizado por el independentismo y ha tenido que tomar decisiones que se han entendido fuera, pero no allí, como el recurso contra el Estatut o la aplicación del artículo 155.

–¿Y a nivel nacional?

–La comunicación es importante, pero no es lo único. No vayamos a caer en la tentación de movernos sólo por los titulares de la prensa como otros. Tenemos que mejorar en nuestras fortalezas, en nuestro fondo, en la iniciativa política.

–¿Y cuáles son sus objetivos a nivel nacional?

–A nivel nacional, nuestro partido es un valor seguro en términos de seguridad, economía, empleo, pensiones y cohesión territorial. Es verdad que durante muchos meses el problema catalán lo ha ocupado todo, pero ahora tenemos que ser capaces de introducir en la agenda cuestiones muy importantes para los españoles, como el pacto de pensiones, la financiación autonómica, la equiparación de sueldos a Policía y Guardia Civil... Y hay que seguir trabajando por mantener el crecimiento económico y el empleo, que sigue siendo la principal preocupación de los españoles.

–¿Su principal debilidad es la identificación que hace Ciudadanos de ustedes con un «partido viejo» y marcado por la corrupción?

–Cuando se tienen más de 20.000 cargos públicos es inevitable que haya comportamientos irregulares de algunos, aunque sean pocos. Eso no le pasa a quien no ha gobernado nunca. Otra cosa es que sin gobernar, el Tribunal de Cuentas no valide la financiación como le pasa a Ciudadanos, a Bildu o a IU. Ciudadanos lo justifica como «distinto criterio contable», pero por algunas de las cuestiones que denuncia el Tribunal de Cuentas sobre la financiación de Ciudadanos hay gente del PSOE y del PP procesada.

–¿Se puede equiparar ese informe con el «caso Gürtel» y los demás casos que afectan al PP, o Filesa si no quiere que señale a su partido, sin caer en la exageración?

–La corrupción no es un problema de cantidad. Con el dinero público no se juega ni por un euro, ni por millones. El mensaje de regeneración de Ciudadanos es incompatible con ese informe del Tribunal de Cuentas. Radicalmente incompatible. Cuando recibes donaciones de empresa para financiar la campaña, como aparecen ahí, no puedes dar lecciones de nada. Es verdad que por 14.000 euros, pero por eso mismo hay procesos judiciales abiertos en Valencia contra el PP.

–Las cantidades que se manejan en los casos de corrupción que afectan a dirigentes del PP multiplican esos 14.000 euros.

–Insisto, la corrupción no es un problema de cantidad.

–¿Esta nueva política de salir a morder al cuello a Ciudadanos es compatible con el pacto de investidura que les une?

–Claro que es compatible, Ciudadanos también nos critica, es el juego político, aunque algunos tengan la piel muy fina. Tenemos la obligación de decir a los españoles lo que pensamos de la situación política y de las propuestas que plantean todas las fuerzas. Vamos a seguir cumpliendo nuestro pacto de investidura con Ciudadanos, pero tenemos que llegar a acuerdos con el PSOE, con quien realmente sumamos. En temas de Estado, nuestro objetivo es pactar con el PSOE, porque es un partido de gobierno y sin sus votos no es posible sacar nada adelante. Los partidos alternativa de gobierno en España son el PP y el PSOE, y tenemos que acordar grandes reformas en pensiones, educación o financiación.

–¿Su socio prioritario es de nuevo el PSOE, como en el arranque de la Legislatura?

–Tenemos voluntad de acuerdo con el PSOE por razones numéricas, como le he dicho.

–Las reformas que exigía Ciudadanos para eliminar los aforamientos y para imponer la limitación de mandatos quedan ya para otra Legislatura, si acaso, ¿no?

–Ciudadanos sabe, y así lo pactaron, que exige una reforma constitucional. Nosotros no nos negamos, pero hay que plantearlas donde hay que plantearlas. Y la limitación de mandatos quieren aplicarla porque tienen miedo a Rajoy como candidato, por eso insisten tanto.

–¿Y por eso no la van a apoyar, para que Rajoy repita?

–No le afectaría porque no tiene efecto retroactivo. Lo saben.

–¿El resultado catalán y la presión creciente de Ciudadanos aconsejan abrir una reflexión sobre la candidatura a las generales?

–El mayor activo que tiene el PP se llama Rajoy. Representa los valores del PP y es una garantía de estabilidad y confianza en el futuro. Protagoniza las reformas económicas que necesita España, ha defendido la unidad de nuestro país, y su proyecto reformista tiene un nuevo impulso con las grandes reformas que necesitamos

–Si no hay Presupuestos de 2018, ¿es razón para anticipar las elecciones generales?

–¿Puede haber Gobierno sin Presupuestos? Sí. ¿España puede estar sin Presupuestos? No. Bloquear los Presupuestos tiene sus consecuencias, y deberían valorarlo las fuerzas políticas. Es un bloqueo a la financiación de políticas sociales o a la equiparación de sueldos de la Policía y la Guardia Civil. Es un bloqueo, en definitiva, a la economía española que tiene sus consecuencias.

–Volviendo a Cataluña, ¿usted qué cree que va a pasar?

–No sé qué van a hacer ellos, pero sí qué vamos a hacer nosotros. No permitiremos una investidura telemática y acudiremos a los tribunales para que la anulen. A partir de ahí, en Cataluña tiene que haber la misma normalidad constitucional que en el resto de comunidades. La investidura que plantea Puigdemont es simplemente imposible.

–Ya hemos visto cómo se cumplían otras cosas que también parecían imposibles.

–No han conseguido ninguno de sus objetivos. Y ahora están dejando ver su debilidad porque las instituciones y el Estado de Derecho han funcionado.

–¿Por qué está desbandada, este abandono a Puigdemont?

–La debilidad del independentismo es consecuencia de la fortaleza del Estado de Derecho, del liderazgo del Gobierno y de Mariano Rajoy. Sin nuestra fortaleza esas renuncias no se habrían producido. Los independentistas han visto que el Estado de Derecho funciona y tiene agallas para defenderse y aplicar la ley. Se han convencido de que aquí no valen los juegos.

–¿Están satisfechos con el apoyo del PSOE en Cataluña?

–Si no hubieran apoyado el 155 habrían dejado de ser un partido español. Ése ha sido el fallo de Podemos. Es verdad que la interlocución con el PSOE es razonable, aunque tengamos diferencias. No entendemos, por ejemplo, que digan que Podemos ya no es su aliado estratégico por su posición en Cataluña y que sigan gobernando con ellos en comunidades y ayuntamientos para ir contra el PP.

–La debilidad de Podemos les resta a ustedes y fortalece al PSOE, ¿no?

–La debilidad de un partido antisistema, que no cree en España, es una buena noticia. Un partido como Podemos es contrario al interés general, y eso está por encima de los intereses de partido.

–¿Qué pensó al escuchar las acusaciones de Rato en el Congreso contra compañeros suyos?

–Que en el ejercicio de su derecho a la defensa llegaba muy lejos.

–¿Mintió?

–Las personas procesadas por delitos muy graves no tienen la obligación de decir la verdad. Es el problema de forzar la comparecencia de personas encausadas en graves procedimientos. Pueden decir lo que quieran porque más que en la verdad están pensando en ellos.

–¿Cómo ha podido acabar así alguien que ha sido todo en el PP?

–Esa pregunta habrá que hacérsela a él. No es muy reconfortante lo que le ha sucedido.

–Por cierto, ¿no sería más fácil entregarle a Ciudadanos la «cabeza» de la senadora Pilar Barreiro, de la que exigen su dimisión por estar investigada en la pieza separada de «Púnica», que aguantar el desgaste de la crítica por la corrupción?

–Ciudadanos siempre hace lo mismo cuando tiene problemas.

–Ahora parece que les va bien.

–La falta de iniciativa en Cataluña y el informe del Tribunal de Cuentas no son buenos. Nosotros estamos cumpliendo el acuerdo firmado con Ciudadanos, ellos están sobreactuando. Barreiro ha ido voluntariamente a declarar ante el juez. Hay que esperar a que el Supremo se pronuncie sobre si hay o no imputación. En eso consiste el acuerdo que firmamos, y quienes están incumpliéndolo son ellos por exigir la dimisión antes de tiempo. También lo están incumpliendo por tener unas cuentas no aprobadas por el Tribunal de Cuentas. El acuerdo hablaba de transparencia y de cuentas saneadas.

–Aznar, sin embargo, parece que se siente últimamente más cerca de Rivera que del PP.

–Yo le veo como un afiliado del PP.

–¿Pese a sus coqueteos con Cs?

–Aznar sigue militando en este partido y es una referencia.