Investidura

El Gobierno busca legitimar su pacto con Junts: «Es eso o PP y Vox»

Sánchez evocará la «foto de Colón» para cohesionar sus filas y atraer al independentismo al acuerdo

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, en el Congreso de los DiputadosAlberto R. RoldánLa Razón

El PSOE ha intensificado en las últimas semanas la operación de blindaje de la figura de Pedro Sánchez ante el horizonte de negociaciones para su investidura. Una operación que se activó oficialmente una vez se demostró frustrada la encomienda de Alberto Núñez Feijóo, y que tiene un punto de inflexión con el encargo oficial por parte de Felipe VI para conseguir la confianza del Parlamento. El líder del PSOE limita su exposición pública, muy medida y con mensajes calibrados al milímetro.

En clave interna, de partido, Sánchez ha protagonizado dos mítines, los últimos dos sábados, en Andalucía –en Sevilla y Granada–, la federación más numerosa de los socialistas, aunque haya dejado de ser el pulmón electoral del PSOE en favor de Cataluña. El esfuerzo de pedagogía para digerir la amnistía se hará de cara a la opinión pública, ya se presenta por el propio presidente en funciones como «una forma de tratar de superar las consecuencias judiciales de la situación que vivió España con una de las peores crisis territoriales», pero también a nivel interno, hacia las filas de una formación en la que este tipo de concesiones al independentismo dispara los recelos.

Las negociaciones con Junts son un trágala para buena parte del PSOE, por lo que en la dirección quieren simplificar al máximo los términos de la disyuntiva, planteándola con una sencilla pregunta: «¿Queréis que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno?» El fin justifica los medios. Y si hay alguna duda o reticencia de cara a la negociación con Carles Puigdemont, en seguida se recuerda lo que hay enfrente: «Es esto o PP y Vox».

Para evocar esta amenaza o reafirmarse en su legitimidad como única alternativa a la repetición electoral, que daría otra oportunidad a la suma de las derechas, el Gobierno mira con simpatía la movilización del constitucionalismo que hoy se producirá en Barcelona. La manifestación de Sociedad Civil Catalana permite al Ejecutivo resucitar la «foto de Colón» que tanto rédito electoral le generó en 2019 y en las últimas generales, donde se espoleó al votante, más allá del espacio progresista, con la expectativa de un ejecutivo con influencia de la ultraderecha. Este efecto cohesionador no solo tiene efecto en sus filas, sino también de cara a los independentistas, para atraerles al acuerdo: «Esto es lo que hay enfrente».

A falta de conseguir el aval del Congreso de los Diputados, Sánchez se enfoca ahora en legitimar su futuro pacto con Junts. «El 23J los ciudadanos no eligieron a Feijóo presidente del Gobierno ni al líder de Vox, Santiago Abascal, como vicepresidente», aseguró el líder socialista ayer en Granada, para apuntar inmediatamente: «Los ciudadanos no votaron para que repitamos elecciones en enero, por eso ese es el compromiso, trabajar por cuatro años más de avances y convivencia en el marco de la Constitución». Sánchez se ve así ungido por el resultado electoral de las generales, porque «si algo nos han demostrado las urnas, es que quien quiera aspirar a gobernar España tiene que comprender y asumir dos cosas: el pluralismo político y la diversidad territorial».