Inmigración
El gobierno descarga el caos de Barajas en Rabat
España pide a Marruecos que impida que senegaleses sin visado Schengen viajen a Madrid
La crisis de los solicitantes de asilo en el aeropuerto de Barajas suma un nuevo capítulo.El Gobierno mueve ficha y solicitó ayer a Marruecos que vete el embarque en vuelos comerciales con escala en nuestro país a los viajeros con pasaporte de Senegal que no tengan visado Schengen. Este movimiento trata de frenar el incremento de llegadas al aeropuerto de Barajas de ciudadanos de este país que aterrizan desde vuelos procedentes de Casablanca, especialmente de la compañía Air Maroc. Antes de pisar suelo español suelen deshacerse de su documentación y una vez que entran en España piden asilo haciéndose pasar por ciudadanos de países en conflicto. Esta práctica, que no es nueva, se ha disparado en las últimas semanas y ha provocado el colapso en el sistema de petición de protección internacional en frontera además del hacinamiento en las salas de espera.
El Ministerio de Exteriores a través de la embajada española en Rabat envió una nota verbal a las autoridades marroquíes para que «adopte las medidas necesariaspara impedir temporalmente» el embarque de estos ciudadanos. La nota de la embajada, publicada por la Cadena SER, solicita a Marruecos que esta medida se extienda hasta que entre en vigor la obligatoriedad de contar con un visado de tránsito para los senegaleses, como ya existe para los titulares de pasaporte keniano. La fecha en la que entrará en vigor la exigencia de ese visado es el próximo 19 de febrero.
Paralelamente, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) instó ayer al Ejecutivo a que extienda la exigencia de visado de tránsito a los viajeros con pasaporte de cualquier país subsahariano, ya que tras frenarse los casos de solicitantes de asilo de Kenia o Senegal, está aumentando la llegada en tránsito de ciudadanos con pasaporte mauritano.
Según explican, el hacinamiento en las salas de Barajas «ha descendido de forma notable». Entre las razones que esgrimen está precisamente «la cooperación» en origen para impedir que embarquen. Estas mismas fuentes señalan que en estos momentos hay unas 300 personas en las salas de Barajas, que se están descongestionando gracias al «ingente esfuerzo» de los policías que trabajan en el aeropuerto y a las autorizaciones de entrada excepcionales que se están dando desde la Comisaría General de Extranjería y Fronteras.
Aunque el control en origen parece que está dando resultado en el aropuerto madrileño, algunas ONG critican que se deje en manos de Rabat el control de las personas. Es el caso de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) quien consideró que es una «vuelta de tuerca más en la externalización de fronteras». Recuerda al Gobierno que para evitar el colapso puede puede aplicar el artículo 38 de la ley de asilo, que contempla la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados en terceros países.
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