
Narcotráfico
Los grandes capos de la droga se pasan a las "narcopateras"
Los tradicionales clanes que se dedican al narcotráfico en el Sur de España amplían sus negocios para obtener más beneficios

La flota de narcolanchas son el principal sustento de los grandes capos de la droga. La utilidad de estas embarcaciones ha ido variando con el tiempo: personas, sustancias estupefacientes o gasolina. Todo vale para conseguir el máximo beneficio. "El narcotráfico ha visto un filón en la inmigración y ha creado una industria auxiliar", explican a LA RAZÓN fuentes policiales. La provincia de Almería es uno de los puntos más castigados por esta actividad ilícita.
Hace un año, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria desmanteló la mayor plataforma logística de abastecimiento de combustible para narcolanchas del Mediterráneo. Esta organización criminal había establecido su "gasolinera marítima" en Adra (Almería). Tenían 25 embarcaciones, 40.000 litros de combustible y 700.000 euros en efectivo. Una cantidad que refleja lo lucrativo que está siendo el negocio del petaqueo.
Esta operación fue una de las mayores contra este tipo de ilícitos de los narcos. Sin embargo, un año después todo sigue igual. "Cuando hay temporal es fácil ver en nuestra costa a diez gomas que bajan más a costa del pairo, cuando viene el helicóptero de Granada se esconden en las calas de Cabo de Gata", detallan estas fuentes.
Y es que, como suele pasar en el mundo de los narcos, cuando cae un clan otro se apodera de su territorio. En la actualidad han venido a cubrir este vacío desde El Ejido o Algeciras. Uno de los principales rumores en los bajos fondos de estas organizaciones criminales es que los Pantojas cambiaron sus intereses del hachís al petaqueo.

No es difícil divisar a los miembros de estos grupos por la zona cercana del Camping La Habana de Adra. Esta localidad es clave para sus "gasolineras marítimas". Tiene un río seco que corta la localidad en dos lo que proporciona más facilidad para los clanes que se introducen en el mar.
"Todo lo que es petaqueo es logística para estas narcolanchas por su alta demanda de combustibles; sin ellos no funciona nada de la cadena", afirman estas fuentes policiales. Por eso, no hay duda de que el narcotráfico "ha visto un filón en la inmigración" y han "diversificado sus negocios". "Han creado una industria auxiliar que acaba siendo su cantera", aseguran.
Hachís con inmigrantes
Lamentablemente los narcos no dejan de ser parte de una "mafia internacional" cuyos principales integrantes están en Marruecos, Francia y España. Estos clanes se lucran con todo lo que está a su alcance y, encima, la Guardia Civil no puede luchar en igualdad de condiciones contra ellos.
Dos de los cuatro barcos del Instituto Armado para luchar contra este negocio en Almería están averiados. La "Río Guadiana" lleva desde antes de verano sin funcionar y mínimo no podrá volver en un mes. La "Jiloca" le faltan cuatro piezas y está reparándose. Está previsto que, con suerte, en una semana regrese al servicio.
A esta situación se le une sin remedio la falta de recursos materiales y efectivos. Los guardias civiles tienen que vigilar más de 100 kilómetros de litoral, según denuncian a LA RAZÓN desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil. Una labor compaginan con los avisos normales de su día a día. Son los propios vecinos los que les llaman porque ven a inmigrantes andar por las carreteras regionales mojados.
En las estadísticas no se computan los migrantes que no son interceptados. Unas personas que pagan "salvajadas" por venir a España y que también contratan furgonetas que les llevan a otro destino. "Han interceptado pateras con hachís y con inmigrantes. Aprovechan todo lo que pueden cualquier espacio y no tienen escrúpulos para lanzar al agua a estas personas para huir de las autoridades", lamentan estas fuentes.
De Argelia a Marruecos
"Llevan el modelo del narcotráfico a las pateras", detallan. Otro de los puntos destacados es que las pateras argelinas han aprendido del modelo de las bandas de trata de personas marroquíes. Han cambiado sus embarcaciones antiguas por otras más potentes con tres motores. "Son monstruosas", remarcan.

Los agentes de Almería están "al límite", según reconocen desde AUGC, por la sobrecarga de trabajo. Han trasladado al mar el pensamiento de patrulla en tierra y eso provoca que los barcos de la Guardia Civil se rompan. Todo ello a pesar del excelente trabajo de los guardias mecánicos que las intentan reparar en el mínimo tiempo posible.
En definitiva, para esta asociación existe un "problema estructural muy gordo". Se debe cambiar el modelo para poder plantar cara a las nuevas generaciones de "narcopateras". Estos delincuentes cada vez tienen más beneficios y eso provoca que asuman cualquier tipo de ilícito sin consecuencias o miramientos. Todo vale.
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