Corrupción en Andalucía
Griñán y Chaves ya no veranean aquí
Los ex presidentes preimputados en el escándalo de los ERE cambian sus costumbres vacacionales. Desaparecen de sus rutas habituales tras el escrito al Supremo de Alaya
Cambio de planes. Los ex presidentes preimputados de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán –Pepe, para los amigos– y Manuel Chaves han cambiado sus hábitos vacacionales. Mientras al primero siempre se le solía ver durante todo el mes de agosto en El Palmar (Cádiz), un pequeño pueblo costero pegado a Conil, Chaves era un fijo en San Roque (Cádiz). Y es que los dos presidentes han mostrado siempre pasión por su tierra. Incluso han compartido varios días de vacaciones junto a sus familias. Pero eso era en épocas mejores, previas al escándalo de los ERE, que les han hecho dar un paso atrás y optar por unas vacaciones en segundo plano, alejados del ruido mediático.
Durante estos días, la familia política de Griñán se encuentra en El Palmar, donde han alquilado varias casas para pasar unos días de agosto. Incluso su hija, junto con su marido y sus nietos están veraneando en la zona. «Su hija nos dijo que Pepe vendría algún día antes de que acabe el verano, pero que no iba a pasar aquí una larga temporada como acostumbraba hace tres o cuatro años», declaró a LA RAZÓN la propietaria de uno de los chiringuitos de la zona. Allí, el ex presidente no perdonaba ningún día su vaso de vino previo al almuerzo. En el pueblo le conoce todo el mundo, porque desde que se casó con María Teresa Caravaca siempre ha elegido El Palmar como destino para pasar sus vacaciones estivales. «Casa María» era la vivienda que año tras año alquilaba para pasar unos días junto a los suyos. Sin embargo, la propietaria del inmueble ya vive allí desde hace tres años y no lo alquila, por lo que los últimos años que Griñán pasó de vacaciones en el pueblo tuvo que alquilar otra vivienda, siempre en el callejón de El Morito. «Son todas las viviendas de la zona muy similares», comenta una vecina. Ella recuerda, con gracia, cómo Griñán «se despertaba todas las mañanas cantando opera en el balcón».Una cita ineludible de todos sus veranos era la reunión con Chaves y familia con una paella que ellos mismos cocinaban. Griñán era un asiduo a los paseos matutino a orillas de la playa. Una hora perfecta para evitar el gentío, que comienza a llegar sobre las 12:00 horas. El pueblo de El Palmar echa en falta los lunes al sol de Griñán. Aunque, según una vecina, el ex presidente y su esposa pasaron en Semana Santa algunas noches en un hostal de la zona.
Por su parte, Chaves, que siempre acude a las fiestas de San Roque –este año se celebraron entre el 13 y 18 de este mes–, no ha sido visto por el pueblo estos días. Allí reside su suegra, que vive «en la mejor casa del pueblo. Es una mansión. ¿Has visto el Palacio de Liria? Pues igual», explicó un vecino. Y es que la señora, de 90 años, es viuda de un coronel de Infantería. Así, en este pueblo alejado de la costa viven muchas familias de militares. De cualquier modo, Chaves no suele hacer vida en el pueblo, según comentan los vecinos. «Sólo saca al perro, pero no se relaciona con la gente», apuntaban. El ex presidente, sacudido por el escándalo de los ERE irregulares durante su mandato, aprovechó el primer fin de semana de agosto para salir de España. En concreto, viajó a Tánger, junto a su esposa, Antonia Iborra, para pasar unos días en el riad de lujo de la familia Begdouri Rodríguez, a la que les une una estrecha amistad desde hace varios años. Éste es uno de los primeros veranos que la pareja pasa fuera de nuestro país, ya que son unos incondicionales de Huelva y Cádiz. Sin embargo, ya han vendido algunas de las propiedades que poseían.
El agosto de Pepe en Lugo
José Antonio Griñán es de los que le gusta pasear por la mañana temprano en la playa. Esa costumbre, muy de agosto, no la ha perdido pese a que ya no se le vea por El Palmar (Cádiz). Así, el pasado 10 de agosto se le vio por la playa de Barreiros (Lugo), pueblo natal de su nuera, María del Carmen Piñeiro –casada con Miguel, su hijo mayor–. Allí, junto a su mujer, María Teresa Caravaca, siempre con el cigarrillo en la boca, pasa unos días de agosto tratando de evitar a la prensa, ya que se trata de un pueblo muy tranquilo. Por su parte, los vecinos de El Palmar comienzan a tener celos de Barreiros y esperan que Griñán vuelva a visitarlos.
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