Fuerzas de Seguridad
La Guardia Civil cumple hoy 179 años con el mismo espíritu de servicio a España y los españoles
La utilización de una investigación interna de la Benemérita, para tratar de tapar escándalos de corrupción política, no ensombrece esta efeméride
La Guardia Civil cumple hoy 179 años y lo hace en un momento en el que, desde diversos sectores, se tratan de utilizar investigaciones realizadas por el propio cuerpo para depurar posibles ilícitos penales de sus miembros, con el fin espurio de tapar casos de corrupción política, que han provocado el escándalo de la opinión pública.
Fue el 28 de marzo de 1844 cuando, por Real Decreto, se crea un “cuerpo especial de fuerza armada de Infantería y Caballería”, bajo la dependencia del Ministerio de la Gobernación y con “la denominación de Guardias Civiles”. A los efectos de organizar esta nueva fuerza, fue comisionado el mariscal de campo Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada, considerado como unos de los mejores directores de la Benemérita por el esfuerzo que tuvo que desplegar.
Se trataba de poner, en unos tiempos en los que el bandidaje se adueñaba de los caminos de España, una institución dedicada a proteger eficazmente las personas y las propiedades.
El Duque de Ahumada dejó claro el espíritu del cuerpo: “servirán más y ofrecerán más garantías de orden cinco mil hombres buenos que quince mil, no malos, sino medianos que fueran”. Y el honor como divisa, siempre al servicio de la Patria, como reza el cartel que está colocado en la puerta de todos los acuartelamientos.
El 20 de abril de 1844, el Duque de Ahumada elabora un primer informe en el que sugiere una serie de cambios en el Real Decreto, con cambios organizativos y una reducción importante del gasto inicialmente presupuestado. De esta manera, fue el 13 de mayo cuando se dictó el Real Decreto fundacional bajo la presidencia del Gobierno de Ramón Narváez.
Inicialmente, la Guardia Civil contó con 14 jefes, 232 oficiales y 5769 guardias repartidos en 14 Tercios. En el verano de ese año, se inició el reclutamiento de los primeros aspirantes, muy superiores en número a las plazas ofertadas, en lo que fue una muy rigurosa selección que había de complementarse con una instrucción minuciosa y exigente de los nuevos guardias en las instalaciones del Ejército de Madrid, en Leganés y Vicálvaro.
Desde entonces, la Benemérita ha crecido hasta los más de 80.000 componentes, con la incorporación de la mujer a sus filas, y la creación de numerosas especialidades, que la colocan entre las mejores del mundo, pero sin olvidar nunca su carácter rural. Precisamente, uno de los problemas que sufre la llamada “España vaciada” es la del cierre progresivo de acuartelamientos, por razones económicas y de falta de personal, lo que produce una sensación de desamparo e inseguridad entre los habitantes de dichas zonas. No hay más que acercarse a algunas de estas localidades y hablar con sus pobladores para que expongan, como uno de los primeros problemas, la escasez de guardias civiles para prestar servicio en las mismas. Con todo, la Benemérita figura entre las instituciones más valoradas.
Otro ejemplo lo tenemos en las protestas que se suscitan cuando, por razones políticas, se retiran las competencias de unidades de la Guardia Civil en algunas comunidades autónomas. Y la pretensión, nunca ocultada por fuerzas nacionalistas y separatistas, de hacerla desaparecer de las mismas.
El su primer discurso, el Duque de Ahumada dejó claro que la Guardia Civil estaba al servicio de España y los españoles, algo que se ha mantenido de forma invariable durante estos 179 años. El 1 de septiembre, fue designado Inspector General (figura que mantienen cuerpos similares en Francia, Italia y Portugal). Hubo una parada militar ante las autoridades en la que 1.870 guardias desfilaron organizados en sus compañías y escuadrones. Llevaban ya el sombrero de tres picos: el tricornio que con el tiempo se convertiría en uno de los símbolos representativos de la Guardia Civil.
El 20 de diciembre de 1845, de la propia mano del Duque de Ahumada, nace un documento que constituye el auténtico código moral de la Institución: la Cartilla del Guardia Civil. un código deontológico que pretende dotar al personal de un alto concepto moral, del sentido de la honradez y de la seriedad en el servicio y que está presidido por su artículo más famoso donde se lee: “el honor es la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente, conservarlo sin mancha. Una vez perdido, no se recobra jamás”. Subraya la idea de la proporcionalidad de la respuesta de los agentes. “No debe ser temido sino de los malhechores” y “temible a los enemigos del orden”; “sus primeras armas deberán ser la persuasión y la fuerza moral”.
El 10 de octubre cumpleaños de la reina Isabel II y, con ocasión de la constitución de las Cortes Generales,, la recién creada Guardia Civil realiza su primer servicio consistente en cubrir la carrera de la comitiva de la reina desde el Palacio Real hasta las Cortes.
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