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De la Guardia Civil al jardín de Eugenia Martínez de Irujo: el retiro de dos perros que sirvieron a España

La duquesa de Montoro llegó a Benemeritvm con una idea: "Quiero un perro mayor. Uno de los que más lo necesitan"

Eugenia Martínez de Irujo junto a Tango y Capone con la asociación Beneméritvn y miembros del servicio cinológico.
Eugenia Martínez de Irujo junto a Tango y Capone con la asociación Beneméritvn y miembros del servicio cinológico.Cedida

Durante años, rastrearon maletas, inspeccionaron vehículos, recorrieron estaciones, aeropuertos y zonas sensibles con un objetivo claro: proteger vidas. Hoy, esos mismos perros que fueron parte esencial de la seguridad nacional disfrutan de un merecido retiro al sol, en un jardín tranquilo. Tango y Capone, veteranos de la Guardia Civil, han cerrado recientemente su etapa operativa para comenzar una nueva vida en un hogar lleno de cuidado y afecto: el de Eugenia Martínez de Irujo, duquesa de Montoro, quien los ha acogido.

Una vida al servicio del país

Tango, un labrador negro de 8 años, comenzó su historia bajo una misión clara: convertirse en uno de los pilares de la detección de explosivos del Cuerpo. Con apenas dos meses, fue adoptado por su guía, el agente J.C. Núñez, quien lo convirtió no solo en su binomio K9, sino en su compañero inseparable durante casi una década.

Tango junto a su guía en la guardia civil durante el tiempo que prestó servicio como detector de explosivos.
Tango junto a su guía en la guardia civil durante el tiempo que prestó servicio como detector de explosivos.Cedida

Superó su adiestramiento con disciplina, inteligencia y una energía admirable. Sus primeros años de servicio fueron en Alicante, hasta que fue destinado a Vitoria, donde continuó su labor operativa. Su olfato, entrenado con precisión, fue una herramienta infalible para prevenir atentados, detectar trazas peligrosas y ofrecer seguridad en espacios públicos.Su sola presencia era ya un elemento disuasorio. Pero el tiempo no perdona ni siquiera a los más nobles.

Con el paso de los años, Tango comenzó a mostrar signos de desgaste: una ligera artrosis en los codos, molestias que, aunque leves, limitaban su capacidad para seguir al ritmo exigido por el cuerpo. Fue entonces cuando se tomó una decisión dura, pero necesaria: su retirada del servicio activo.

Un retiro que se convirtió en esperanza

Eugenia Martínez de Irujo se puso en contacto con la Asociación Benemeritvm, entidad colaboradora con el Servicio Cinológico de la Guardia Civil, encargada de buscar familias para aquellos perros que, tras años de entrega, merecen un retiro digno.

Imagen de Capone en la asociación Beneméritvn.
Imagen de Capone en la asociación Beneméritvn. Cedida

Desde hace tiempo, la duquesa de Montoro colabora con entidades de protección animal y tiene en su hogar a varios animales rescatados. Su llamada no fue para buscar un cachorro, ni siquiera un perro joven. Lo que ella pedía era claro: “Quiero un perro mayor. Uno de los que más lo necesitan.”

Cuando conoció el caso de Tango, no dudó. Pero su generosidad fue más allá. En paralelo a Tango, Capone, un perro especialista en la detección de drogas en el aeropuerto de Madrid, también era dado de baja. Con 11 años y diagnosticado también con artrosis, necesitaba lo mismo: descanso, cuidados, cariño. Eugenia no lo pensó dos veces y decidió adoptar a ambos.