Política

Afganistán

«Héroes incógnitos todos...»

La Razón
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Pocos somos los afortunados que sabemos cual es el trabajo de un «Equipo EOD», o del significado de las siglas I.E.D., «artefacto explosivo improvisado». Si les digo «TEDAX» más de uno deducirá que tiene algo que ver con los grupos de especialistas en desactivación de explosivos. El Ejercito de Tierra los tiene, y muy buenos. Somos pioneros en la formación de especialistas a nivel internacional. Lo más granado de nuestros socios de la OTAN ha pasado por la Academia de Ingenieros en Manzanares del Real y se ha ido de España con la lección bien aprendida.

Ayer, bien pasado el medio día, la noticia corría como la pólvora. Yo personalmente me enteré por el informativo de las 15:00 de Antena 3. Algo terrible había pasado en Viator, en el interior de la Base de la Legión, donde decenas y centenas de amigos personales trabajan, se instruyen o adiestran para ser los mejores soldados de la Patria. Se trataba de varios Zapadores bajo el mando del TCol. Ramón Ignacio Balsera. En una explosión, durante un ejercicio rutinario, la «Señora vestida de blanco» acababa de segar con su guadaña tres vidas. Y la deflagración había dejado al menos dos heridos muy graves. «...Terrible, pero ese era su trabajo: desafiar a la muerte para salvar otras vidas...» me dice apenado un amigo Legionario.

Llevo años codeándome con los Zapadores de la Legión. Son gente ruda, noble y arriesgada, que no temeraria. Son un puñado grande de valientes que velan por sus compañeros de armas abriendo brechas o limpiando caminos de bombas trampa en las primeras líneas de Kosovo, El Líbano, Irak o Afganistán. Hombres de honor que se casan, que son padres y bautizan a sus hijos como usted o como yo. Hombres con sus familias detrás, pero con un sentido del deber que les lleva a dar su vida por los demás y por España. Lo que digo lo creo. No porque me lo cuenten, sino por haberlo vivido en primera persona en El Líbano y sobre todo en Afganistán.

Cuando un convoy se para por la sospecha de haber en el camino un «posible I.E.D.», a quien se llama por radio es al Equipo EOD. Este llega en el menor tiempo posible al punto de la incidencia, recoge la información que le facilita el Jefe del convoy y tras comprobar que no es una mera sospecha se enfundan el traje verde y se adentran en el «túnel del tiempo de la desactivación» de un explosivo. El tiempo se detiene y el calor a prieta. Suerte que los últimos trajes llevan ventilación. Al tiempo que se examinan cables, temporizadores, acelerantes, detonadores, cargas explosivas, garrafas de plástico y teléfonos móviles «retrucados», etc... se sigue siendo hijo, marido, hermano y padre.

La alta formación y adiestramiento impide que un desactivador baje su concentración y ponga en peligro su vida y la de sus compañeros.

Las cosas por desgracia no siempre salen bien en la guerra o en casa. Para estar preparado han de entrenar con lo mismo que se encuentran a diario en la Ruta Litihum afgana. Es la única manera de aprender o de enseñar. Es la única manera de ser operativo. La insurgencia va adaptando sus mortíferas técnicas día a día, evolucionando y mejorando lo que los Zapadores de La Legión van desactivando. No hay otra formula para combatir en la guerra asimétrica que la Insurgencia nos plantea en las «zonas de operaciones». Así es esta guerra...

Se han ido tres Caballeros Legionarios con los que he compartido «Leche de Pantera», explosiones, humo y sabor a tierra seca... Se han ido tres «...héroes incógnitos...» de los que creen que «...morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.»

Presidente de los Legionarios de Honor