El Hierro, desbordada tras la llegada de 1.900 migrantes en cuatro días

El incesante goteo de llegadas irregulares a las costas de Canarias no cesa. La tensión en los países del norte de África así como las buenas condiciones climatológicas explicarían este incremento de llegadas respecto a meses anteriores, que previsiblemente se prolongará durante las próximas semanas, considerados históricamente los meses con mayor repunte de llegadas irregulares a las costas del archipiélago canario.

Tan solo en la jornada de ayer, siete cayucos con 881 personas a bordo llegaron, cuatro de ellos a la isla de El Hierro, tres a la de Tenerife y tres a la de Gran Canaria.

La peor situación a día de hoy se está viviendo en la isla de El Hierro que se cuentra desbordada ante la avalncha de llegadas y ya empieza a conocerse como la nueva Lampedusa, en referencia a la isla italiana célebre por ser el puerto de llegada de inmigrantes que optan por la Ruta Mediterránea. En total, más de 1.900 personas han llegado en las últimas horas a la Isla, las más occidental y alejada del archipiélago, lo que supone un viaje mucho más largo y peligroso que puede levar alrededor de ocho días desde Senegal.

Estas llegadas suponen un incremento de alrededor del 14% de la población del El Hierro que es de 20.000 personas. En este sentido, el retorno de los cayucos a la Ruta Canaria ha devuelto a esta pequeña Isla unas cifras de llegadas que hace años que no vivía: 4.366 inmigrantes en los últimos cinco meses, casi un millar de ellos menores de edad, según datos de Cruz Roja a los que ha tenido acceso EFE.

Tras el protagonismo que durante meses han tenido las lanchas neumáticas en las travesías más cortas –hacia Lanzarote y Fuerteventura–, la ruta ha experimentado claramente un vuelco este verano, con particular intensidad desde el mes de septiembre, que coloca a la más occidental de las islas de Canarias en el centro del tablero. El principal motivo sería la vigilancia en las rutas tradicionales que interceptan estas barcazas y las llevan de vuelta hacia sus países de origen o Marruecos.

Así, según los balances quincenales que publica el Ministerio del Interior, durante 2022 y el primer semestre de 2023 la Ruta Canaria parecía dar signos de estabilización, incluso de descenso: el año pasado se cerró con 15.682 llegadas, un 30 % menos que en 2021 (22.316), y a 31 de mayo el flujo de inmigrantes hacia las islas se había reducido otro 47 % (de 8.268 a 4.406), El Gobierno no divulga datos por islas, pero Cruz Roja, que atiende todas las llegadas en los muelles, sí lleva esa cuenta.

A 3 de mayo, la isla con más llegadas era Lanzarote, con 1.759, el 50 % de todo el tráfico de la Ruta Canaria a esa fecha (3.211); seguida por Gran Canaria, con 803 (23,4 %), y Fuerteventura, con 762 (22,5 %). En ese momento, en Tenerife se contaban 76 rescatados (2,2 %) y en El Hierro, solo nueve, de una misma barca (0,26 %). El balance a 6 de octubre es muy distinto, con 18.001 llegadas totales, de acuerdo con el recuento provisional de Cruz Roja. La presión migratoria no ha aflojado en Lanzarote, que acumula 5.142 llegadas (el 29,1 %, 3.382 más que el 3 de mayo), pero El Hierro ya ha superado a Gran Canaria como la segunda isla en la estadística, con unos 4.384 inmigrantes (el 23,9 %) frente a 4.020 (el 22,2 %). Y también Tenerife ha dado un gran salto, que le pone por encima de Fuerteventura: 2.731 (14,8 %) frente a 1.697 (9,63 %). El Hierro, con recursos limitados, no solo en acogida, sino en camas hospitalarias para quienes llegan con deshidratación o lesiones tras una peligrosa travesía. Es por ello que la mayoría ya han sido trasladados a Gran Canaria o Tenerife.

Ante esta situacón, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, criticó ayer a través de la red social X (antes Twitter) que el Gobierno de España permanezca «ciego, sordo y mudo» frente a la llegada de cayucos a las islas.