
Investigación
El hijo de un criminal libio participa en carreras de coches en Madrid
Ali Jihad, un joven piloto de "drafting", es hijo de Ali Al-Mashai, reclamado por la ONU por su papel durante la guerra civil en Libia. En la actualidad pasa sus días en Bielorrusia, expulsado por el Gobierno de Bengasi

A finales de noviembre, tuvo lugar en Madrid una competición de «drifting», una modalidad en la que los coches compiten haciendo derrapes en un circuito cerrado en busca de la mayor puntuación. Más allá de lo pintoresco, el evento no tendría mayor repercusión de no ser por la participación de un corredor del norte de África: Jihad Ali, un joven libio de 16 años, hijo de Ali Abdel Salam Ahmed, conocido como Ali Al-Mashai, un militar y criminal señalado por Naciones Unidas por delitos relacionados con la guerra civil del país y el tráfico ilegal de petróleo, según la documentación a la que ha tenido acceso LA RAZÓN.
Ali Jihad llegó desde Dubai al aeropuerto de Barajas el 26 de noviembre con el pasaporte AB277XXX (por protección de datos no publicamos los últimos números del documento). Llevaba una chaqueta negra con capucha, una mochila a la espalda y una maleta de mano blanca. Le acompañó Mohamed Al-Mashai, mano derecha de su padre y primo de este. Con un chándal gris, transportó varios equipajes en un «trolley» de las instalaciones.
Ambos fueron recogidos por un todoterreno BMW de color blanco. La competición se desarrolló el fin de semana del 29 y 30 del pasado mes. Durante su estancia en Madrid, el chico de 20 años ha estado protegido por un séquito de siete personas. La presencia de Ali no ha pasado desapercibida para los cuerpos y fuerzas de seguridad ni para la inteligencia españolas, según ha podido saber este periódico.
La competición fue mala para el hijo de Al-Mashai. No consiguió puntos, según los perfiles de redes sociales del evento. Tras pasar unos días con todas las comodidades en la capital, salió de España en un vuelo en dirección a Bengasi, la capital del este de Libia, un país dividido en dos administrativamente desde la caída en 2011 de Muamar el Gadafi.

Criminal libio
Libia es un país dividido en dos desde hace más de una década. Al oeste, el Gobierno de Trípoli controla menos del 20% del territorio, donde distintas milicias se reparten el poder. Al este, el mariscal Jalifa Haftar ejerce su poder desde Bengasi. Su territorio se expande por la mayor parte de sus fronteras, incluyendo las importantes reservas de petróleo libias. Allí tiene Repsol su principal pozo de crudo del mundo.
Con la muerte de Gadafi, el yihadismo internacional intentó hacerse con el control de Libia. Para combatirlos, Haftar recurrió a algunos militares que estaban encerrados en las cárceles por orden del dictador. Uno de ellos era Ali Al-Mashai, el padre del joven corredor que estuvo a finales de noviembre en Madrid, explican fuentes de su Gobierno a este periódico. Las mismas personas aseguran que las ideas que tiene este militar de lo que tiene que ser Libia en un futuro no cuadran con el Ejecutivo de la parte oriental del país, que cuenta con el apoyo de la Cámara de Representantes y espera poder unificar todo el territorio en los próximos meses.
Haftar ha decidido deshacerse de los elementos rebeldes que llevaron el uniforme militar bajo su mando. «Se está aplicando una política de dispersión. Esperamos que en unos años cambien de ideas y entonces veremos si pueden volver al país», explica una persona de su círculo cercano. En el caso de Al-Mashai, está en Bielorrusia.
En septiembre de 2023, el Consejo de Seguridad de la ONU entregó el informe sobre la situación de Libia tras la guerra civil que abarcó desde 2014 a 2020. En el documento se repasa el papel que el padre del piloto Jihad Al tuvo durante esos años. Como responsable de la temida unidad 20/20, se encargaba de «operaciones de seguridad ilegales». Asesinatos, ataques contra personas influyentes, persecución de activistas sociales y periodistas... Son sólo algunos de sus «hitos». El grupo de expertos lo identificó entonces como responsable de violar el derecho internacional en repetidas ocasiones, como los cometidos en Sirte en agosto de 2022.
El informe entra en más detalles sobre aquel ataque. El grupo que lideraba Ali Al-Mashai, la unidad 20/20, fue responsable del ataque a partidarios del hijo del dictador derrocado, el entonces candidato presidencial Saif al-Islam Gadafi. Junto con la brigada TBZ reprimió a integrantes de la tribu gadafa.

Tráfico de petróleo
En noviembre de este año, semanas antes de que Jihad Ali corriese en Madrid, la organización norteamericana «The Sentry» publicó un informe sobre el tráfico ilegal de petróleo en Libia. Este organismo, fundado por famosos como George Clooney o Brad Pitt, trabaja señalando a aquellos que se aprovechan de la situación de caos en zonas de conflicto. En su informe citan a Al-Mashai en varias páginas.
Según el documento, el militar supervisaba las transferencias ilícitas de combustible desde el momento en que el crudo llegaba al nuevo puerto comercial de Bengasi hasta que era cargado en otro buque en el puerto viejo.
Un oficial de seguridad de Bengasi afirmó a la organización norteamericana que ningún cargamento —incluyendo narcóticos, migrantes, combustible o cualquier otro artículo— podía pasar por los puertos de la capital oriental sin la aprobación personal de Ali Al-Mashai.
Las fuentes consultadas por «The Sentry» lo identifican por su papel fundamental en el multimillonario negocio de contrabando de combustible y en la apropiación indebida de activos estatales libios a gran escala.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


