Análisis

La histórica relación de la Corona con Iberoamérica

El Rey aboga por fortalecer las relaciones entre los países y recuerda los desafíos de la región

AME5624. SANTO DOMINGO (REPÚBLICA DOMINICANA), 24/03/2023.- Fotografía cedida hoy por Casa Real que muestra al rey Felipe VI de España mientras saluda al presidente de República Dominicana, Luis Abinader (d), previo al inicio de una reunión paralela a las actividades de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, en Palacio Nacional en Santo Domingo (República Dominicana). EFE/Casa Real /José Jiménez /SOLO USO EDITORIAL /SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
El rey Felipe VI se reúne con el presidente dominicano, Luis AbinaderJOSE JIMENEZAgencia EFE

Fue en diciembre de 2014, en la ciudad mexicana de Veracruz donde el Rey Felipe VI se estrenó por primera vez en una cumbre Iberoamericana, que en su XXIV edición aspiraba a concluir su proceso de refundación, lanzado hace dos años en Cádiz. No obstante, Don Felipe no es ajeno a estas citas. Como Príncipe participó en tres de ellas, la de 2013 en Panamá –la primera a la que no acudió el Rey Juan Carlos debido a su convalecencia por sus últimas operaciones de rodilla– y las que se celebraron en España en 2005 (Salamanca) y 2012 (Cádiz). No obstante, en ninguna de esas citas participó en las reuniones de trabajo de la cumbre, reservadas a los jefes de Estado y de Gobierno, pero sí en actos culturales y empresariales organizados en los márgenes de los debates entre los mandatarios iberoamericanos, a los que conoce y ve con frecuencia en sus ceremonias de toma de posesión, pues Don Felipe lleva acudiendo en representación de España a esos actos desde 1996.

Las Cumbres Iberoamericanas son el principal foro de debate político en el ámbito intergubernamental que se ha abierto entre los países iberoamericanos. Son, la apuesta por una identidad cultural que, más allá de afinidades lingüísticas, culturales o históricas entre los países iberoamericanos, busca introducir elementos que avancen en la consolidación democrática.

En este contexto, el papel de la Corona en estas cumbres ha sido fundamental. Primero lo hizo Don Juan Carlos I y ahora, el Rey Felipe continúa con este impulso. Ya como príncipe de Asturias se adentró en el conocimiento profundo de la realidad de estos 22 países, asistiendo a las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos, y tomando contacto en cada ocasión con la realidad y las aspiraciones de esta región. En total, el actual Jefe del Estado ha estado presente en cerca de 80. Corría el año 1996 cuando Don Felipe VI representó por primera vez a España en una toma de posesión de un presidente iberoamericano. Álvaro Arzu juraba como presidente de Guatemala y se iniciaba entonces una costumbre que permitió que el entonces heredero tomara protagonismo y se le conociera en la escena internacional. Desde entonces, son muchos los cambios en esta región que ha avanzado en procesos de democratización y desarrollo en los que España ha estado atenta.

Este viernes arrancó la cita en Santo Domingo donde los principales temas de la agenda fueron la economía, en medio de oscuros pronósticos para una región que busca más inversión y apoyo para enfrentar una crisis migratoria y otra alimentaria, bajo el lema «Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible». Desde sus inicios, España jamás ha faltado a la cita. Tampoco se ha puesto en duda la necesidad de dialogar con los distintos líderes políticos fuera cual fuera el signo político o la relación que mantuvieran con sus países. Prueba de esto fue la asistencia de Juan Carlos I a la cumbre de Cuba en 1999, pese a la falta de democracia en el país.

El monarca voló a Santo Domingo junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Al foro asistieron al menos 14 jefes de Estado o de Gobierno de los 22 países participantes, entre ellos, los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; de Chile, Gabriel Boric; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; y de Argentina, Alberto Fernández. Entre las ausencias confirmadas, destacaron las del brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, el mexicano Andrés Manuel López Obrador y el salvadoreño Nayib Bukele. El viernes, y antes de la apertura de la cumbre, Felipe VI participó en el tradicional foro empresarial junto con otros mandatarios, además en un encuentro con jóvenes iberoamericanos y en otro sobre discapacidad. También se entrevistó con el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y con el anfitrión, el dominicano Luis Abinader.

Durante su discurso, el Rey recordó los desafíos que afronta la región, y abogó por un fortalecimiento de las relaciones entre los países y con la UE. Ante la próxima presidencia europea española, señaló el apoyo y mayor impulso a la firma de los acuerdos bilaterales pendientes cuyo objetivo es liberalizar el comercio y establecer un marco de relación estratégica entre la UE y América Latina.

En su primera cumbre, celebrada en Veracruz, el Rey expresó su «gratitud permanente» a México por la «hospitalidad» que ha mostrado con los emigrantes españoles, quienes «llegaron sobre todo por necesidad».Durante su segunda cumbre, que se celebró en 2016, Felipe VI hizo una solemne proclamación sobre la fortaleza de los vínculos entre España e Iberoamérica: «España no puede entenderse sin Iberoamérica, ni Iberoamérica puede comprenderse plenamente sin España».

Dos años después, desde la ciudad guatemalteca de Antigua, el Jefe del Estado estuvo, por primera vez acompañado del actual jefe del Ejecutivo, que en junio había sido investido presidente. Durante su discurso, el Rey Felipe VI reivindicó la Constitución española en su 40 aniversario como «ejemplo de pacto y reconciliación». Además, aprovechó para señalar como «grandes retos» el cambio climático, la lucha contra la desigualdad y la pobreza.

La anterior cumbre Iberoamericana, la celebrada en Andorra, estuvo marcada por las restricciones como consecuencia de la crisis sanitaria. El Jefe del Estado insistió en que la cita tenía que servir de base para poder superar pronto la crisis, al tiempo que incidió en la relevancia de España en la recuperación de los países latinoamericanos tras los efectos de la covid.