Política

Elecciones generales

Iglesias, una “rentrée” para divorciarse de Sánchez de cara al 28-A

El líder de Podemos marcará distancia con el PSOE y reivindicará como propias las propuestas sociales del Gobierno para intentar remontar ante el 28-A.

Pablo Iglesias en su regreso a la política activa
Pablo Iglesias en su regreso a la política activalarazon

El líder de Podemos marcará distancia con el PSOE y reivindicará como propias las propuestas sociales del Gobierno para intentar remontar ante el 28-A.

Podemos anunció su vuelta como la del gran líder ausente, a través de un cartel tan polémico como cargado de testosterona. Vuelve Él. La brújula, el secretario general y el candidato a La Moncloa. La «rentrée» de Pablo Iglesias se consumará este sábado a las 18 horas junto al Museo Reina Sofía de Madrid. Lo hará tras haber pilotado en la distancia la mayor crisis de la formación, provocada por la fuga de Íñigo Errejón el día en el que Podemos cumplía cinco años. Vuelve con la certeza consumada de que las confluencias en Valencia y en Galicia –con Compromís y con En Marea, respectivamente– no se reeditarán para los comicios generales; con las encuestas insistiendo –ya lo hicieron erróneamente en 2015– en que será difícil siquiera acercarse a su representación actual en el Congreso; con el debate abierto alrededor de su sucesión, agitado por la afirmación de Irene Montero de que «pronto» una mujer estará sentada en el sillón de la Secretaría General; y con el riesgo, cada vez más evidente, de que la cuestión catalana monopolice la campaña electoral y opaque los debates sociales, más favorables, estos últimos, a los intereses morados. Y vuelve apenas dos días después de la última huida, la del cabeza de cartel para los comicios europeos, el «errejonista» Pablo Bustinduy. No es, por tanto, el mejor de los contextos. Pero la vuelta de Iglesias, reconocen en la dirección, servirá para que «todos nos pongamos las pilas». Porque en el partido fían la remontada al impulso que puedan tomar a partir de ahora, con él al frente de la precampaña y con 37 días por delante hasta el 28-A.

Más allá de las cuestiones sentimentales y escenográficas –que, las hay, derivadas de que esta plaza de la capital ya acogió la celebración de los resultados de las europeas de 2014, el primer mitin conjunto de Ada Colau y Manuela Carmena o la presentación, tras Vistalegre 2, de Errejón como candidato a la Comunidad de Madrid–, el acto servirá para lanzar varios mensajes tanto en clave interna como de puertas hacia fuera. Entre estos últimos, Iglesias confirmará su distanciamiento respecto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A nadie se le escapa que el PSOE y Podemos están condenados a entenderse y que un nuevo Gobierno de Sánchez será en coalición con Iglesias –con ministros de ambas formaciones– o no será. Sin embargo, desde el fracaso de los Presupuestos en el Congreso y la confirmación del adelanto electoral, los aliados dejaron de serlo. Con una estrategia esencialmente electoral, de supervivencia incluso, Iglesias oficializará su «divorcio» con el líder socialista. En la dirección del partido tienen claro cuál debe ser el discurso que vertebre su campaña: sólo si Podemos cuenta con un grupo parlamentario potente en el Congreso y sólo si Podemos entra en el Ejecutivo, Sánchez adoptará medidas sociales como las acordadas en el proyecto de presupuestos firmado por el propio presidente y por Iglesias en La Moncloa el pasado mes de octubre. Como alternativa a esta vía, según este relato, sólo se advierten dos opciones: la posibilidad de que Sánchez tenga la tentación de buscar un nuevo «acuerdo del abrazo» con Cs o una repetición del pacto a la andaluza entre el PP, Cs y Vox.

Por todo ello, Iglesias reivindicará que buena parte del balance positivo de Sánchez en estos meses sólo puede ser atribuible a Podemos: desde la misma moción de censura que desalojó a Rajoy de la Presidencia hasta las medidas estrella de la legislatura como la Subida del Salario Mínimo, la regulación de los precios de los alquileres y de la luz o el aumento de los permisos de paternidad. Y para poner cara a estas medidas, será además un acto de «tú a tú» con la presencia de colectivos que ayuden a visibilizar cuestiones concretas de la labor parlamentaria de Unidos Podemos y también, por tanto, del programa con el que concurren a las urnas en abril: «Será un encuentro abierto de Pablo Iglesias con la militancia, con “las kellys” –las camareras de piso, cuyas reivindicaciones Podemos llevó a la Cámara Baja–, con los bomberos y con los taxistas –en cuyas manifestaciones, especialmente las del sector del taxi contra las VTC, han estado presentes dirigentes del partido morado –, con “las espartanas” de Coca Cola –cuya lucha servirá además para atacar a Marcos de Quinto, vicepresidente de la compañía y ahora miembro de la candidatura de Cs al Congreso–, con los pensionistas –en torno a los que reivindicará la exigencia de Podemos de vincular las pensiones con el IPC por ley– y con la gente de los círculos», según reconocieron esta semana desde la dirección. Para reivindicar, en definitiva, añaden, «un proyecto feminista, ecologista, dialogante y fraterno».

La vuelta de Iglesias servirá también para que los cuadros del partido se «pongan las pilas» a nivel interno y «para construir un proyecto diferente de país en lo estatal, en lo europeo, en lo autonómico y en lo municipal». Por ello, el secretario general estará arropado por buena parte de los candidatos de la formación en cada una de las citas del ciclo electoral de abril y mayo. Se aprovechará para ello que, apenas unas horas del mitin de Iglesias, están convocados en Madrid todos los candidatos a una reunión en el Círculo de Bellas Artes, en la que, coordinados por Pablo Echenique y Noelia Vera, se trabajará en unificar las estrategias de campaña. También en clave interna, se espera que Iglesias haga alguna referencia a la crisis desatada por Errejón y reivindique ante los suyos el «orgullo» de pertenecer a Podemos frente a «aventuras personalistas».