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Iglesias y Montero dejan su cargo en manos de las bases

Denuncian una campaña de los medios en su contra y preguntarán a los inscritos si deben permanecer al frente del partido para frenar el cuestionamiento interno

Pablo Iglesias e Irene Montero durante la rueda de prensa/Foto: Efe
Pablo Iglesias e Irene Montero durante la rueda de prensa/Foto: Efelarazon

Denuncian una campaña de los medios en su contra y preguntarán a los inscritos si deben permanecer al frente del partido para frenar el cuestionamiento interno.

Sus propios compañeros de partido les han cuestionado y criticado desde que se diera a conocer en estos días la polémica compra del chalet de 660.000 euros que han adquirido en la localidad de Galapagar, a 40 kilómetros de Madrid. Esta ha sido la causa principal de la decisión que tomaron ayer el secretario general de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, y su portavoz parlamentaria, Irene Montero. Según anunciaron en una rueda de prensa convocada a la última hora del sábado serán los inscritos e inscritas del partido los que, en los próximos días, deberán decidir si ambos políticos deben o no seguir al frente de sus cargos orgánicos en la formación morada.

Con el semblante serio, Iglesias y Montero explicaban a los medios desde la sede central de la formación en Madrid que se «han traspasado todos los límites posibles de la intimidad» respecto a la exposición mediática por la compra del chalet de 2.200 metros con piscina. Tras una semana en la que se han publicado multitud de imágenes sobre la nueva casa de la pareja, y en la que sus propias bases y compañeros de partido han cuestionado abiertamente el hecho de que el secretario general y la portavoz parlamentaria deban seguir al frente del partido, la presión ha estallado en el seno de la formación. El último de ellos fue el alcalde de Cádiz, Jose María González «Kichi» que dijo que los principios que forman Podemos consisten en «no parecernos a la casta». Montero respondió a su compañero que él mismo –al ser inscrito de la formación– podrá expresar su opinión a través de la consulta. En defensa de ambos salió ayer el secretario de Organización, Pablo Echenique, que a través de Twitter dijo que habían vuelto a dar «una lección de coherencia y valentía».

Todo ello ha provocado que Iglesias y Montero pongan en manos de las bases su futuro en el partido. No es la primera vez que lo hacen. Siempre que se suceden discrepancias sobre el proceder de la formación endosan a sus inscritos la decisión final. De nuevo, la militancia deberá así dar su veredicto a la cuestión que dará la clave sobre la continuidad y acreditación del liderazgo de ambos o, por el contrario, confirmará la desconfianza generada en ellos. «¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la secretaría general y de la portavocía parlamentaria de Podemos?», será la pregunta.

Ambos defendieron ayer que el paso que dieron hacia delante en su proyecto de vida –una decisión marcada por el embarazo de Montero– sí es coherente y honesto con el código ético de Podemos, aunque debido al debate público que se ha generado, opinan que es su militancia la que debe resolver y clarificar las dudas que se han sembrado puesto que afectan directamente al liderazgo de ambos. En la rueda de prensa ambos manifestaron su intención de continuar con sus responsabilidades políticas si las bases lo avalan y criticaron el hecho de que haya medios que han publicado todos los detalles de la nueva vivienda. «No pensé que querer criar a los hijos que voy a tener en un entorno más tranquilo iba a generar un debate y una noticia de estas dimensiones», admitió Iglesias.

En los días anteriores se ha llegado a plantear si era o no coherente que los dirigentes morados se compraran un chalet de tan elevado precio. No por el hecho de la adquisición de la casa de campo sino porque en múltiples ocasiones el propio Iglesias criticó esta posición en cuanto a la vida privada de los cargos públicos. Cuando el ahora ex ministro de Economía, Luis De Guindos adquirió un ático, el secretario general de Podemos vertió en Twitter unas declaraciones que ahora se le han vuelto en contra. «Entregarías la política económica del país a quien se gasta 600.000€ en un ático de lujo?» dijo en 2012.

Previo a este anuncio, Podemos ya había sondeado a las bases a través de una carta titulada «No te metas en política, primer aviso» en la que justificaban su decisión y acusaban al poder de querer destruirlos. En ella, el partido ironizaba con el diferente trato que reciben los políticos según el partido que escogen. Así, si eligen «bien», estos tendrán «jubilaciones doradas en consejos de administración de empresas del Ibex35, invitaciones al palco del Bernabéu, sobresueldos en B o trato de favor en los juzgados». «O, simplemente, que los medios digan de ti que eres guapo e inteligente y te pongan primero en las encuestas», añadía la carta. Mientras, criticaban que, si «eliges Podemos, lo que te puede pasar es que te persigan hasta el hospital y fotografíen las ecografías de tus futuros hijos para que las publiquen los medios de comunicación (...) te persigan también hasta tu casa, te saquen fotos de manera posiblemente ilegal (...)», señala el mensaje.

Será el próximo lunes cuando el secretario de Organización Pablo Echenique, desvele tras la reunión de la Ejecutiva de coordinación del partido cuales serán los plazos de votación de la consulta así como cuando se conocerán los resultados. 490.000 inscritos son ahora los que podrán decidir. Habrá que cuantificar entonces la respuesta de las bases, puesto que en las últimas consultas la formación no logró aglutinar el apoyo masivo del partido. Cuando Podemos preguntó sobre si la marca Podemos debía o no aparecer obligatoriamente en las papeletas electorales –en detrimento de la de Izquierda Unida– tan sólo 76.511 inscritos de los 473.678 activos que estaban llamados a votar contestaron a la llamada hecha desde la dirección a la participación. En la última consulta de envergadura estatal, Podemos lanzaba a las bases a decidir sobre si se debía plantear en el Congreso de los Diputados una moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy, la respuesta fue la de 87.674 personas. El récord de participación de la formación fue el pasado Vistalegre donde la formación obtuvo 155.000 votos.