Ejército de Tierra
In memoriam
Las misiones en el exterior se han cobrado la vida de 167 militares españoles
La muerte el viernes del sargento David Fernández Ureña en Afganistán elevó el número de militares españoles caídos en el país asiático a 100. Una trágica cifra que se alcanza después de cerca de 11 años combatiendo contra los insurgentes. Pero esto sólo en Afganistán, porque desde que las Fuerzas Armadas iniciaron su participación en misiones internacionales hace 26 años, han perdido la vida 167 militares en un total de 12 misiones. A ellos habría que sumar a los tres intérpretes que murieron cooperando con las tropas de nuestro país, lo que elevaría el número a 170 desde 1987. En realidad, España participa oficialmente en operaciones de Naciones Unidas desde 1989, pero con anterioridad estuvo presente en alguna misión y se contabilizan también los caídos en ellas.
2003, al año más negro
Durante todos estos años, el más negro ha sido 2003, con un total de 74 fallecidos, de los que 62 perdieron la vida en el accidente del Yak-42 en Trebisonda (Turquía), el siniestro más grave de la historia militar española.
Sargento Ángel Francisco Tornel (27 años), teniente coronel Luis Escoto (43 años), soldado Miguel Ángel Mancilla (29), alférez David Paños (30), brigada Juan Morales Parra (39), sargento Francisco José Cardona (28), cabo primero Javier López (37), capitán José María Galera (33)... son algunos de los nombres de esos héroes que perdieron la vida defendiendo la libertad y la seguridad, cada uno con sus historias y sus vidas, y que un día tuvieron que cumplir con su deber lejos de su casa, sabiendo incluso que se jugaban la vida en su cometido.
Pero como en todo, hay tragedias que perduran más en la memoria, principalmente por el elevado número de fallecidos que dejan. La misión de Afganistán, aquí, copa los primeros puestos. A esos 62 militares que murieron al estrellarse su avión cuando regresaban del país asiático hay que sumar los 17 que perdieron la vida en agosto de 2005 en el accidente del Cougar cerca de Herat. Son los dos siniestros con más víctimas de la historia de las Fuerzas Armadas, pero no los únicos.
En noviembre del año 2003, siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) murieron en Irak asesinados por los insurgentes. Mientras, en el verano de 2007, en el marco de la misión en Líbano, otros seis soldados del Ejército de Tierra (de entre 18 y 21 años) fallecieron al explotar una bomba al paso de su blindado.
Los primeros tres españoles que perdieron la vida en el exterior fueron el capitán Rafael Salcedo, el capitán Joaquín Castro y el subteniente Evaristo Álvarez en enero de 1987 en un accidente aéreo en Guinea Ecuatorial. A partir de ahí sólo ha habido cinco años sin bajas en los últimos 25: 1988, 1989, 1992, 1995 y 1997.
En 1990 murió en la guerra del Golfo el cabo Ignacio Javier Romero, y un año después, en el mismo conflicto, lo hacía el cabo José Antonio del Pino. En 1993 fueron 11 los militares caídos, todos ellos en Bosnia, mientras que en 1994 perdieron la vida 4 (tres en Bosnia y uno en El Salvador).
1996 también dejó otros dos fallecidos, ambos en Bosnia, y 1998 tres (dos en Bosnia y uno en Guatemala). Otros tres murieron en 1999 en Kosovo, donde cayeron también un brigada y un soldado en 2000 y 2001, respectivamente. Por su parte, en 2002 fueron 3 los muertos: un subteniente en Kosovo, un guardia civil en Timor Oriental y un cabo primero en el marco de la misión de Afganistán.
Y llegó 2003, el peor año de todos con sus 74 víctimas mortales. A los 62 del Yak-42 hay que sumar otros 12: dos de ellos en Bosnia y otros 10 en Irak. En 2004 la cifra cayó hasta los dos fallecidos y en 2005 volvió a subir hasta 19, de los que 17 viajaban en el Cougar estrellado, uno murió en Afganistán y otro en Indonesia. Dos fueron los caídos en 2006, 15 en 2007 (5 en Kosovo, 4 en Afganistán y 6 en Líbano) y cinco en 2008. Mientras, en 2009 perdieron la vida 2 militares en Afganistán y Líbano, y en 2010 la cifra fue de 8.
Por último, en estos últimos años han perdido la vida siete efectivos. En 2011 fueron cinco, cuatro de ellos en Afganistán y un quinto en Líbano, el subteniente Isaías Martín Anguera, de 46 años de edad. En 2012, falleció sólo uno, el suboficial mayor Juan Manuel Medina Álvarez, de 54 años, quien sufrió un infarto en la base española de Qala-i-Naw, en Afganistán. La lista se cierra con la muerte del sargento David Fernández Ureña, de 35 años de edad, en el recién estrenado 2013 y que ha redondeado a 100 la negra estadística de bajas en la guerra de Afganistán.
El Príncipe, en el funeral del sargento Ureña
Familiares y autoridades, entre ellas el ministro de Defensa Pedro Morenés, los jefes de los tres Ejércitos y la presidenta de Aragón Luisa Fernanda Rudi, recibieron ayer en la base aérea de Zaragoza los restos mortales del sargento David Fernández Ureña, que llegaron a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Española procedente de Herat. Los hermanos y la pareja del sargento se acercaron al féretro, que fue trasladado cubierto con una bandera de España desde el avión hasta un coche fúnebre por ocho suboficiales del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros de Zaragoza en el que estaba destinado el fallecido y donde quedará instalada su capilla ardiente. El sargento Ureña será condecorado hoy con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo durante las honras fúnebres que se celebrarán en la base de Sangenis, en un acto que será presidido por el Príncipe de Asturias.
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