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Indignación en el Supremo con Sánchez: «Les ha faltado echarnos a la hoguera»

«El Supremo no está para sufrir ningún tipo de erosiones cuando está a pocos meses del juicio más importante de su historia, el "procés"», aseguran magistrados del Alto Tribunal

El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, el 10 de septiembre de este año con motivo de la apertura del Año Judicial
El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, el 10 de septiembre de este año con motivo de la apertura del Año Judiciallarazon

«El Supremo no está para sufrir ningún tipo de erosiones cuando está a pocos meses del juicio más importante de su historia, el "procés"», aseguran magistrados del Alto Tribunal que creen que se les ha colocado en el punto de mira.

El proceso relacionado con la decisión final de quién tenía que pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentos a la hora de contratar una hipotética culminó una semana «horribilis» para la Justicia española y que apuntaba directamente al Tribunal Supremo. El lunes el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenada a España por entender que se vulneró el derecho del dirigente abertzale Arnaldo Otegi a un juez imparcial cuando fue condenado por la Audiencia Nacional al intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna. Pese a que no afectaba en nada al Supremo, desde el primer momento los independentistas catalanes ya pusieron el ojo en el tribunal que juzgará a Junqueras, Forcadell y otros 16 procesados por la declaración unilateral de independencia de Cataluña y su culminación con el referéndum ilegal del 1 de octubre; ya se cuestionaba la imparcialidad de unos jueces que serán los que deban sentenciar el 1-O. Y no sólo eso, sino que la semana anterior, el Alto Tribunal se vio envuelto otra vez en el centro del huracán, pero en esta ocasión por el escrito de la Abogacía del Estado en el que calificaba de sedición lo sucedido con el 1-O en vez de rebelión, criterio esgrimido por la Fiscalía, el juez instructor, la Sala de Apelaciones; un escrito de calificación que se producía poco después de que miembros del Gobierno rechazaran que lo sucedido fuese un delito de rebelión. De esta forma, los magistrados del Alto Tribunal han tenido que soportar las presiones y descalificaciones procedentes del ámbito político, especialmente del independentista, en todo lo relacionado con el «procés» y apenas hace tres días veía como el Gobierno decidía «tumbar» la resolución del Supremo sobre el hecho de que sean los hipotecados quienes se hagan cargo del impuesto derivado de las hipotecas y «votar a favor» de la propuesta que realizaron Pilar Teso con el aval y apoyo inestimable del presidente de la Sala Tercera, Luis María Díez Picazo, es decir, que sean los ciudadanos quienes asuman a partir de ahora ese tributo, pero sin carácter retroactivo. Y hoy mismo esta institución volverá sufrir nuevamente, al amparo de una concentración convocada por Podemos, las iras de no pocos centenares de personas. Una razón más para aquellos que buscan cualquier rescoldo para arremeter contra la credibilidad e independencia del más alto tribunal jurisdiccional.

Con todo, lo que más daño ha causado a la imagen del Supremo ha sido todo lo relacionado con el impuesto sobre las hipotecas, donde la gestión del Díez Picazo ha sido más que cuestionado en gran parte del ámbito judicial, comenzando con el propio presidente del tribunal y del CGPJ, Carlos Lesmes.

Así, a la vista de la decisión que finalmente ha adoptado el Ejecutivo sobre el pago del impuesto sobre las hipotecas, desde fuentes del Tribunal Supremo consultadas por LA RAZÓN se sostiene que lo realizado por el Gobierno «es pura demagogia», porque «aunque formalmente lo abonen, lo acabarán repercutiendo a los clientes». Pero esa «demagogia», en palabras de otro magistrado del citado tribunal, va a tener, o tiene ya de hecho, consecuencias que pueden ser graves: «Nos han dejado a los pies de los caballos. Sólo les ha faltado echarnos a la hoguera. Es puro oportunismo».

Además, la mayoría de magistrados del Tribunal Supremo están muy afectados, y no sólo los de la Sala Tercera, porque ven que ha habido un error en la gestión de todo este proceso por parte del presidente, «y porque el Supremo no está para sufrir ningún tipo de erosiones cuando está a pocos meses de celebrar el juicio más importante de su historia, el “procés”, y ahora se transmite la idea de que se ha actuado al servicio de la banca, con toda la carga negativa que tiene para su imagen, cuando lo que ha habido no ha sido más que adoptar un criterio jurídico en un tema concreto».

«No podemos dar ninguna excusa para que se cuestione la imagen del Supremo a las puertas del juicio del «procés», porque la trascendencia no será sólo nacional y estará en juego también el prestigio de nuestra Justicia», inciden al respecto.

Por ello, en la misma línea, no dudan que desde los grupos independentistas, y otros que no lo son, se han aprovechado de este tema «para intentar desprestigiar al Estado. Es evidente. Lo tienen a huevo».

Quien está muy afectado a nivel personal con todo lo sucedido es Carlos Lesmes, ya que, como gran parte del TS, también entiende que ha habido un error en la gestión por Díez Picazo, y está muy afectado por la imagen del Supremo; y, según fuentes de su entorno, también piensa que el Supremo, «pasa por un mal momento» y sabe que ahora costará más recuperar la imagen que se había logrado del Supremo.

También hay algún que otro reproche a los magistrados que cambiaron el criterio jurisprudencial: «Hubo mucho vedetismo en la sección segunda y eso que algún magistrado les advirtió: ¿Sois conscientes de la que vais a organizar?».