Política

Bruselas

Jordi Sánchez, candidato a presidir la Crida

Jordi Sánchez, candidato a presidir la Crida
Jordi Sánchez, candidato a presidir la Cridalarazon

Jordi Sánchez, preso en Lledoners, ex dirigente de la Asamblea Nacional de Catalunya y, hace años, dirigente de la Crida per la Solidaritat, se perfila como nuevo presidente de la Crida per la República, la plataforma política que el presidente Carles Puigdemont quiere ungir a su imagen y semejanza. Sin embargo, la hoja de ruta del residente en Waterloo hace aguas y al margen de alharacas no hay sustancia.

El lunes Puigdemont anunciaba a bombo y platillo que Toni Comín, ex conseller de Sanitat que le acompañó en su fuga a Bélgica, sería el nuevo presidente del Consell de la República. Un nombramiento más que descafeinado si se recuerda que este Consell estaba diseñado para que fuera presidido por el propio Puigdemont. «Si Comín preside el Consell, ya sabemos para que sirve. Para nada», sentencia un dirigente independentista de JxC. Ayer, Torra presentaba con todo boato en el Palau de la Generalitat el Consejo General para el Impulso del Foro Cívico y Social Constituyente. Este sábado se prevé la «puesta de largo» de la Crida per la República en Manresa. El día elegido es el 27 de octubre, el aniversario de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), una fecha que Puigdemont pretende capitalizar. Sin embargo, los fastos pueden acabar en fiasco.

Primer fracaso. La idea de la Crida era aglutinar a todo el independentismo. Ni la CUP ni ERC se han sentido llamados a este movimiento que califican como «los herederos de la derecha, del espacio convergente de toda la vida». Ni tampoco parece que haya despertado un interés desmedido en el mundo soberanista: sólo 5.000 adhesiones.

Segundo fracaso. Puigdemont doblegó al PDeCAT y dejó en la cuneta a su principal opositora en el partido, a la actual senadora Marta Pascal. La idea de su núcleo duro era que el PDeCAT se diluyera en la Crida ya que «quería una fuerza de choque en el territorio, gente que pegara los carteles que no pegarán esos que se dicen su núcleo duro, gente que dé la cara, gente que haga lo que los que le rodean no son capaces de hacer», afirma un militante del PDeCAT. Esta posibilidad se ha disuelto como un azucarillo en las últimas semanas. «Movimiento sí, partido no», resume un dirigente cercano a David Bonvehí, presidente del partido. Es decir, «si la Crida se convierte en partido que no cuenten con el PDeCAT». De hecho, Bonvehí ha ido marcando evidentes distancias en las últimas semanas con respecto a la Crida, hasta el punto de que ha rechazado asistir a la convención fundación del sábado a título de líder del PDeCat.

Tercer fracaso. Ante el plantón de David Bonvehí que se niega a disolverse en la Crida, con el apoyo del diputado en el Congreso, Ferran Bel, actual secretario de organización, la operación del sábado pierde fuerza. Se constituirá la Crida, pero no se definirá si será un movimiento o un partido. Según las fuentes consultadas se pospondrá la decisión para «no agravar las cosas».

Cuarto fracaso. La constitución de la Crida ha acentuado la división en el seno del grupo de Puigdemont. Con Elsa Artadi la ruptura parece evidente porque «ella tiene su propia hoja de ruta». Pero, hay otras. Su núcleo de Bruselas cada día se separa más de los de Puigdemont en Cataluña.

Quinto fracaso. Jordi Sánchez se perfila como el presidente de esta nueva formación con el hándicap de que está en la cárcel. «Es el hombre que genera más consensos», apuntan en el PDeCAT que no lo verían mal «porque valora al partido». Además, Sánchez tiene buena sintonía con Artur Mas, Quico Homs y, sobre todo, con David Madí, quién arbitró la operación para situarlo al frente de la ANC, aunque no ganara las elecciones internas. En conclusión, Sánchez es su única opción y no es su mejor opción. En este punto coinciden Artur Mas y David Bonvehí, aunque sus relaciones tampoco son fluidas. Sánchez no entusiasma a Puigdemont, que para no tomar una decisión lo designó como redactor de la ponencia política. Una ponencia que ha causado conflictos porque «el sector hiperventilado ha intentado cargársela», apuntan fuentes conocedoras de las interioridades del conflicto interno. Señalan a Aurora Madaula, pareja del que hasta ahora parecía el gurú de Puigdemont, Agustí Colomines. Madaula visitó a Sánchez en la cárcel y «le hizo una enmienda a la totalidad». No parece que esta acción haya cuajado.

Con Sánchez al frente de la Crida, sin una Crida a su servicio, con un PDeCAT que osa plantarle cara, con un Consell per la República que «parece un chiste», y un Consell Asesor sin contenido, Puigdemont afronta el aniversario de la proclamación republicana seriamente debilitado. Solo falta saber si en estos días acaba perdiendo el apoyo de la CUP y la ANC, los únicos que todavía le apoyan, aunque le presionan.