Financiación autonómica
José Ramón Bauzá: «Con una financiación justa habría bajado impuestos el primer día»
El presidente de Baleares denuncia en una entrevista en LA RAZÓN el actual sistema de financiación autonómica.
–¿Ve como un triunfo la aprobación del déficit asimétrico por el que usted apostaba?
–Siempre he defendido el déficit asimétrico porque no todas las comunidades tenemos la misma realidad ni el mismo punto de partida. No podemos defender un déficit simétrico teniendo un sistema de financiación asimétrico. Por ejemplo, Europa tiene un déficit específico por cada uno de los estados miembros. Lo que pedimos es que se reconozcan las diferentes realidades de cada comunidad.
–Pero este criterio perjudica a las comunidades cumplidoras...
–Creo que debe tenerse en cuenta el esfuerzo realizado por todas las comunidades. Obviamente, la que cumple no debe ser penalizada, pero tiene que valorarse y tenerse en cuenta que algunas comunidades –hablo por la que me toca– hemos hecho un grandísimo esfuerzo, y cada déficit de ajuste significa muchos más millones que otras comunidades autónomas.
–¿Entiende el enfado de Monago con Hacienda por este tema?
–Respeto profundamente las manifestaciones de José Antonio Monago y creo que cada presidente hace lo mejor para su comunidad. Yo también defenderé lo mejor para mi comunidad.
–¿Cómo van las conversaciones con Hacienda?
–Las conversaciones van bien. Siempre han sido sensibles a nuestras solicitudes. Ahora de lo que se trata es de que se puedan tener en cuenta las consideraciones que hacemos, no sólo sobre lo que consideramos mejor para nuestra comunidad, sino también para el conjunto de España.
–¿Qué van a pedir en el Consejo de Política Fiscal y Financiera?
–Básicamente, el déficit asimétrico. También que no queremos renunciar, sino al contrario, afrontar lo más rápido posible un nuevo sistema de financiación. Porque el problema que tiene Baleares no es un problema de déficit, sino un problema en el sistema. Sólo hay dos comunidades autónomas en España que son aportadoras netas con dos fondos al Estado: Madrid y Baleares. Si Baleares tuviera un sistema de financiación equilibrado –no pedimos más que nadie, pero tampoco queremos menos que otras comunidades–, hoy no tendría déficit, sino superávit. Cuanto má se asfixie a las comunidades aportadoras netas llegará un momento en que no podrán seguir aportando. Siempre bajo el concepto de solidaridad de cara al resto de la sociedad española. Con ese máximo compromiso, pero para seguir ayudando, necesitamos que se considere algo tan injusto como el sistema de financiación que daña a los ciudadanos de Baleares.
– Ustedes cerraron con 1,8 el déficit, partiendo del 4,2 en el que estaban. Las comunidades incumplidoras, ¿qué deberes tienen que hacer?
–Nuestra comunidad se ajustó al máximo en cuanto al déficit. Tendremos que seguir luchando y trabajando en reestructurar la administración. Hemos eliminado 113 empresas públicas; nuestro nivel de inversiones está en menos de la mitad de la media del Estado; Baleares es la que menos destina por habitante en materia de Educación y Sanidad, y ya no podemos reducir más, porque llegamos al límite. Seguiremos reestructurando y haciendo reformas. Baleares es la comunidad que más reformas ha realizado en los últimos años y eso se traduce en las cifras de regeneración económica que estamos consiguiendo. Pero necesitamos que el Estado reconozca el esfuerzo que estamos haciendo a costa de nuestros ciudadanos.
–La bajada del IRPF de Monago, ¿es exportable a Baleares?
–El sistema de financiación es tan perverso que permite que aquellas comunidades que son receptoras netas puedan permitirse una serie de lujos que las aportadoras netas ni siquiera nos podemos plantear. El sistema de financiación es tan injusto que nosotros, que somos aportadores netos, no podemos plantearnos una congelación de impuestos cuando hemos sido los que hemos tenido que aumentar impuestos. Es absolutamente necesario un cambio. Si tuviéramos un sistema de financiación justo, no el mejor, ni el peor, la bajada de los impuestos se hubiera producido desde el primer día de mi legislatura.
– ¿Qué transferencias devolvería a la Administración central?
–No se trata de asumir o devolver transferencias. Yo siempre he dicho: una administración, una función. Aquí de lo que se trata es de que aquella Administración que tenga que ejercer la competencia tenga los recursos suficientes para que la pueda desarrollar. Tenga la competencia el Estado o la comunidad autónoma, lo que tiene que tener es la dotación presupuestaria.
–El paro en Baleares cayó en 5.766 personas desde abril. ¿Qué van a hacer para reactivar el empleo de modo sostenible?
–Estamos haciendo una reducción del paro sostenible. En los cinco últimos años, en mayo, se genera empleo neto en las Islas Baleares. Somos la única comunidad que durante siete meses consecutivos llevamos bajando las cifras del paro, y eso es consecuencia, no de una temporada turística que empieza ahora, sino el resultado de una serie de reformas continuas que hemos llevado desde el inicio de la legislatura. Las cifras del paro se vienen reduciendo en Baleares desde noviembre, en el momento en que se inicia la temporada baja, y en ese sentido, el sol y la playa son los mismos que en Cataluña, Murcia, Valencia y Canarias. Pero el hecho de que nosotros tengamos esa reducción continua de paro es consecuencia no del sol que luce, sino de las reformas continuas que hemos llevado a cabo.
–Cuénteme cuál es su receta...
–Desde los primeros meses nosotros hicimos la Ley del Emprendedor y de las pymes, hicimos una modificación de la Ley General Turística, que es la que ha permitido con nuevos decretos la Ley General la Seguridad Jurídica que faltaba en Baleares para que se produjera la confianza que hasta la fecha no existía. Estamos colaborando en franca armonía en el concepto público-privado. Por ejemplo, la semana pasada aprobamos un decreto ley de zonas maduras que, sin la aportación de un céntimo, permite el desarrollo de una zona madura como es la playa de Palma. En la anterior legislatura, sin embargo, se gastaron seis millones en informes que no valieron para nada. Nosotros, con coste cero, ya podemos poner encima de la mesa más 100 millones de inversión para la construcción de nuevas plantas hoteleras. Esto pone de manifiesto que no es una cuestión de temporada turística, sino de hacer las reformas que hacían falta desde el primer minuto.
–¿Ha afectado a su comunidad el clima de corrupción?
–Ni lo más mínimo. Nosotros abarcamos un área muy definida desde que soy presidente en el Gobierno balear y eso otro son situaciones que no afectan ni al Gobierno ni a la inversión en nuestras islas.
–Las obras paralizadas, cuando vuelvan las vacas gordas, ¿se terminarán o es dinero perdido?
–Hay algunas que son dinero perdido, pero no por la situación económica, que también, sino porque apostamos por no hacer más que aquellas obras que sean productivas. Es decir, que tengan un retorno para la sociedad y para su utilización. Éste es nuestro criterio, independientemente de la disponibilidad económica. Solamente hay que hacer las que sean necesarias y destinar los recursos adecuados para la ejecución de las obras y sobre todo para la prestación de los servicios, que es más importante.
–Las islas ha sabido adaptarse a la realidad de una oferta mayor y más variada... ¿Cómo han respondido a estas exigencias?
–Han respondido extraordinariamente. Hoy tenemos productos de referencia turística internacional, como es el deporte; en el caso del ciclo turismo, turismo náutico, gastronómico, turismo de salud... Tenemos una oferta muy amplia para no depender sólo de sol y playa, que son los grandes atractivos turísticos, pero, en invierno queremos potenciar otras alternativas.
–¿Se puede decir que en Baleares ya no hay riesgo para el castellano, que los padres tienen plena libertad de elección?
–Sin ninguna duda. Era un compromiso mío personal como candidato y me he comprometido a desarrollarlo como presidente. Por primera vez en la historia de la democracia de nuestras islas, los padres pueden elegir con libertad la lengua en la que quieren que sus hijos sean educados. Hemos aprobado un decreto del trilingüismo que permite que al acabar su periodo escolar, los niños hablen perfectamente nuestras dos lenguas, más un tercer idioma que es el inglés. Una de las primeras modificaciones que hicimos es la Ley de Función Pública para que el catalán dejase de ser un requisito y pasase a ser un mérito.
–¿Teme que se repita la presión en la calle movida por la inmersión lingüística?
– Mi compromiso es el que yo ejercí con los ciudadanos, es por lo que me presenté como candidato y está basado en la libertad y la igualdad, nunca en la imposición ni en la obligación.
–Parece que los médicos no están muy contentos con usted y ya lleva tres consejeros de Sanidad... ¿Qué está fallando? ¿Hace autocrítica?
–Siempre hay que hacer autocrítica, porque de la autocrítica se aprende y de los errores también. Lo que se trata es de hacer la mejor gestión con los recursos que hoy disponemos. Hoy, gestionar una consejería tan complicada en tiempos normales, como la de Salud, no es una cuestión menor. He tenido que hacer algunos cambios, todos ellos para mejorar, y estoy convencido de que con la elección del nuevo consejero hemos conseguido la involucración del sector sanitario que tanto necesitábamos.
–Cuando le dicen las encuestas que perdería escaños o que no repetiría la mayoría, ¿le hace pensar?
–Nunca pienso en las encuestas. Estamos para gestionar con responsabilidad independientemente de nuestra valoración en las encuestas. Si tuviese en cuenta las valoraciones de las encuestas, no hubiese tomado ni una sola decisión. Nosotros estamos aquí para hacer lo que toca y más en este momento de dificultad. Lo fácil lo sabe hacer cualquiera, pero en el momento de dificultad es donde se ve claramente dónde está la vocación de servicio y en este caso mi compromiso es total y absoluto, y nunca he tenido en cuenta las encuestas.
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