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Cataluña

Junqueras, el «Honorable Señor» con sueldo de consejero

La Razón
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No es extraño que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, haya desestimado incorporarse al Gobierno de la Generalitat como número dos de Artur Mas. Al fin y al cabo, ser jefe de la oposición en Cataluña está lleno de ventajas, puesto que es una figura reconocida institucionalmente. Junqueras no sólo se evita sufrir el desgaste de los recortes presupuestarios desde el Gobierno, sino que se garantiza una condición de privilegio en la política catalana. Esta figura corresponde al presidente del grupo parlamentario de la oposición con más escaños en el Parlament. En este caso lo es Junqueras porque ERC tiene 21 escaños y el PSC uno menos (20), a pesar de que los socialistas obtuvieron 27.041 votos más que los republicanos en las elecciones. El jefe de la oposición tiene derecho a percibir unas retribuciones asimiladas a las que perciben anualmente los consejeros de la Generalitat (108.576 euros brutos en 2012), aunque no tiene derecho a recibir ningún tipo de pensión una vez haya cesado. Entre tanto, sin embargo, Junqueras podrá disponer de dos trabajadores a cargo de los presupuestos públicos con «dedicación especial». Se trata de dos personas que son consideradas como personal eventual y cuyo salario se incluye dentro de los presupuestos del departamento de Presidencia de la Generalitat. Pero Junqueras no sólo tendrá un buen sueldo y dos trabajadores a su disposición, sino que también tendrá un trato preferente como «Honorable Señor» y, además, debe ser «consultado» a iniciativa del presidente de la Generalitat en «aquellos asuntos de mayor importancia, como los que afectan a su autogobierno o su proyección exterior». «En los actos oficiales de carácter general, el jefe de la oposición ocupará el lugar inmediatamente posterior a los ex presidentes de la Generalitat», dice el decreto que regula esta figura.

Lo curioso es que Mas -quien ocupó este cargo durante varios años- meditaba seriamente suprimir esta figura durante la campaña, ya que preveía que CiU se destacaría mucho sobre el resto de sus adversarios -según sus cálculos, iba a triplicar al PSC- y, por tanto, no tenía sentido seguir consagrando la figura de un jefe de la oposición con una fuerza tan disminuida y tan parecida a la de otras formaciones. Ciertamente, el escenario es exactamente ése, ya que ERC tiene 21 escaños, el PSC 20 y el PP 19. Pero con lo que no contaba Mas es que el jefe de la oposición iba a convertirse en su principal aliado. Por tanto, el presidente de la Generalitat no cometerá el desaire de despojar a Junqueras de su cargo de jefe de la oposición. A Junqueras, de hecho, le parece muy solemne que el jefe de la oposición sea capaz de alcanzar grandes acuerdos con el presidente de la Generalitat y entiende que es una práctica de gran talla institucional.

En la última legislatura, Joaquim Nadal, del PSC, ocupó este cargo hasta que el nuevo líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, optó por revolucionar su grupo. El caso fue que la sustitución de Nadal por Xavier Sabaté solamente duró un Pleno -el de debate de política general-, puesto que Mas liquidó en aquella sesión la legislatura.