
Congreso
Junts avisa: ni Presupuestos ni Ley Bolaños si Sánchez no cumple sus promesas
La formación independentista amenaza con complicar el otoño al Gobierno, que quiere sacar hitos clave en lo que resta de año.

La tregua que Junts había facilitado a Pedro Sánchez antes del verano, sin apretar demasiado al Gobierno y sin realizar grandes aspavientos, ya ha saltado por los aires al completo. El partido de Carles Puigdemont está elevando en los últimos días la presión sobre el PSOE y amenaza con romper definitivamente en otoño y, también, con tumbar todas aquellas medidas que los socialistas quieran sacar adelante en lo que resta de año.
Esto incluye los Presupuestos y la llamada Ley Bolaños, dos de los principales hitos que el Ejecutivo pretende materializar y para los que necesita el apoyo de Junts. La formación independentista está dando signos de hartazgo porque considera que Sánchez no está cumpliendo con sus compromisos y no está en disposición de ceder, en un momento en el que las encuestas no le están siendo nada favorables y en el que están viendo cómo Alianza Catalana crece como alternativa en su espacio electoral.
Ayer se reunió en el Congreso de los Diputados la Comisión de Justicia, donde la Ley Bolaños lleva paralizada desde principios de mayo. Sin embargo, el único punto del día fue la sustitución de su presidente, el socialista murciano Francisco Lucas, que ha sido designado delegado del Gobierno en su comunidad. No hubo más contenido en la reunión y así amenaza con ser durante bastante tiempo.
Junts ayudó al PSOE en mayo a que la reforma que el Ejecutivo pretende a través de la Ley Bolaños salvase las enmiendas del PP y Vox. Pero hasta ahí echó el capote. Los independentistas presentaron su propia batería de enmiendas, absolutamente inasumibles para los socialistas y probablemente contrarias a la Constitución. Entre otros asuntos, piden la creación de un Tribunal Supremo de Cataluña al margen del Supremo actual, con jurisdicción en todo el Estado. Tanto José Luis Rodríguez Zapatero como Salvador Illa han intentado mediar directamente con Puigdemont para allanar el apoyo de los independentistas a la reforma, sin éxito de momento.
Pero no todo se circunscribe a esta reforma. Según explican fuentes cercanas a la cúpula de Junts, el partido va a mantenerse firme en una postura de colaboración cero y sin ambages hasta que el Gobierno no cumpla lo acordado entre el PSOE y Junts en Suiza. Esta estrategia afectará también a los Presupuestos Generales del Estado, que Hacienda ya está preparando.
El objetivo de Moncloa es traer el texto de la ley a lo largo de este otoño para que las cuentas puedan entrar en vigor el 1 de enero de 2026, pero este futuro también se antoja complicado para el presidente del Gobierno. De todas formas, fuentes de Junts aseguran que el Ejecutivo todavía no se ha puesto en contacto con ellos para sondear la posibilidad de que apoyen los Presupuestos, como sí se ha hecho con la Ley Bolaños. Según fuentes parlamentarias, Moncloa todavía no está entablando conversaciones con otros grupos como Podemos, que también son clave.
Independientemente de la ley de turno, el principal problema para los socialistas está siendo que algunas de las cuestiones que ha pactado con Junts, como la oficialidad del catalán en la Unión Europea o el traspaso de las competencias migratorias a Cataluña, no dependen exclusivamente de ellos.
Esto último es un ejemplo perfecto. La semana que viene se debatirá en el Congreso de los Diputados la proposición de ley firmada entre PSOE y Junts para la cesión de las competencias migratorias. Se trata de un asunto fundamental para los independentistas, ya que el debate migratorio está beneficiando a Aliança Catalana. Sin embargo, desde Podemos ya han anunciado que votarán en contra, haciendo que corra el riesgo de caer.
Fuentes del partido de Ione Belarra consideran que la norma "es una ley con intenciones abiertamente racistas, como se puede leer en el propio preámbulo de la misma, donde se habla de la inmigración como un problema y un riesgo para la convivencia y la cohesión social" y no piensan votar a favor de su tramitación. Desde el PSOE esperan que Junts no les responsabilice si la norma no sale adelante por culpa de Podemos, porque ellos habrán cumplido con su parte.
Pero Junts no parece excesivamente dispuesto a escuchar y está contagiando la presión a varios terrenos, ahora también en el Parlament catalán. El próximo 7 de octubre arrancará el debate de política general y los independentistas están pidiendo a Salvador Illa que se adhiera a los acuerdos con el PSOE en Suiza o que, si no, "empezarán a pasar cosas en Madrid". Generan así un peligroso camino de ida y vuelta entre Madrid y Cataluña que ha molestado al PSC. La portavoz del Gobierno autonómico, Sílvia Paneque ha pedido a Junts que desvincule sus actuaciones en el Parlamento catalán con los acuerdos para investir a Pedro Sánchez.
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