Tensión

Puigdemont frena el plan del PSOE de cerrar ya la investidura y hoy negociará nuevas cesiones

Junts pospone la decisión sobre Sánchez y el expresidente de la Generalitat recuerda: "No cambiaremos la prudencia y precauciones que hemos mantenido hasta ahora por más prisas que algunos tengan"

Parecía que el acuerdo entre el PSOE y Junts estaba más cerca que entre los socialistas y ERC, pero las cosas dieron ayer un vuelco en las últimas horas. El PSOE conseguía atar atar el apoyo de los republicanos y tendrá que esperar para obtener el "sí" de los de Carles Puigdemont porque los posconvergentes han echado el freno y han evitado cerrar un acuerdo ayer jueves. Puigdemont reunía a la cúpula del partido en un hotel de Bruselas para valorar la situación, pero el encuentro terminó sin ninguna decisión. De hecho, estaba previsto que el líder de los posconvergentes compareciera porque se había habilitado una sala de prensa, pero finalmente no ha sido así y Junts guarda un silencio absoluto.

Lo cierto es que este aplazamiento de la decisión final de Junts bloquea los planes del PSOE, que buscaba tener atado el acuerdo ya para registrar en el Congreso la ley de amnistía y convocar este viernes el pleno de investidura para la semana que viene (las fechas que toman más fuerza ahora son el 8 y el 9 de noviembre). Finalmente, este plan ha quedado dinamitado por Junts.

"Siempre hemos dicho que por tratar con el sistema político español todas precauciones son pocas. Nos mantenemos, y nos afianzamos. No cambiaremos la prudencia y precauciones que hemos mantenido hasta ahora por más prisas que algunos tengan", ha avisado Carles Puigdemont este jueves por la noche a través de las redes sociales rompiendo momentáneamente el silencio decretado por el partido posconvergente. Eso sí, el expresidente de la Generalitat no ha concretado nada más.

Sobre la mesa, varios elementos. Por un lado, Junts quiere apretar para obtener el máximo rédito posible con la ley de amnistía y aspira a incluir más cuestiones dentro de esa norma para que tenga el mayor alcance posible para eximir de delitos a todos los políticos y activistas vinculados al "procés". Por otro lado, esa voluntad de apretar más al PSOE queda alimentada por las ganas de obtener un mayor botín que ERC: los republicanos han copado este jueves todos los focos por su acuerdo con los socialistas, que incorpora la amnistía, además del traspaso de Rodalies y la condonación de parte de la deuda (15.000 millones de euros), todos ellos son asuntos muy reivindicados por el independentismo.

Por lo tanto, la lucha entre ambas formaciones independentistas parece dificultar también el acuerdo que busca el PSOE para materializar la investidura de Sánchez lo más pronto posible. Puigdemont busca espacio propio y vuelve a la casilla del 23-J, erigiéndose en el protagonista de las negociaciones y teniendo la última palabra sobre el futuro político de Sánchez, después de que el PSOE haya atado ya los apoyos previsibles de ERC y Bildu.

En este sentido, con la intención de alcanzar un acuerdo este jueves, el PSOE había desplegado a sus interlocutores. Con una voz en Barcelona y otra en Bruselas, la maquinaria del PSOE se aceleraba para conseguir los 14 votos de los dos partidos independentistas. Dos viajes importantes para dos momentos imprescindibles para que salga adelante la investidura de Pedro Sánchez. El número tres del PSOE, Santos Cerdán, se ha desplazado a Bruselas para cerrar los flecos con los de Carles Puigdemont, a la vez que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha hecho lo propio con un traslado a Barcelona para rubricar con Oriol Junqueras. Solo uno de los dos viajes ha tenido saldo positivo.

PSOE y ERC han firmado ya su acuerdo de investidura, mientras que el pacto con Junts llega a un punto de complicación por el alcance que debería tener la ley de amnistía. En Junts nadie concreta nada y todo el mundo guarda máximo secretismo sobre los tiempos, mientras la Junta de Portavoces se reúne este viernes a las 12 horas con la posibilidad de convocar el pleno de investidura para la semana que viene.

En paralelo, Junts tiene todavía que decidir si accede al acuerdo, pero también le quedan por delante cuestiones internas para dar el último aval porque el "sí" a Sánchez tiene que pasar por el Consell Nacional y posiblemente por las bases. De momento, tras reunir seis horas a la dirección permanente, Junts sigue sin dar el "sí". La dirección permanente es un reducido grupo de la confianza de Puigdemont que está formada por la presidenta, Laura Borràs; el secretario general, Jordi Turull; los vicepresidentes Anna Erra, Josep Rius y Aurora Madaula; el secretario de organización, David Torrents; la secretaria de finanzas, Teresa Pallarès; el adjunto al secretario general, David Saldoni, y representantes en cámaras parlamentarias.