
Política
Junts calienta el aviso a Sánchez e Illa de un otoño en llamas
Los de Puigdemont colocan el foco en el Debate de Política General en Cataluña y el «doble discurso» del PSC

Hace dos semanas, el expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont reunió a su ejecutiva tras su foto con Salvador Illa. Nada nuevo bajo el sol. Junts acusó al president y líder del PSC de «renunciar» a defender los derechos de los catalanes. Además, se autodefinió como «alternativa a la desnacionalización y el empobrecimiento del país» y como «la garantía de la defensa de los intereses de Cataluña ante el Gobierno español». Junto con el lamento de que la reunión se hiciera «en el exilio, vista la anormalidad democrática que se vive» en España y Cataluña. Ayer tocó el turno al grupo parlamentario del Parlament, y Junts subió la apuesta: o el PSC apoya sus propuestas en el debate de Política General –el segundo que afronta Illa–, y suscribe los acuerdos alcanzados para la investidura del socialista, o se «habrá terminado el camino» de los posconvergentes con los socialistas en la política en Madrid.
«Construir en Suiza»
Lo verbalizó la nueva persona de confianza de Puigdemont en el Parlament, Mónica Sales: «El president Puigdemont dijo hace unas semanas que en este otoño pasarían cosas que no han pasado hasta ahora y posiblemente comenzarán a pasar en el marco de este debate de política general en el Parlament de Cataluña porque no se puede construir en Suiza y destruir en Cataluña». Los de Junts han puesto toda la carne en el asador ante lo que consideran «el doble discurso» del PSC.
Desde el partido de Puigdemont vuelven a amenazar, por enésima vez, y quieren plasmar su advertencia en el debate que se celebrará del 7 al 9 de octubre en el Parlament por la vía de propuestas parlamentarias sobre el catalán, sobre financiación, para poner fin al «expolio fiscal», o sobre infraestructuras, para tener un «servicio de trenes dignos y unas carreteras y aeropuertos como nos merecemos». Eso sí, Sales no ha concretado esta amenaza, aunque los de Junts tienen nuevos escenarios abiertos desde la última reunión de su ejecutiva que se celebró tras el encuentro con Illa.
De entrada, la cita de ayer se celebró con dos sonoras ausencias. La de Jaume Giró, que presentó su dimisión por discrepancias con la estrategia de Puigdemont, y la de David Saldoni, responsable de Política Municipal, ahora en el sector privado y que dejó la formación por no compartir esta misma estrategia.
Segundo, el nuevo escenario es el portazo de Junts al Gobierno, pero, sobre todo, a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la Ley de Reducción de Jornada.
El duro debate de Díaz con Míriam Nogueras abrió nuevas brechas con el Ejecutivo, aunque algunas voces socialistas han trasladado a la patronal catalana, Foment del Treball, que entendían el portazo de Junts y consideraban un error de calado la estrategia de la vicepresidenta.
Pérdida de apoyo
Y tercero, las encuestas. El Centro de Estudios de Opinión plasmaba una pérdida sustancial de apoyo a Junts en favor de la ultraderechista Aliança Catalana.
Lo mismo recogió la encuesta de Sigma Dos para El Mundo que se publicó ayer y que dejaba a los posconvergentes con 11 escaños menos y a los ultras de Silvia Orriols con 14.
Con estos vaticinios de debacle, en la reunión de los parlamentarios junteros ganaba más importancia que nunca la estrategia a seguir en el Parlament ante el próximo debate de Política General y la negociación de presupuestos, además seguir encima de la mesa el retorno de Carles Puigdemont, que ha dejado de ser inminente, y cuál será su papel en el futuro.
En el partido nadie sabe si cogerá un rol de carácter secundario o se convertirá en el líder de la oposición, pero, sea cual sea, no es un debate inminente porque los plazos previstos se han alargado por la recusación de miembros del Tribunal Constitucional por el propio Puigdemont.
Si no hay sorpresas, Junts seguirá también de secundario en la negociación de los presupuestos porque Salvador Illa sigue apostando por un acuerdo con ERC y Comunes y no parece que los de Puigdemont entren en esa negociación.
Por contra, seguirán centrando su política en Madrid para que Sánchez cumpla los acuerdos de investidura. Por estos motivos, Junts ha acentuado un perfil duro con amenazas tanto a Illa como a Sánchez.
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