Elecciones catalanas

Torrent cede y propone a Sánchez aunque queda a la espera del TS

El juez Llarena deberá decidir si permite al candidato salir de prisión para acudir al Pleno.

Roger Torrent (d) junto a la portavoz de JxCat, Elesa Artadi y el portavoz adjunto de la formación, Eduard Pujol hoy en su despacho. EFE/Marta Pérez
Roger Torrent (d) junto a la portavoz de JxCat, Elesa Artadi y el portavoz adjunto de la formación, Eduard Pujol hoy en su despacho. EFE/Marta Pérezlarazon

El juez Llarena deberá decidir si permite al candidato salir de prisión para acudir al Pleno.

El independentismo ha abocado al Parlament a revivir una nueva investidura fallida, después de que el presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent, y ERC accedieran a la imposición de JxCat y se propusiera ayer al ex líder de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, encarcelado provisionalmente en Soto del Real, como nuevo candidato a ser investido. Una elección que corre el riesgo de volver a colisionar contra la prohibición de la Justicia española, ya que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, con toda probabilidad no le permitirá salir de prisión para acudir al Pleno, y dilatará todavía más la formación de Govern. Una senda que desespera a ERC, que apuesta por desencallar la investidura lo más pronto posible para acabar con la aplicación del artículo 155, pero que ha tenido que volver a asumir para no alimentar más las hostilidades con JxCat. El Pleno, en todo caso, todavía no tiene fecha fijada, aunque será la semana que viene a petición de los independentistas para tener tiempo de seguir negociando.

Y es que desde ERC se ha aceptado a regañadientes –de hecho, el viernes pasado propusieron a Oriol Junqueras como instrumento de presión sobre JxCat, al que piden que proponga a alguien exento de causas judiciales para facilitar la vuelta a la normalidad–, y optarán por que sean los tribunales quienes hagan de nuevo el trabajo de imposibilitar el Pleno de investidura. «Todavía no hemos recibido ninguna notificación y por eso apoyamos la candidatura», avanzaron. Asimismo, este escenario también permite a los independentistas ganar tiempo para seguir negociando el acuerdo y los apoyos
–JxCat y ERC pidieron a Torrent que fijara la sesión para la semana que viene y así tener más margen–. Por un lado, ayer, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, aseguraron que ya han llegado a un preacuerdo, e incluso Artadi avanzó que entre hoy y mañana se haría público, pero fuentes presentes en las conversaciones matizaron a este diario que son «escépticos» a que la entente llegue tan pronto.

Por otro, una vez consumado el acuerdo, se deberán dirigir a la CUP para tratar de arrancarles el voto a favor de Sánchez, necesario para que la investidura obtenga luz verde. Los anticapitalistas se mantuvieron ayer en sus trece y exigieron un programa republicano y de confrontación con el Estado, aspiración que podrían satisfacer, ya que Artadi aseguró que el nuevo documento que tienen preparado incluye «construcción de la República» y ahonda en el proceso constituyente. Pero si los cuperos no variaran su postura, también retaron a la Mesa del Parlament a desobedecer al Tribunal Constitucional y permitieran votar a distancia a Carles Puigdemont y Toni Comín, fugados en Bélgica, ya que consistiría en un envite al Estado. Sin embargo, tanto JxCat como ERC eludirán cualquier ilegalidad y deberán concentrar sus fuerzas en persuadir a Puigdemont y Comín para que renuncien a su acta de diputado. Como adelantó LA RAZÓN ayer, ambos se han comprometido ya a dimitir si fuera posible la investidura de Sánchez.

Donde ERC no va a encontrar ningún apoyo, por ahora, es en los «comunes» y el PSC. Ambos partidos tumbaron ayer el tripartito. Los primeros aseguraron que sólo sería posible a largo plazo y si ERC dejara de lado a JxCat, y los segundos exigieron que Esquerra debe abandonar la vía unilateral.