Bruselas

JxCAT, ERC y la CUP dicen sí al pleno de investidura sin dar a conocer el formato

En la reunión de la Mesa se dilucidará si hay debate de investidura. El ex president quiere forzar la celebración, mientras que Esquerra no

El president del Parlament, Roger Torrent, y el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en Bruselas
El president del Parlament, Roger Torrent, y el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en Bruselaslarazon

Los grupos parlamentarios de JxCat, ERC y la CUP han acordado que se celebre el pleno de investidura aunque aún no han decidido cómo será el formato del mismo.

El pleno de investidura del futuro presidente de la Generalitat está convocado para las 15 horas de hoy. Hasta aquí la única certeza. Los grupos parlamentarios de JxCat, ERC y la CUP han acordado que se celebre el pleno de investidura aunque aún no han decidido cómo será el formato del mismo.

La Mesa del Parlament se reunirá por la mañana con menos trabajo del que tenía previsto. Tres diputados con residencia temporal en Bruselas –Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Lluís Puig– han renunciado a su escaño. Un cuarto, Toni Comín, no lo ha hecho, pero ha retirado su petición de delegación de voto. Sólo debe decidir Roger Torrent si el pleno se mantiene ante la evidencia que el candidato no estará presente. Ante esta tesitura, se dibujan diferentes escenarios.

Una de las hipótesis que menos peso tiene de fructificar es que Carles Puigdemont, el candidato, se presente en el Pleno. Esta opción, según todas las fuentes consultadas, tiene mínimas posibilidades pese a las últimas declaraciones del ex president abriendo la posbilidad a regresar a España y pese que ayer presentó un recurso de amparo ante la Mesa del Parlament. Ante la imposibilidad de ese escenario, el pretendido por todas las fuerzas independentistas, el que más gusta a ERC es que Roger Torrent, tras reunir la Mesa del Parlament y constatando que el candidato no estará presente, suspenda el pleno. Este escenario podría poner punto final a la jornada política a media mañana.

Otra situación que contaría con el agrado de Esquerra, aunque ya pondría al límite a Roger Torrent, es que el presidente del Parlament mantenga la convocatoria del Pleno de la Cámara y la suspenda nada más empezar tras constatar que el candidato no está en la sala. ERC no descarta esta opción tampoco, ya que tanto esta como la anterior dan todas las garantías a Roger Torrent que podría decir que lo ha intentado, pero que no es posible seguir. ERC, entonces, esgrimiría su posición oculta en estas semanas y que sólo ha verbalizado su portavoz en el Congreso, Joan Tardà: buscar un nuevo candidato de Junts per Catalunya, después que se ha haya ido enfriando la posibilidad de que Oriol Junqueras entre en escena como alternativa.

De las anteriores opciones, ninguna cuenta con el aval de Junts per Catalunya, que llega al pleno con la voluntad de «forzar la tensión con el estado, imitando el «modus operandi» que se puso en marcha en el pleno del 6 y 7 de septiembre que acabó con la dignidad del Parlament. En esos días, fue el pleno el que tomó las iniciativas pertinentes para asumir la responsabilidad evitando que la Mesa las asumiera en primera persona, argumentando que la Mesa solo «propiciaba el debate en la Cámara». Las fórmulas que se pondrán sobre la mesa para forzar un pleno y evitar que la Mesa tenga que asumir responsabilidades jurídicas son el mejor secreto guardado por Junts per Catalunya. Nadie da pistas, pero dejan que vuele la imaginación. De hecho, hablan de fórmulas imaginativas. Una de ellas, que Puigdemont registre mañana por la mañana un documento en el Parlament –su discurso– y se fuerce en el pleno que alguien lo lea –un secretario de la Mesax– para convertir el pleno en un acto de propaganda.

Finalmente, la última alternativa que planea en el cuartel de Junts per Catalunya, y que ha venido sonando días atrás, es que tome la palabra un diputado de su grupo de parlamentario para exponer ese programa de gobierno, aunque no sea exactamente una investidura. Es una incógnita sobre qué bases legales y formales –ateniéndose al reglamento del Parlament– que utilizará el grupo de Puigdemont para forzar esta situación. Según las fuentes consultadas por LA RAZÓN el protagonista de esta investidura tiene nombre y apellidos: Jordi Turull. El ex portavoz del gobierno de Puigdemont parece que será el designado, como lo fue para ser el hombre que asumió la delegación de voto de Jordi Sánchez y Joaquím Forn en el pleno de constitución del Parlament. Turull se acercó a Puigdemont desde que perdió el congreso del PDeCAT frente a Marta Pascal, con la que tiene unas relaciones poco fluidas.

Sin embargo, todas estas opciones están en el aire porque ERC y JxC siguen negociando, y seguirán negociando hasta que se inicie el pleno. Los republicanos tratan de resistirse a las pretensiones de los de Puigdemont, arguyendo que es necesario evitar responsabilidades judiciales, pero, todo hay que decirlo, hasta ahora líneas Maginot de ERC han tenido poco éxito. En paralelo a estas negociaciones, Junts per Catalunya y ERC negocian la composición del gobierno que parece un tema menor si no hay todavía encima de la mesa un candidato a presidente. No ha trascendido mucho de la estructura del nuevo ejecutivo que se repartirá al 50% entre las dos fuerzas independentistas, aunque fuentes bien informadas del curso de las negociaciones afirman que los encontronazos son moneda de cada día. «Esto va a ser peor que el tripartito», dicen en referencia a los gobiernos de Maragall y Montilla. Tampoco se sabe demasiado de las reuniones que mantienen con la CUP. Según los anticapitalistas, los tres grupos independentistas han acordado impulsar una «asamblea constituyente de la nueva República» –algo que dista mucho de lo planteado por ERC y JxC, al menos públicamente–, la retirada de las subvenciones a las escuelas que segreguen por sexo y revertir la privatización de Aigües Ter Llobregat (ATLL).

Los cuperos, que todavía no dieron por zanjado el acuerdo para apoyar la investidura de Puigdemont, lo que ven innegociable es que se mantenga en vilo la celebración del Pleno. Ayer fueron los más rotundos y aseguraron que no «entenderían» que no se llevara a cabo la sesión parlamentaria. «Son inadmisibles las injerencias del Estado sobre la soberanía del Parlament y la soberanía de los electos», aseguró ayer Natalia Sánchez, diputada de la CUP, tras concluir una reunión a tres bandas en el Parlament con JxCat y ERC sobre el programa del gobierno. Los anticapitalistas garantizaron que hoy se sentarán a las 15 horas en el hemiciclo.

Antes, a las 10 horas, se celebrará una reunión de la Mesa del Parlament, donde se dilucidará la celebración del Pleno. Están convocadas todas las formaciones, incluso las que no tienen representación en el órgano rector de la Cámara catalana, y ERC, ayer, dejó la pelota en ese encuentro, que quieren proteger a Torrent y defendieron que debe ser una decisión colegiada.