Barcelona

La Barcelona de Colau: Cuando la activista es la alcaldesa

Ada Colau ha retirado a los policías del Sonar, parado los Juegos Olímpicos y sublevado a toda la oposición

Su visita al festival Sonar se saldó con una nueva polémica tras retirar a los agentes de paisano
Su visita al festival Sonar se saldó con una nueva polémica tras retirar a los agentes de paisanolarazon

Si algo ha quedado claro con la llegada de Ada Colau a la alcaldía de Barcelona es que los barrios más populares de la ciudad están con ella. No sólo porque así lo certifican los resultados electorales sino también por los baños de multitud que se ha dado en Nou Barris o Ciutat Vella. No obstante, el respaldo ciudadano no lo es todo y en su primera semana al frente del Ayuntamiento se ha encontrado con las primeras reticencias a su gestión: el desahucio que ayudó a parar el lunes pasado y la retirada de Barcelona a la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno. Esto último tiene mérito porque con un simple gesto ha conseguidocrispar a toda la oposición, a sus socios de gobierno, a los alcaldes del Pirineo y a varias federaciones deportivas relacionadas.

Colau, al igual que otros alcaldes surgidos de plataformas similares a la suya, intentó romper con alguno de los hábitos asociados a los políticos, como la escolta o el coche oficial. Al fin y al cabo, la alcaldesa basa buena parte de su éxito en la cercanía con la gente. Sin embargo, pasar de las musas al teatro no le fue fácil. Colau sigue yendo al Ayuntamiento en metro. Aun así, para sus desplazamientos como alcaldesa utiliza un flamante Seat Alhambra, más discreto que el de sus predecesores pero un coche oficial a fin de cuentas. Con la escolta, tres cuartas partes de los mismo. Su intención inicial de prescindir de los guardaespaldas topó con la negativa de la Guardia Urbana. Y tuvo que transigir. Eso sí, en lugar de llevar a dos escoltas con traje y corbata, los acompañantes de Colau son discretos hasta el punto de confundirse con cualquier otro transeúnte. Incluso en el metro guardan una distancia prudencial con la alcaldesa y se mezclan perfectamente con el resto de viajeros.

En cualquier caso, el estreno de Colau como alcaldesa no fue todo lo plácido que podía esperarse. La líder de Barcelona en Comú inauguró la legislatura rescatando su faceta de activista y ayudando a paralizar varios desalojos en Nou Barris, conocido también como Villa Desahucio. No obstante, el gesto de Colau se encontró con la oposición frontal del gobierno saliente, CiU, quienes aseguraron que les desahucios previstos para esta semana habían sido paralizados por ellos. El grupo de CiU se refería al caso concreto de la familia que contó con el apoyo de Colau. «El referente [un técnico] del distrito de Nou Barris ha mantenido una reunión en la entidad financiera, Bankia, a las 8:15 horas para encontrar una salida al caso», señalaron. Después de esa reunión se acordó suspender el desahucio. “El referente se trasladó a la vivienda afectada para informar a sus ocupantes, donde coincidió con la alcaldesa». Los otros casos previstos se resolvieron, afirmaba la nota, con «aplazamientos, negociaciones de alquileres sociales, ofrecimiento de piso social o petición de suspensiones a los bancos».

Tras esta polémica, el siguiente charco que pisó Colau fue el de los Juegos Olímpicos tras retirar unilateralmente la candidatura. Tras el anuncio, saltaron los alcaldes del Pirineo, saltaron las federaciones deportivas afectadas, saltaron los socios de gobierno y saltó la oposición. Los grupos municipales de PP, ERC y PSC cargaron contra la decisión de Colau. El líder de ERC en Barcelona, Alfred Bosch; el del PP, Alberto Fernández, y la concejala socialista Carmen Andrés coincidieron en sus críticas a la nueva alcaldesa por considerar que tomó esta decisión de forma precipitada sin hablar con el resto de grupos ni con los alcaldes de los Pirineos. Huelga decir que estos últimos se enteraron de la noticia por la prensa.

Para Fernández, la decisión de Colau es «una falta de respeto» al resto de grupo y a los alcaldes de los Pirineos y acusó a PSC y ERC, sus socios de gobierno, de ser corresponsables por haberle dado a Colau un cheque «en blanco como la nieve». Las estaciones catalanas de esquí también se pronunciaron con la esperanza de que la alcaldesa de Barcelona se replantee la decisión de retirar la candidatura de esta ciudad para albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno. Según explicó el director de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Montaña (ACEM), Joaquim Alsina, el objetivo pasa ahora por reunirse con Colau y explicarle un proyecto que considera que «vale la pena». Alsina reclamó una oportunidad para que los profesionales de los deportes de invierno puedan explicar su punto de vista.

La última polémica se dio ayer precisamente con la celebración del festival de música electrónica Sonar. Una inesperada orden obligó a la Guardia Urbana a retirar a sus equipos camuflados de paisano del interior del festival. Es decir, los agentes encargados de controlar los hurtos y pequeño tráfico de drogas recibieron órdenes de acudir a otros destinos sin mediar palabra.