PSOE

La batalla del PSOE se centra en Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia

Un mes y medio de campaña se antoja largo, pero no tedioso: el PSOE se juega su futuro

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, durante el mitin celebrado ayer en Madrid en el que anunció oficialmente su candidatura
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, durante el mitin celebrado ayer en Madrid en el que anunció oficialmente su candidaturalarazon

Un mes y medio de campaña se antoja largo, pero no tedioso: el PSOE se juega su futuro

Susana Díaz desplegó músculo y fuerza en Madrid. A su alrededor, Felipe González y Alfonso Guerra, que son difíciles de ver juntos y que se juntaron para apoyar a la andaluza, y José Bono y José Luis Rodríguez Zapatero, otrora enfrentados en un congreso que se celebró en el mismo recinto de IFEMA. Los más de 4.000 asistentes que empequeñecieron el recinto eran el 100% PSOE que Díaz reclama para sí con su historia, de aciertos y de errores, bajo la reformulación de la socialdemocracia del futuro que no se entregue al populismo de verbo fácil y de alternativa utópica. Díaz quiere un PSOE ganador y para ganar quiere convencer con un discurso de izquierdas sin veleidades.

El pasado arropó a Díaz. También el futuro que representó la joven militante de las Juventudes Socialistas, la cántabra Estela Goicoechea; Cataluña que subió al atril, a nada más y nada menos, que al alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, el sustituto de José Montilla –hoy senador y ex presidente de la Generalitat que tampoco esconde, todavía en privado, sus preferencias por Díaz– y Matilde Fernández, la ya jubilada dirigente guerrista que sigue teniendo una fuerza encomiable.

A 350 kilómetros de distancia al este, en Valencia, Pedro Sánchez volvía a darse un baño de multitudes en el que militantes, que votan, y simpatizantes, que no votan, daban colorido a un candidato que se erige en líder de las bases y habla de un proyecto situado más allá del partido que no descarta la ruptura si Sánchez pierde las primarias. A pesar del desprecio con que el ejército de «trolls» que posee el ex secretario general en las redes sociales recibió la noticia que publicó LA RAZÓN en la que se contaba que el «sanchismo» teoriza la ruptura mirándose en el espejo del líder francés Jean Luc Mélenchon que se escindió del PSF, la realidad es que la ruptura se ha convertido en debate en las filas de Sánchez, sobre todo, entre los seguidores del candidato en las redes sociales que tienen cara y ojos, que residen en España y que, todavía, son militantes, y que nada tienen que ver con las granjas de «trolls» que mecánicamente saludan al nuevo líder.

Al norte, a 400 kilómetros de Díaz, López sigue con su campaña alejado de grandes demostraciones de fuerza. Las malas lenguas lo dan por amortizado, pero su equipo apuesta por un modo de hacer que piensa sobre todo en el día después y que el líder vasco resume en «un socialista si pierde, al día siguiente se queda, para sumar». La incógnita es si López llegará al final. Los suyos no tienen ninguna duda. Sus oponentes discuten si la retirada de López favorecería a Díaz o a Sánchez. Hoy por hoy, nada permite augurar que el ex lendakari abandone la liza porque una retirada podría inhabilitarle para otros menesteres en el futuro.

Con los tres candidatos en liza, la gestora se reúne hoy para fijar un nuevo Comité Federal, para el sábado 1 de abril, en el que se fijarán fechas de primarias y congreso. Empezará así la carrera de verdad en la que todos medirán sus fuerzas, y empezará un proceso que no estará exento de broncas y de tensiones entre Pedro Sánchez y la gestora que para un líder socialista «es el camino a seguir para acusar de pucherazo si no gana». La financiación de los candidatos y el censo marcarán las primeras escaramuzas que se llevarán a los territorios.

Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia serán los principales campos de la batalla porque en ellas se dirimirá la mayoría ya que tienen el mayor número de militantes. Sánchez quiere hacer mella en Andalucía, aunque quizás sus esfuerzos sean baldíos, y los resultados escuálidos que los entendidos sitúan en un máximo del 30%, porque en sus principales baluartes pierde fuelle. Madrid votará muy dividido lo que hace perder fuerza al ex secretario general que ha unido en su contra a Tomás Gómez y a Pedro Castro, al igual que Valencia, dónde Ximo Puig está recuperando posiciones y algunos valores sanchistas le han dado la espalda refugiándose con Patxi López. Cataluña también dejará de ser un vergel sanchista. El alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, el ex ministro Celestino Corbacho, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y la todopoderosa federación del Baix Llobregat se han convertido en la guardia pretoriana de la líder andaluza. Los susanistas catalanes se saben perdedores pero un PSC dividido es mal augurio para Sánchez.

La Caja de Pandora se abrirá el próximo sábado y las espadas están en alto. Más de un mes y medio de campaña se antoja larga, aunque no tediosa. En apenas 45 días, el PSOE se juega su futuro y la incertidumbre en el resultado hace prever tensión y violencia verbal. Del resultado final dependerá si seguiremos conociendo un 100% PSOE, o acabará hecho añicos.

Sánchez y López, también de campaña

Mientras Susana Díaz se dio ayer un baño de masas en Madrid, Sánchez y López dieron sus mítines: el ex secretario socialista llamó en Valencia a optar entre el PSOE «de la abstención» o uno «de izquierdas, creíble y autónomo», y el ex presidente de la Cámara Baja mantuvo un tono de conciliación y solicitó a los candidatos que dejen «las peleas de barrio» y abogó por un debate abierto a la militancia entre él y los otros aspirantes.