La amenaza yihadista

La «caravana de mujeres» del Daesh

Procesados siete presuntos yihadistas que enviaban armas y material militar al Estado Islámico en contenedores de ropa y a los que el grupo terrorista pidió jóvenes «para casarse en Siria».

El Estado Islámico pidió en su momento a su red yihadista que buscara mujeres «para casarse en Siria» con los combatientes. Algunas de ellas se alinearon con el yihadismo
El Estado Islámico pidió en su momento a su red yihadista que buscara mujeres «para casarse en Siria» con los combatientes. Algunas de ellas se alinearon con el yihadismolarazon

Procesados siete presuntos yihadistas que enviaban armas y material militar al Estado Islámico en contenedores de ropa y a los que el grupo terrorista pidió jóvenes «para casarse en Siria».

La Audiencia Nacional dejó ayer al descubierto la intendencia del autoproclamado Estado Islámico (Daesh) con el procesamiento de siete supuestos integrantes de una red yihadista –residentes en nuestro país de origen sirio, marroquí y jordano– que se encargaban de suministrar armas, componentes de explosivos y material militar a la organización terrorista mediante envíos camuflados en contenedores de ropa. Todos ellos, según el juez Eloy Velasco, traficaban además con obras de arte presumiblemente procedentes de los expolios islamistas en Siria e Irak con el objetivo de financiar tanto a Jabhat al Nusra como al Estado Islámico. Una actividad que les ha valido la primera imputación en España de un delito contra los bienes culturales protegidos en caso de conflicto armado vinculado al terrorismo yihadista. Además, se les imputan, entre otros, delitos de pertenencia a organización terrorista, blanqueo, tenencia ilícita de armas y financiación de organizaciones terroristas.

Según consta en la resolución del juez Velasco, Daesh también había reclamado al presunto líder de la célula, Ammar Termanini, que le buscase «mujeres para casarse en Siria» con los terroristas que combaten bajo su bandera. La supuesta red islamista fue desarticulada hace un año en Alicante, Ceuta y Valencia.

Según el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Termanini (actualmente en prisión como otros cuatro de los procesados) lideraba una red estable de apoyo logístico a la organización terrorista a la que, supuestamente, también suministraron «componentes de explosivos y armas de fuego». Y es que la investigación también ha revelado el encargo que recibió la trama de «una gran cantidad de abono de urea, yodos y fosfatos para su envío al norte de Siria», materiales que según el magistrado iban a ser utilizados «como precursores para la fabricación de explosivos».

Otro de los encargos que recibió la supuesta célula logística fue el envío a Siria de diez toneladas de uniformes militares. De hecho, en marzo del pasado año los agentes se incautaron en el puerto de Valencia de más de 20.000 uniformes en el interior de un contenedor de ropa de segunda mano almacenado en la nave de una de las empresas de Termanini, Tigre Negro S. L. La cantidad y calidad de esas prendas, dice el juez, «es poco compatible con un uso civil». Para esos envíos, se servían incluso de un «uso perverso» de la infraestructura y emblemas de la Cruz Roja turca.

Los investigados recurrían al sistema «hawala» para transferir sus fondos a países «que nada tienen que ver con el destino final de las mercancías», como Turquía y Holanda. De hecho, a los investigadores les llamó la atención el súbito incremento del saldo en las cuentas de las empresas de Termanini, de casi diez millones de euros en sólo tres años, «fundamentalmente mediante ingresos en efectivo». Esos fondos no justificados tenían un destino final que «no era otro que la organización terrorista Daesh».