Caso ERE

La carta que compromete a Chaves: «No la conocí en su momento»

Hay documentos vinculados a Chaves en la instrucción y el PP denuncia ayudas ligadas a su «veraneo».

El «ciudadano» Chaves, para la actual dirección del PSOE, declaró ayer en el juicio de los ERE
El «ciudadano» Chaves, para la actual dirección del PSOE, declaró ayer en el juicio de los ERElarazon

Hay documentos vinculados a Chaves en la instrucción y el PP denuncia ayudas ligadas a su «veraneo».

El «caso ERE» es el fardo que lleva sobre los hombros el ex presidente andaluz Manuel Chaves y que ha ensombrecido el final de una carrera política que incluye haber ganado seis veces las elecciones autonómicas. El que le ha costado incluso la renuncia a la militancia en el partido que llegó a presidir, el PSOE, pese a haber sido uno de los integrantes del icónico «clan de la tortilla» y de haber logrado apaciguar las pugnas internas entre familias en la federación más importante, la andaluza.

Se le acusa de un presunto delito de prevaricación y se enfrenta a una petición de pena de diez años de inhabilitación por parte de la Fiscalía Anticorrupción, si bien no pesa sobre él, cómo sí sobre otros encausados, la posibilidad de entrar en prisión, después de que el tribunal que lo enjuicia rechazara al inicio de la vista oral atribuirle el de asociación ilícita, como pretendió la representación procesal del PP, formación personada en la causa.

En la instrucción de la «macrocausa» en la que se analiza la «implantación» de un supuesto sistema opaco de reparto de fondos públicos que permitiría sortear la legalidad y sus consecuencias, hay episodios que apuntan directamente al también ex ministro de gobiernos de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero. Dos de ellos están vinculados a sendas cartas: una se la entregaron trabajadores de una empresa implicada en el caso, Bilore, a un cargo de confianza del ex presidente y en ella le rogaban que «no los abandonara»; en la otra, dirigida a él le advertían de que se había incluido en el ERE de la Faja Pirítica de Huelva a personas que no habían visto la mina «ni por dentro ni por fuera» y que ahí estaban, «prejubilados». Sobre esta última le preguntó ayer a Chaves la Fiscalía. Quiso saber si estaba de acuerdo con el trámite que se siguió con ella desde su gabinete, al calificarse lo que se relataba en la misiva «como discriminación». El aludido explicó que llegó por fax y pasó por el «trámite habitual»: su «secretaria» se lo remitió al consejero de Empleo para que éste «actuara de la forma que considerara necesaria». Luego su abogado, Pablo Jiménez, le apuntó que consta que la «jefa de secretaría» la mandó «por indicación del excelentísimo presidente», algo que Chaves atribuyó a «una formula protocolaria de redacción», para negar haberle dado instrucciones de que lo hiciera. Estableció distancia con lo narrado y dijo creer que no conoció en su momento la carta aunque puntualizó que, de lo que ha podido «colegir después», era «posterior al acuerdo» que se firmó sobre aquel ERE minero. Anotó además que la lista de los beneficiarios «se acordó por la propuesta que hicieron los sindicatos con el reconocimiento de la Seguridad Social».

Al margen de esas dos misivas, se sabe que el ex máximo dirigente del Ejecutivo autonómico recibió a representantes de empresas que luego fueron beneficiarias del «fondo de reptiles» como A Novo Comlink. Y, según desveló el PP-A el pasado domingo, aunque esto no obra en el sumario, la Junta concedió 3,6 millones de euros «de manera ilegal», a «familiares del amigo que le presta desde hace muchos años» a Chaves su chalet de veraneo, «La Tortuga», en la playa onubense de La Antilla.