La amenaza yihadista

La conexión Fuenlabrada de los yihadistas

Las Fuerzas de Seguridad investigan el viaje de casi una semana que uno de los terroristas de Las Ramblas realizó en 2014 a la localidad madrileña.

La conexión Fuenlabrada de los yihadistas
La conexión Fuenlabrada de los yihadistaslarazon

Las Fuerzas de Seguridad investigan el viaje de casi una semana que uno de los terroristas de Las Ramblas realizó en 2014 a la localidad madrileña.

Las Fuerzas de Seguridad del Estado están investigando el viaje, de casi una semana de duración, que uno de los integrantes de la célula que cometió los atentados de Cataluña realizó a la localidad madrileña de Fuenlabrada en 2014, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

El nombre del yihadista no se facilita por razones operativas y, sobre todo, para no alertar a los contactos que tenía y que todavía pueden estar en la zona.

Fuenlabrada, como otras poblaciones del entorno de Madrid capital, cuenta con una creciente población musulmana, entre la que se han detectado elementos salafistas que son objeto de control dentro de los planes puestos en marcha por el Ministerio del Interior para evitar atentados.

200 objetivos

Tal y como adelantó este periódico, en la Comunidad de Madrid hay unos 200 objetivos que son objeto del citado control, entre los que destacan entre seis y ocho imanes que dan el perfil del de Ripoll, uno de los responsables de la célula de Cataluña.

En el caso de Fuenlabrada y el referido viaje, se trata de establecer con qué personas estableció contacto el yihadista y si alguno de ellos tiene a su vez relación con individuos que viajaron a Siria para unirse al Estado Islámico.

Las Fuerzas de Seguridad, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, así como el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), trabajan contra reloj para tratar de establecer los posibles contactos que los miembros de la célula de Cataluña han podido tener en otros lugares de España en los últimos años.

La particular organización interna del grupo, de la que informaba este periódico en su edición de ayer, hace que resulte muy difícil concretar esos contactos por las medidas de seguridad internas que adoptaban.

Además de los viajes a Marruecos, Bélgica y Francia, que ya están acreditados y sobre los que se está a la espera de la información que puedan portar esos paises, están los que realizaron dentro de España. Que salieron en algún momento de Cataluña es, hasta cierto punto, lógico. De lo que se trata de determinar es si esos desplazamientos eran para establecer contacto con personas que como ellos se habían radicalizado o estan a punto de hacerlo.

Las citadas fuentes subrayan que no se puede dar una cifra de células similares a la de Cataluña que puedan existir en España, pero que sería suicida pensar que la desarticulada era la única.

Por lógica –añadieron– tiene que haber más y dar con los contactos de los yihadistas que atentaron en Barcelona y Cambrils resulta fundamental para tratar de localizarlas.

Lo que está claro para los expertos es que el Estado Islámico, ante el elevado número de detenciones que se producían en España al detectarse que los arrestados utilizaban las redes informáticas para captar a nuevos yihadistas o realizar apología del terrorismo, han marcado unas medidas de seguridad para las células operativas (otra cosa son los actores, mal llamados «lobos», solitarios) que el Daesh pretende utilizar para perpetrar atentados de envergadura.

De esta manera, se abre para lucha antiterrorista un auténtico reto con el fin de obtener las pistas que conduzcan al desmantelamiento de las células que pueda haber en España o estén en periodo de formación.

El hecho de que se haya detectado el viaje de uno de los yihadista de Cataluña a Fuenlabrada en 2014 es una prueba de que no se está dejando nada sin investigar por mínima que parezca la evidencia que encuentran los agentes de las Fuerzas de Seguridad.

Madrid, que ya sufrió el mayor ataque yihadista de Europa en marzo de 2004, es un objetivo permanente de los terroristas al ser la capital de una nación que forma parte de la Coalición Internacional que lucha contra el Estado Islámico en Siria.

Cualquier atentado que se pueda cometer en la ciudad, como ocurrió en París, Niza, Berlín o Bruselas, y, por supuesto, Barcelona, tiene una mayor repercusión mediática, que es en definitiva lo que buscan los terroristas.

Los cabecillas del Estado Islámico han interiorizado que, más pronto que tarde, perderán todo el territorio que conquistaron a partir de mediados de 2014. Por eso, pretende que su particular «guerra» subversiva para lograr un «Califato Mundial» se articule a través de la extensión del terrorismo por todo el mundo.

Algunos expertos creen que, una vez perdidos sus últimos bastiones en Siria, habrán de pasar dos décadas antes de que se pueda dar por finiquitado al Daesh y su amenaza de terrorismo indiscriminado.