Elecciones catalanas

Vía libre a un investidura efectiva

Sin Puigdemont, JxCat basculará a posiciones más pragmáticas y facilitará una investidura efectiva

El diputado de la CUP Carles Riera
El diputado de la CUP Carles Rieralarazon

Sin Puigdemont, JxCat basculará a posiciones más pragmáticas y facilitará una investidura efectiva .

Tras una semana llena de giros insospechados en la política catalana, Alemania asestó ayer un nuevo golpe de efecto con el arresto de Carles Puigdemont. La detención del ex president, asumida desde JxCat con los peores presagios –creen que será entregado a España–, descabezó definitivamente al independentismo y JxCat, que se encontraba sometida a los enredos y planes que Puigdemont orquestaba desde Bruselas y ahora podría bascular hacia posiciones más pragmáticas, lo que permitiría acelerar una salida definitiva a la actual parálisis: cierre de filas inminente e investir a un candidato efectivo o forzar una nueva contienda electoral para aprovechar la nueva oleada de indignación y reafirmarse ante las urnas –escenario menos posible–.

Aunque por el momento JxCat y ERC han tenido poco margen para replantearse los siguientes pasos a seguir tras el fracaso con la CUP, lo cierto es que fuentes de uno y otro partido confirman a este diario que tienen perspectivas diferentes. Mientras la candidatura de Puigdemont no se resigna a dar por perdido a los anticapitalistas –a pesar de sus inalcanzables exigencias–, Esquerra ve prácticamente inaccesible convencer a la CUP, y por ello también, es la formación que más se está abriendo a «comunes» y PSC.

En todo caso, ayer ninguno de los tres partidos dio pistas, más allá de conjurarse para rechazar la detención. JxCat y ERC se limitaron a hacer una llamada a la movilización –participaron en las protestas impulsadas por Òmnium y ANC ante la Comisión Europea y el Consulado alemán–, y la CUP secundó las concentraciones más agitadas de los Comités de Defensa de la República ante la Delegación del Gobierno. Su líder, Carles Riera, volvió a reclamar un nuevo «ciclo de movilizaciones», con una huelga general incluida, e insistió en que mantienen la voluntad de investir a Puigdemont, Un deseo que estaría dispuesto llevar a cabo asumiendo responsabilidades, después de que ayer la CUP anunciara que sus diputados están dispuestos a entrar en la Mesa del Parlament para facilitarlo.

Una idea que, precisamente, lleva maquinando desde hace tiempo Puigdemont en Bruselas y que había empezado a coger vuelo en los últimos días, algo que inquietaba sobremanera a ERC, que aboga por no dar ninguna muestra de desafío a la Ley. JxCat consiguió el viernes que se empezara a tramitar la reforma de la Ley de presidencia que habilitaría una investidura a distancia y ya se ha abierto el periodo de cuatro días para presentar enmiendas. Ahora, de mantenerse Puigdemont en prisión, esta iniciativa sería estéril, lo que aliviaría a ERC, que podría acabar de imponer sus tesis: formar ya un Govern efectivo que suprima el 155 y devuelva a Cataluña a la normalidad.

Asimismo, el encarcelamiento daría al traste a todo el entramado institucional que ha impulsado Puigdemont en Bruselas para internacionalizar la causa independentista y empezar a construir la República. El denonimado Espacio Libre de Bruselas pretendía incluiría un Consejo de la República formado por representante de JxCat, ERC y la CUP y presidido por Puigdemont, que se dedicaría profundizar el desafío secesionista. Sin su presencia, el proyecto, que tampoco entusiasma a ERC, se vería abocado a la disolución.

Por otro lado, un escenario menos factible aunque posible sería una convocatoria electoral, a pesar de que ahora JxCat y ERC se encuentran ya muy mermados –sus principales dirigentes se encuentran encarcelados y a corto plazo podrían ser inhabilitados–. Esta situación de mínimos podría disuadir a los dos partidos de aventurarse a unos comicios, aunque agradaría a la CUP, que lleva días coqueteando con una repetición de elecciones porque les permitiría mejorar los resultados del 21-D.

Finalmente, el presidente del Parlament, Roger Torrent, en un discurso institucional a última hora, llamó a la calma y se comprometió a trabajar a partir de hoy para forjar un «frente democrático» amplio con partidos (sin especificar cuáles) y sindicatos que cristalice en acuerdos transversales, pero en ningún caso, aludió a Puigdemont.