Tribunales
La Fiscalía pide cinco años y medio de cárcel para los autores del asedio al Parlament
La Fiscalía les acusa de delitos contra las altas instituciones del Estado y atentado contra la autoridad y pide que Artur Mas comparezca como testigo.
Los protagonistas del cerco al Parlamento catalán del 15 de junio de 2011 se enfrentan a penas de cinco años y medio de cárcel. Ésa es la pena que ha solicitado la Fiscalía de la Audiencia Nacional para cada uno de los veinte jóvenes procesados, a quienes imputa un delito contra las Instituciones del Estado en concurso con otro de atentado contra la autoridad, solicitando además que se les imponga una multa de 7.500 euros.
En el escrito remitido al juez Eloy Velasco, la fiscal Teresa Sandoval pide que declaren como testigos en el juicio el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y Nuria de Gispert, presidenta de la Cámara autonómica, además de los diputados que sufrieron «la violencia e intimidación ejercida por los acusados».
«Actitudes violentas»
La concentración «Aturem el Parlament» (paremos el Parlamento), convocada durante la noche del 14 al 15 de junio de ese año «en un contexto de protesta social ante los recortes», degeneró –recuerda la Fiscalía– en «comportamientos y actitudes violentas e intimidatorias que tenían por objeto impedir la asistencia de los diputados» a la sesión parlamentaria convocada para debatir las enmiendas a los presupuestos autonómicos. Ésta tuvo que suspenderse durante media hora a consecuencia de la protesta, «obligando incluso al Parlamento a cambiar el orden del día». En este alteramiento del funcionamiento normal de la Cámara se basa el Ministerio Público para imputar a los procesados un delito contra las instituciones del Estado.
A la manifestación acudieron cerca de 1.000 personas dispuestas a impedir a los diputados acceder al hemiciclo, algunas de las cuales «arrojaron objetos contundentes contra los parlamentarios y agentes policiales que los protegían». Varios parlamentarios, continúa el relato de la fiscal, «fueron rodeados e increpados» mediante «empujones, golpes, lanzamiento de objetos, e insultos, creando un fundado temor en su seguridad personal». La protesta obligó a 30 parlamentarios, entre ellos el propio Mas, a llegar a la Cámara en helicóptero.
«La escupieron»
La Fiscalía detalla la participación en los altercados de cada uno de los veinte procesados y explica cómo la secretaria segunda del Parlament, Montserrat Tura, al intentar entrar caminando a la Cámara «se encontró ante una gran multitud» que la empezó «a insultar, la escupieron, recibiendo empujones y tirándole envases de bebida». Incluso uno de los acusados le pintó una cruz en la parte trasera de la gabardina, por lo que la fiscal pide que la indemnice con 240 euros.
«Ladrón, hijo de puta, sonríe, cobarde, chorizo», increparon a los parlamentarios los manifestantes. Se sucedieron los empujones y alguno de los procesados mostró «una actitud extremadamente agresiva». Recibidos al grito de «¡Hijos de puta, la crisis es por culpa de los políticos, no entraréis en el Parlament!», los diputados, a quienes algunos procesados filmaron y fotografiaron, pasaron «mucho miedo» y alguno sufrió un ataque de ansiedad.
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