Política

Política

La fuerza musulmana entra en política

En España hay casi dos millones de musulmanes y 800.000 tienen derecho a voto. Por primera vez, un partido de «inspiración islámica», Renacimiento, se presenta a las municipales en Algeciras, Sevilla y Mollet del Vallés. ¿Podría sacar representación una fuerza con preceptos basados en el Islam?

Ismail Cuellar es el secretario nacional y de organización de Prune
Ismail Cuellar es el secretario nacional y de organización de Prunelarazon

En España hay casi dos millones de musulmanes y 800.000 tienen derecho a voto. Por primera vez, un partido de «inspiración islámica», Renacimiento, se presenta a las municipales en Algeciras, Sevilla y Mollet del Vallés. ¿Podría sacar representación una fuerza con preceptos basados en el Islam?

Ayer comenzó el Ramadán, el «mes sagrado» de ayuno para los musulmanes. En España viven 1.993.675 personas que practican esta religión, un 4% de la población española, según la última estadística de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide). De éstos, unos 800.000 tienen derecho a voto. La cifra no ha dejado de aumentar en los últimos años y a un ritmo mucho mayor que la de los ciudadanos que se declaran cristianos, entre otras causas, por la alta tasa de natalidad que registra esta comunidad. Sin embargo, los políticos y ciertos sectores de la sociedad aún no saben muy bien cómo afrontar esta realidad. ¿De qué forma buscan los partidos su voto? ¿Con cuál se sienten ellos más identificados? Como en la Francia de 2022 que planteaba Michel Houllebecq en su libro Sumisión (Anagrama, 2015), ¿podría en España un partido musulmán lograr representación en el Congreso? A lo largo de la tarde del 28-A, durante el recuento de los primeros votos escrutados, hubo unas horas en las que Coalición por Melilla (CpM), un partido liderado por un cirujano musulmán, parecía que sacaba un escaño pero finalmente fue arrebatado por el PP. CpM no es un partido con referencias religiosas aunque en los últimos comicios sí pedían el voto en base al Corán. La número cinco de la lista, Yolanda Selam, compartió en sus redes sociales unas «indicaciones a tener en cuenta a la hora de votar» en las que se mezclaba política y religión.

Y es que para muchos musulmanes es complicado separar ambas vertientes porque el Islam es una forma de vida e invade, lógicamente, parcelas sociales que van mucho más allá de la espiritualidad. Así lo explica Ismail Cuellar, un madrileño converso (tras un accidente de tráfico leyó el Corán y le llenó «esos vacíos que la Biblia no logró») que ahora es secretario nacional y de organización del Partido Renacimiento y Unión de Europa (Prune). Cuentan con más de un millar de afiliados y por primera vez concurren a unas elecciones. Aunque para la realización de este reportaje rehusó fotografiarse ante una mezquita porque quieren «alejarse» de algunos estereotipos, lo cierto es que el artículo 2 de sus estatutos dice que Prune «tendrá en cuenta al Islam en su actuación política, considerándolo como factor determinante para la regeneración ética y moral de la sociedad española». El partido se fundó en Granada en 2009 de la mano de Mustafá Bakkach, que fue vicepresidente de la federación Española de Entidades Religiosas y falleció en 2011. Ahora lo dirige Ahmed Dib l'Hioui y presentan tres listas para entrar en los ayuntamientos de Sevilla, Algeciras y Mollet del Vallés, municipios con un alto porcentaje de población musulmana. «Queremos empezar por el municipalismo para enseñarle a los vecinos qué es hacer política en base a los preceptos del Islam, porque muchos se sorprenderían. Tenemos mucho en común». Desde Prune consideran que en Europa se está produciendo un «abandono de la ética y la moral» y por eso llevan la palabra «renacimiento» en sus propias siglas, porque creen que son valores de España que se han ido perdiendo. «Los jóvenes cada vez son más violentos. Hay cosas que ves por la calle y piensas ¿a dónde va esta sociedad?», sostiene Cuellar. Su «target» no es sólo musulmán, sino que se dirigen a la población «más desfavorecida, más vulnerable» para que haya «realmente igualdad». De clasificarlos dentro de nuestros parámetros políticos, los musulmanes podrían encontrarse más próximos a partidos conservadores porque defienden el concepto más tradicional de la familia, son contrarios al aborto, a la eutanasia y promulgan el «respeto» hacia la comunidad gay pero «sin educar en esos valores» a sus hijos. «Cuando decimos la vida es sagrada, es en el sentido más amplio: es también el respeto hacia los mayores, que no pueden estar en residencias sino a nuestros cuidados; hacia los inmigrantes, que no se pueden dejar morir en el mar y hacia el medio ambiente: el derecho a la movilidad no puede estar por encima de todo», explica Ibrahim Pérez, otro español converso que es vicepresidente de Musulmanes contra la Islamofobia. De cara a las pasadas elecciones generales, la organización hizo un análisis de los programas electorales de los cinco partidos mayoritarios y concluyeron que, «paradójicamente», el más «respetuoso» con los preceptos del Islam era precisamente el PP. «Es el único que defiende los derechos religiosos tal y como se recogen en el artículo 16 y el 27.3 de la Constitución, que habla del derecho de los padres a transmitir valores religiosos a sus hijos». Según el estudio, el PSOE «es laico y no quiere la integración de las enseñanzas confesionales en el horario escolar» y Podemos «directamente es religiofóbico, por muchos guiños que quieran hacer a nuestra cultura».

90% del alumnado sin religión

El tema de la educación religiosa en las aulas es urgente para ellos, no sólo «porque el sistema educativo debe garantizar la formación» sino para que los niños tengan una visión clara y «homologada» de lo que es el Islam. De esta manera, creen, será mucho más dificil su radicalización y que «compren» conceptos extremistas porque «eso no es el Islam y si estuvieran bien formados lo sabrían». Y es que el 90% del alumnado musulmán no recibe clases de religión en los centros públicos, según datos de Ucide, algo que es «anticonstitucional». «Falta respeto a los menús halal en los colegios y hospitales: todo son obstáculos. Tampoco hay casi cementerios y es complicado dar sepultura con base en nuestras creencias», asegura Ibrahim. Pero lo más importante es que se «normalice» la práctica de la religión musulmana, algo que creen que ocurrirá con los años. «Igual que el PP es un partido de raíz humanista cristiana, debería ser natural que haya partidos musulmanes y que se naturalice, que no te miren mal porque sales a rezar. Es necesario el empoderamiento de los musulmanes». Según sus estatutos, Prune también quieren acabar con las «prácticas usurarias en las transacciones comerciales y el interés bancario». «Creo que por eso estamos teniendo problemas para abrir una cuenta en el banco», dice entre risas Cuellar.

Son conscientes del recelo que suscita en nuestra sociedad un partido de estas características y debates que surgen en torno al mismo. «Todas esas preguntas surgen del desconocimiento», insiste Cuellar. En Francia hubo una polémica hace unos años por la llegada de partidos de corte musulmán a algunas corporaciones municipales. En la ciudad de Lille hubo segregación en unas piscinas municipales con horarios para el baño de hombres y mujeres por separado. «Eso no nos parece bien porque hay que adaptarse a las costumbres de cada país y estamos en España», dice tajante el secretario general del partido musulmán.

Vox pide su ilegalización

Y aunque aún no han llegado al poder, en España ya hay polémica con Prune desde que Vox dijo que pediría su ilegalización. Ellos se ríen ante esta afirmación. «Que lo intenten, no van a poder», dice el cofundador del partido, Manuel Bugueiro, otro gallego converso. «Si en Vox leyeran nuestra propuesta, por ejemplo, con la inmigración, verán que tenemos más en común de lo que creen, a su pesar. No se puede equiparar musulmán a islamista: ése es su error». En Prune abogan por una inmigración «ordenada y controlada». «España es el país sin control. Igual que faltan inspectores de Sanidad o de Trabajo, las fronteras son caóticas», sostiene Bugueiro. En lo que no están de acuerdo, es en las formas: ni concertinas ni muros, sino «visados como se hacía antes. Los muros te convierten en presidiario más que en carcelero», zanja Cuellar. «El problema es que no saben lo que dicen cuando hablan de musulmanes. Lo achacamos a la ignorancia, al profundo desconocimiento de nuestra religión, por eso nosotros no pediríamos su ilegalización aunque hay discursos que rallan el delito de odio y tendrán que vigilar ese aspecto». Precisamente la Fiscalía de Valencia está investigando un posible delito de odio por unas declaraciones del número dos de Vox, Javier Ortega Smith. El político dijo que «el enemigo de Europa, del progreso, de la democracia, de la familia, de la vida, del futuro se llama invasión islamista». Tras conocerse la denuncia, Santiago Abascal dijo que «si quieren callarnos que sepan que nos van a tener que meter en la cárcel y ni aún así nos van a callar». «Creo que no tienen un asesor legal. Pero cada vez surgirán más partidos musulmanes porque es lo natural y, sobre todo, por la existencia de partidos como Vox», dice Ibrahim. No es la única polémica que rodea a Prune. Tras el comentado perdón que pedía el presidente mexicano por la conquista española del siglo XVI, el candidato por Sevilla de Prune, Yihad Sarasúa, envió una carta al Rey Felipe VI para que hiciera lo propio con los musulmanes. «Igual que en 2015 se aprobó conceder la nacionalidad española a los descendientes de los judíos expulsados en 1492», sostenía. De esta forma, querían el mismo trato «para los descendientes de Al Andalus».