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La gota que colma el vaso de la vergüenza
Los dirigentes del PNV fueron despedidos ayer con besos en ambas mejillas por los proetarras, al término de la manifestación que recorrió las calles de Bilbao, como muestra de agradecimiento por la cobertura que les dieron para una manifestación que burló la legalidad.
Los dirigentes del PNV fueron despedidos ayer con besos en ambas mejillas por los proetarras, al término de la manifestación que recorrió las calles de Bilbao, como muestra de agradecimiento por la cobertura que les dieron para una manifestación que burló la legalidad, al coincidir su objetivo, el apoyo a los presos de ETA, con el de la anterior convocatoria de «Tantaz Tantan», prohibida por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. «Nos vamos ya», dijo el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, al presidente de Sortu, Hasier Arraiz, nada más llegar al Ayuntamiento de Bilbao, el final del recorrido, mientras arreciaban los gritos a favor de la amnistía y la independencia en una manifestación que había sido convocada como una marcha silenciosa.
Andoni Ortuzar, junto con la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería; el dirigente guipuzcoano del partido, Joseba Egibar, y el diputado general de Vizcaya, Jose Luis Bilbao, representantes del PNV en la manifestación, fueron convidados de piedra en un acto dominado por la escenografía proetarra. Ni en la calle estaba su gente, ni en la manifestación se corearon sus habituales consignas.
La «ingenuidad» del PNV
Si cuando el PNV presentó la convocatoria conjunta con Sortu, EA, Alternativa, Aralar y los sindicatos ELA y LAB, que constituyen todo el arco nacionalista vasco, esperaba contención de los proetarras, pecó de ingenuidad. La pancarta oficial, «Derechos Humanos. Acuerdo y Paz», que portaban ciudadanos anónimos, nada tuvo que ver con las consignas reales de la manifestación, en la que apareció en la mitad de la marcha otra inmensa pancarta con el lema «Askatasuna» (libertad), símbolo de las distintas siglas que han defendido a lo largo de los años la salida de la cárcel de los presos de ETA.
Los presos fueron los protagonistas de la marcha por las calles de Bilbao, tanto en las consignas que gritaban los asistentes, pidiendo su vuelta a casa y la amnistía, como en los carteles que proliferaban entre los manifestantes, en los que la palabra más repetida era «etxera» (casa). No hubo consignas directas a favor de ETA y se recuperaron antiguos gritos proetarras como «Amnistia osoa», (amnistía general) y «Presoak kalera» (presos a la calle), que habían sido sustituidos con el paso del tiempo por «presos etxera» (los presos a casa). También se escucharon gritos a favor de la libertad de los ocho detenidos en la operación desarrollada por la Guardia Civil el pasado miércoles contra el presunto «Frente de Cárceles» de la banda terrorista.
Gotas de agua
A lo largo de la marcha se pudieron ver numerosos carteles que representaban gotas de agua, símbolo de la convocatoria original de «Tantza Tanta», que fue prohibida por entender que esa asociación era sucesora de la ilegalizada Herrira. Si el juez Eloy Velasco quería pruebas de que una convocatoria solapaba a la otra, los asistentes se la dieron con esos símbolos de gotas de agua, que colocaron hasta en los cristales de los coches de la Policía municipal que abrían el paso a la manifestación.
La asistencia fue masiva, como lo había sido el año anterior sin que el PNV respaldara la convocatoria, y el Ayuntamiento la cifró entre 100.000 y 110.000 personas, que colapsaron, como es habitual, la calle Autonomía y la bajada al Ayuntamiento, porque la izquierda abertzale sabe cómo movilizar a su incondicionales, con autobuses desde todos los pueblos del País Vasco.
Plana mayor abertzale
Entre los asistentes no faltaron los máximos dirigentes de las distintas marcas de la izquierda abertzale, entre ellos sus representantes institucionales, el diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, y el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, y los dirigentes de sus socios, EA, Alternatiba y Aralar, Pello Urizar, Asier Vega y Patxi Zabaleta, respectivamente, además de los líderes sindicales de ELA, Adolfo Muñoz, y LAB, Ainhoa Etxaide.
No se vio más presencia policial durante la marcha que los vehículos de la Policía Municipal que abrían paso a los manifestantes, pero, en los alrededores del ayuntamiento, había también aparcadas en línea doce furgonetas de agentes antidisturbios de la Ertzaintza. No estaban a la vista, pero el Gobierno vasco, que no acudió a la marcha pero dijo «respetarla», estaba preparado para el caso de que se produjeran incidentes.
Por parte de Sortu, secundaron la manifestación Hasier Arraiz y Maribi Ugarteburu, y también acudieron los ex batasunos Rufi Etxebarria, Pernando Barrena y Joseba Permach.
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