Política

Ciberdelincuencia

La Guardia Civil impulsa una liga universitaria en Ciberseguridad

Los agentes retarán a los jóvenes en el mundo virtual con el fin de captar el talento y premiarlo

La Guardia Civil impulsa una liga universitaria en Ciberseguridad
La Guardia Civil impulsa una liga universitaria en Ciberseguridadlarazon

Hay quien dice que la guerra del futuro será en el ciberespacio o sino, no será...

La Guardia Civil, en su 175 aniversario quiere retar a los universitarios en el mundo virtual. Para ello ha creado la 1ª Liga Nacional Interuniversitaria de retos en el Ciberespacio, en la que los participantes tendrán que poner a prueba sus capacidades técnicas, sus conocimientos jurídicos y de comunicación para hacer frente a un posible reto cibernético.

La inscripción ya está abierta y la competición se desarrollará en octubre y noviembre en las 15 universidades públicas españolas que han ofrecido sus sedes para desarrollar la fase clasificatoria.

 

“Se trata de una iniciativa novedosa con la que la Guardia Civil una vez más demuestra su compromiso con el futuro de nuestra sociedad y su preocupación por nuestra seguridad, como lleva haciendo 175 años”, indicó el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska.

La competición, según destacó el ministro Grande-Marlaska ha sido diseñada para localizar el talento, premiarlo y “fomentar el esfuerzo de nuestros jóvenes universitarios”.

La National Cyberleague cuenta con la colaboración de relevantes empresas y se va a desarrollar en el ámbito universitario y de institutos donde se imparten Ciclos Formativos de Grado Superior. Cada jornada de la Liga contará con dos partes. En la primera, expertos en esta materia de la Guardia Civil, de la universidad y de las empresas colaboradoras impartirán conferencias y talleres, en formato de acceso libre para los jóvenes, dedicados principalmente a la orientación para el empleo. La segunda parte de cada jornada consistirá en un ejercicio práctico sobre un reto cibernético multidisciplinar que deberán superar los participantes.

Esta competición clasificará a los mejores estudiantes. Este ejercicio ofrecerá a los alumnos “una perspectiva multidisciplinar sobre cómo debe abordar una empresa u organización un incidente cibernético”: la implicación técnica, el cumplimiento normativo y, por último, la gestión y difusión a través de los medios de comunicación.

Los equipos que resulten seleccionados serán convocados a una fase final que tendrá lugar en el Centro Universitario de la Guardia Civil, en Aranjuez (Madrid), el próximo mes de noviembre.

Asimismo, y coincidiendo con la fase final de la Liga, todos los participantes podrán asistir a las Jornadas Internacionales sobre Ciberinteligencia de la Guardia Civil que, en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y bajo el título “la Inteligencia Artificial como evolución en la generación de Ciberinteligencia”, contará con la presencia de destacadas autoridades internacionales en la materia.

Tricoin, la cibermoneda

Los ganadores finales y también los de cada fase clasificatoria podrán conseguir una serie de premios, consistentes en productos informáticos y de telecomunicaciones, becas de formación y prácticas en empresas. Para canjearlos, los participantes utilizarán una criptomoneda especial que la Guardia Civil ha creado para la ocasión, el “tricoin”. Además, el campeón individual en reto técnico de la Liga será invitado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) a incorporarse al equipo nacional de jóvenes talentos en seguridad informática que compite en los European Cybersecurity Challenge. Por su parte, los ganadores en la modalidad por equipos recibirán un premio.

El crimen del S. XXI

El ciberdelito es el mayor crimen organizado del siglo XXI y representa una amenaza creciente tanto para las empresas e instituciones, como para los ciudadanos y el conjunto de la sociedad. El 80% de los ciberataques parte de bandas y redes muy organizadas que comparten datos, herramientas y experiencia. Cada año, el ciberdelito se hace más sofisticado y crece su impacto en la economía global: en 2014 costó 445.000 millones de dólares, mientras que en 2016 su impacto subió a unos 600.000 millones de dólares.