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La Guardia Civil llevaba más de cinco años tras la cúpula de ETA

Los verificadores internacionales para decirles que «se han quedado con la brocha y sin escalera»

Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior.
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior.larazon

La Guardia Civil llevaba más de cinco años detrás de la cúpula de ETA, desarticulada esta semana con la detención de David Pla e Iratxe Sorzabal, y en los últimos cuatro meses ha tenido desplegados de forma permanente en Francia a 150 agentes.

La Guardia Civil llevaba más de cinco años detrás de la cúpula de ETA, desarticulada esta semana con la detención de David Pla e Iratxe Sorzabal, y en los últimos cuatro meses ha tenido desplegados de forma permanente en Francia a 150 agentes que han culminado con éxito la operación.

Así lo ha desvelado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en declaraciones a los periodistas tras reunirse con los responsables de Información de la Guardia Civil para felicitarles por la operación Pardines y conocer los detalles de la misma.

Cinco años de investigaciones que dieron lugar a la apertura de ocho operaciones por parte del instituto armado, según ha indicado el ministro, que ha transmitido a los agentes la felicitación de Felipe VI y del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por su lucha "silenciosa y continuada"contra los que amenazan la libertad de España, ha dicho el ministro.

Respecto a quien podría sustituir a Pla y Sorzabal en la dirección de la banda, Fernández Díaz, que ha vuelto a reiterar el símil del microbús para describir lo queda de ETA, ha señalado que, si la organización encuentra a alguien para asumir la dirección de los "residuos", tendrá que ser una persona sin experiencia y de poca relevancia.

Ha resaltado el titular de Interior los cinco años de trabajo de la Guardia Civil en la persecución de la última cúpula de ETA desarticulada y el trabajo "codo con codo"con los agentes franceses de la Dirección General de Seguridad Interior, que se ha traducido en el éxito de la operación.

Un éxito que "no ocurre por casualidad", ha insistido Fernández Díaz, sino por el trabajo "abnegado y muy sacrificado"de las fuerzas de seguridad del Estado que ha permitido que "esa ETA que hemos padecido ya no exista", aunque "jurídicamente"existirá hasta que se disuelva.

"Sin negociación previa, no se va a disolver", ha reconocido el ministro, pero "el Grapo no se disolvió y ya es algo del pasado".

De todos modos, el Estado de Derecho "no está en suspenso"y tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han seguido luchando contra la banda y han logrado en esta legislatura la detención de 158 personas por su presunta relación con la banda y la desarticulación de los aparatos de apoyo a los presos, del frente de cárceles, del logístico y de otros tentáculos.

Operaciones que dejan hoy a ETA con un aparato "técnico-logístico"integrado por un puñado de miembros que, según el ministro, caben en un "microbús muy pequeño sin conductor"y que marcha "directamente en dirección a la cárcel".

Porque es en las prisiones españolas (con casi 400 reclusos etarras) y francesas (unos 100) donde está ETA, ha enfatizado.

No ha querido el ministro confirmar si Mikel Irastorza puede estar ahora al frente de lo que queda de ETA y Soledad Iparragirre Amboto y Mikel Antza, ambos encarcelados en Francia, pueden ser los etarras que dirigen el colectivo de presos.

En cualquier caso, ha señalado que, si la banda encuentra a alguien que quiera dirigirla, será una persona que no tenga mucha importancia ni relevancia, porque "ya no hay gente con experiencia"en ETA.

Lo que sí ha querido dejar claro es que la política antiterrorista de Francia es la misma que la de España y ha subrayado que, aunque la izquierda abertzal ha mantenido contactos con los responsables de Prisiones del país vecino, la colaboración bilateral no ha cambiado y ninguno hará nada en política penitenciaria sin el acuerdo de ambos.

Fernández Díaz se ha dirigido a los verificadores internacionales para decirles que "se han quedado con la brocha y sin escalera"y recordarles que a ETA no la han derrotado ellos, sino el Estado de Derecho, la Policía y la Guardia Civil -que se han dejado 350 víctimas de la banda entre sus filas-, la cooperación internacional y el testimonio "ético y moral"de las víctimas.