Guardia Civil
La Guardia Civil, una institución que cohesiona España
La Guardia Civil cumple 175 años de servicio a los ciudadanos, 175 años de dedicación, entrega y espíritu de sacrificio. El 28 de marzo de 1844 se publicaba el Real Decreto por el que se creaba este Cuerpo que entonces, como ahora, respondía a una imperiosa necesidad social: garantizar la seguridad de todo el territorio desde la profesionalidad. Quiero subrayar, primero, esa fundamental capacidad, la de cubrir todo el territorio de España, ya que a lo largo de tantos años la Guardia Civil ha sido uno de los pilares de nuestro país, un elemento cohesionador que desde Girona hasta Extremadura, desde Navarra hasta el Campo de Gibraltar ha sabido garantizar desde la cercanía la seguridad de los españoles.
Hoy que tanto se habla de la España vaciada es justo reconocer que los agentes de la Guardia Civil se han constituido en el baluarte del Estado desde sus puestos y cuarteles repartidos por todas las zonas rurales del país. Pero también quiero destacar ese segundo elemento, el de la profesionalidad. Nada sería de la Guardia Civil sin las mujeres y los hombres que han dado y dan cada día lo mejor de sí mismos para alcanzar las más altas cotas de servicio al ciudadano. Desde aquellos que han dedicado sus vidas a luchar contra la barbarie del terrorismo, que han participado decisivamente en la derrota de ETA por el Estado de Derecho, hasta los agentes del Seprona que velan por la preservación de nuestro medio natural. Desde las operaciones contra el narcotráfico o contra las mafias que se dedican a la trata de personas, hasta los agentes que combaten incansablemente la violencia de género o velan por nuestra ciberseguridad.
El espíritu de superación, la humanidad y la entrega afloran a diario en cada tarea y en cada agente de la Guardia Civil. De hecho no es necesario echar la vista atrás para encontrar muestras patentes de estos valores: reciente es el esfuerzo que ha realizado el Cuerpo para paliar los efectos de las catástrofes climáticas que hemos vivido en los últimos meses, auxiliando en condiciones extremas y muy exigentes a quienes corrían auténtico peligro físico. Y no puedo dejar pasar la oportunidad de dedicar un emocionado recuerdo a los hombres y mujeres de la Guardia Civil que, a lo largo de estos años, han perdido la vida en acto de servicio. Su heroísmo y entrega hasta las últimas consecuencias despierta nuestra admiración. Su legado debe ser recordado y en su memoria debemos seguir trabajando para garantizar la necesaria paz y seguridad que permita seguir progresando a este país. España y la Guardia Civil están llamadas a seguir avanzando y mejorando como una realidad inseparable. Nuestra obligación, como responsables públicos, es poner a su alcance más y mejores medios para que puedan ser aún más eficaces en el servicio a los españoles.
Porque aún quedan tareas por cumplir y una de ellas es que la igualdad sea plena en la Guardia Civil. El año pasado se cumplía el 30 aniversario de la incorporación de la mujer al Cuerpo, lo que supuso indudablemente un gran avance. En la actualidad, el 7 por ciento de plantilla son mujeres. Debemos seguir trabajando para que el porcentaje alcance el 50 por ciento y las mujeres puedan llegar tan alto en su carrera como ellas quieran hacerlo. Es nuestra obligación garantizar esa igualdad de oportunidades y me consta que ésta es otra de las batallas que la Guardia Civil está decidida a ganar.
Quiero agradecer en nombre de nuestro país el gran servicio que las mujeres y los hombres que integran la Guardia Civil prestan cada día a España. Mi reconocimiento es amplio. Va destinado a quienes a lo largo de todas estas décadas han vestido el uniforme, a quienes lo siguen llevando cada día y también a quienes se lo pondrán en el futuro. El camino que queda por recorrer seguirá, a buen seguro, jalonado de éxitos que harán más grande aún a la Guardia Civil. Estos 175 años son solo el principio.
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