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Palma de Mallorca

La Infanta confió «en exceso» en su marido, reconocen sus abogados

La Razón
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Los abogados defensores consideran que tal vez lo único que se le podrá reprochar a la infanta Cristina es "una actuación en exceso confiada"hacia su esposo, según recogen en el recurso contra el mantenimiento de su imputación.

Los abogados defensores consideran que tal vez lo único que se le podrá reprochar a la infanta Cristina es "una actuación en exceso confiada"hacia su esposo, según recogen en el recurso contra el mantenimiento de su imputación por presuntos delitos fiscales y blanqueo en el caso Nóos.

Los letrados Miquel Roca y Jesús-María Silva rechazan en el recurso que doña Cristina pudiera haber estado al corriente de las irregularidades tributarias en las que, supuestamente, habría incurrido su marido, Iñaki Urdangarin, como administrador de Aizoon, la empresa que poseían al 50 %.

Detallan que en la época en la que sucedieron los hechos, doña Cristina era madre de cuatro hijos de muy corta edad y además, como infanta de España y miembro de la Familia Real, colaboraba con las actividades propias de la Casa del Rey y trabajaba en la Fundación la Caixa.

De estas circunstancias personales y profesionales derivaban obligaciones cotidianas que a menudo suponían viajes fuera de la ciudad de residencia familiar y que impedían a doña Cristina "estar al corriente de la gestiones directamente vinculadas con la economía familiar".

Según sus abogados, la infanta había confiado dichas gestiones a a terceras personas, algo "lógico en una persona con sus múltiples ocupaciones y escasos conocimientos de fiscalidad".

Además la infanta solo cuenta con una formación muy básica en temas fiscales, "desconocimiento motivado por la confianza en su marido", argumentan.

"A la absoluta confianza se añadía una absoluta falta de la capacidad de sospechar siquiera que se podía estar incurriendo en alguna irregularidad", afirman los letrados en su escrito.

Consideran inaplicable a este caso la doctrina de la "ignorancia deliberada"porque no hay indicios de que la infanta "albergara siquiera la sospecha de estar incurriendo en una actuación ilícita"y afirman que si permaneció "en la ignorancia respecto a lo que sucedía en Aizoon"fue por falta de capacitación técnica para entender los pormenores y de tiempo para interesarse por ellos.

"Se le podrá reprochar, tal vez, una actuación en exceso confiada -aunque tal confianza sea lo más común en la relación matrimonial- pero de ningún modo la voluntad preconcebida de ignorar por motivos espurios la naturaleza de la gestión de su esposo", concluyen.