Política

Caso ERE

La Junta ya conocía en 2010 irregularidades de los sindicatos

La Cámara de Cuentas alertó entonces de agujeros contables

Francisco Carbonero (CC OO) y Francisco Fernández (UGT), en una reciente comparecencia
Francisco Carbonero (CC OO) y Francisco Fernández (UGT), en una reciente comparecencialarazon

Los desmanes contables de los dos sindicatos de clase (CC OO y UGT) en partidas finalistas transferidas por la Junta no son nuevos, ni el Ejecutivo andaluz era del todo ajeno a lo que se estaba produciendo.

Los desmanes contables de los dos sindicatos de clase (CC OO y UGT) en partidas finalistas transferidas por la Junta no son nuevos, ni el Ejecutivo andaluz era del todo ajeno a lo que se estaba produciendo. Un informe de la Cámara de Cuentas de 2008, hecho público en 2010, sobre el programa «Acciones para la Igualdad y Promoción de las mujeres» ya pone a las claras que las dos plataformas sindicales estaban incurriendo en irregularidades.

CC OO y UGT recibieron en 2008 más de medio millón de euros (520.000) para el programa Igualem, que buscaba facilitar la igualdad en las relaciones laborales entre hombres y mujeres; y para el programa Defensa Legal, centrado en la asesoría jurídica y defensa procesal de mujeres en caso de discriminación laboral por razón de sexo.

En ambos programas, cofinanciados por la UE, la Cámara de Cuentas constata irregularidades. UGT se vio obligada a pedir una prórroga para la justificación de las partidas. Aun así, en el programa Igualem ni siquiera constaba en los documentos acreditativos la copia compulsada de las facturas.

El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) repartió en 2008 14,4 millones de euros en este tipo de subvenciones, contribuyendo a que estos desmanes se produjeran. Cuando acabó el trabajo de campo de la Cámara de Cuentas, el IAM ni siquiera había revisado la documentación justificativa de las ayudas recibidas por los sindicatos y, por tanto, «no había practicado la liquidación» de dichas subvenciones. Y no era por falta de personal. A diciembre de 2008, el Instituto Andaluz de la Mujer contaba con una plantilla de 226 trabajadores. Tal y como ha trascendido recientemente, los sindicatos desviaron parte de estas partidas para fines que nada tenían que ver con el objetivo previsto. Ya alertaba la Cámara de Cuentas en el mencionado informe de que en los programas Igualem y Defensa Legal gestionados por los sindicatos las transferencias de capital sirvieron para financiar «gastos de personal, gastos de funcionamiento y demás gastos generales», mientras que sólo una pequeña parte se destinó a «actividades de inversión», que sí respondían a la naturaleza de este tipo de transferencias.

Los sindicatos emplearon de hecho la mayor parte de las subvenciones en gasto de personal. De la subvención de 100.000 euros para el programa Igualem, CC OO justificó que empleó en personal técnico y administrativo 56.000 euros y otros 6.000 en funcionamiento. Otra faceta de los dos sindicatos de clase es la gestión de ayudas otorgadas por la Agencia Andaluza para la Cooperación Internacional para el Desarrollo. CC OO opera en este terreno a través de la Fundación Paz y Solidaridad, catalogada como ONG sin ánimo de lucro, mientras que la «filial» de UGT es el Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo (ISCOD). A través de estos entes los dos sindicatos han llevado a cabo proyectos tan exóticos como el «Fortalecimiento de la Coordinadora de centrales sindicales andinas (ICCSA)». Ambos sindicatos se embolsaron en 2009, según recoge otro informe de la Cámara de Cuentas, 2,3 millones.