Elecciones generales

La mayoría augura otro bloqueo si no gobierna la lista más votada

Encuesta NC Report: El 39,4% de los españoles se decanta por que llegue a La Moncloa el candidato de la formación con más sufragios. El PSOE es el partido al que se ve como culpable del fracaso que significa tener que repetir las elecciones del 20 de diciembre. Un 71,6% cree que habrá una coalición entre Podemos e IU y un 43,9 piensa que sin Sánchez se hubiera llegado al pacto con el PP

La mayoría augura otro bloqueo si no gobierna la lista más votada
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El 39,4% de los españoles se decanta por que llegue a La Moncloa el candidato de la formación con más sufragios. El PSOE es el partido al que se ve como culpable del fracaso que significa tener que repetir las elecciones del 20 de diciembre.

El sentimiento de rechazo y decepción ante el panorama político que vive España es una realidad al cabo de la calle. Que hayan pasado más de cuatro meses desde la última cita con las urnas, el 20 de diciembre, y ningún partido haya sido capaz de llegar a una solución es un fracaso de la clase política que el electorado no perdona. Anteponer el interés particular sobre el general y el tacticismo han conducido a la repetición de los comicios. Pero si hay un partido al que se considera principal responsable del callejón sin salida que ha marcado en rojo el calendario el próximo 26 de junio es el PSOE. Según una encuesta de NC Report para LA RAZÓN, así lo considera el 36,3 por ciento de los ciudadanos, mientras que un 23,1% echa la culpa al Partido Popular y un 13,5 por ciento piensa que lo ha impedido Podemos.

Tampoco se olvida la rotunda y reiterada negativa –«no es que no»; «¿qué parte del “no” no ha entendido?»– del líder socialista, Pedro Sánchez, que impidió el acuerdo con el PP tantas veces ofertado por Mariano Rajoy –incluso casi hasta el límite de que expiraran los plazos para formar Gobierno–. Así se explica que un 43,9 por ciento de los españoles opine que con otro líder al mando en Ferraz la entente entre PSOE y PP sí hubiera podido culminar con éxito. Sin embargo, un 39,5% cree que no hubiera sido posible en ningún caso.

Precisamente el cruce de descartes entre unos y otros –obviando al PP, que fue el partido con más sufragios y al que se rechazó y desplazó del tablero a las primeras de cambio– explica el alto apoyo –casi un 40 por ciento– para que esta vez gobierne la lista más votada. De hecho, el 64,6% de los electores cree que volverá a haber una situación de bloqueo institucional si no es así. La siguiente preferencia sería una alianza entre los populares y Ciudadanos –con un 22,6%– mientras que un 21,4 por ciento quiere un pacto entre socialistas y podemitas.

En cuanto a esta última alianza, un 44,9 por ciento de los ciudadanos estima que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se equivocó al pactar con el PSOE, mientras que un 42,0% considera que hizo lo correcto.

Un pacto novedoso con respecto al 20-D sería el que protagonizarían Podemos e Izquierda Unida (IU), actualmente en marcha. Si Pablo Iglesias y Alberto Garzón se hubieran puesto de acuerdo antes de las pasadas elecciones para concurrir juntos, la lista liderada por la formación morada podría haber sumado hasta 10 escaños más, según la Ley Electoral actual. La Ley d’Hondt, que beneficia a los partidos más votados, jugaría a favor de Podemos si suma los votos de IU a los del resto de confluencias con las que ya concurrió en los últimos comicios (En Comú Podem, En Marea y Compromís-Podemos).

El PSOE sólo logró el 20-D 341.360 votos más que Podemos y se mantuvo como la segunda fuerza, pero IU contabilizó 923.105, que si se añaden a los 5,1 millones del partido morado serían más que lo que obtuvo el PSOE: 5,5 millones.

Según el sondeo, un 71,6 por ciento de los españoles cree que habrá una coalición entre Izquierda Unida y Podemos. El partido de Pablo Iglesias podría así pasar a ser la segunda fuerza en el Parlamento y el PSOE, la tercera, culminando el ansiado «sorpasso» (adelantamiento) de Podemos a los de Ferraz, que dejaría al secretario general socialista, Pedro Sánchez, en una situación muy complicada.

Cabe recordar la histórica investidura fallida que se vivió el 4 de marzo, cuando el secretario general del PSOE fue propuesto como candidato, supuestamente con los apoyos necesarios para alcanzar La Moncloa. Sin embargo, durante el Pleno del Congreso lo máximo que logró en segunda vuelta fueron 131 votos a favor, con sus 90 diputados y el apoyo de los 40 de C’s y uno de Coalición Canaria.

Respecto a qué candidatos deberían repetir en las elecciones, un 26,6 por ciento elige al líder de Ciudadanos, Albert Rivera; un 21,9% opta por el cabeza de lista de Ferraz, Pedro Sánchez; un 20,6 por ciento se decanta por el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, mientras que un 18,5% se queda con el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Porcentajes muy similares que evidencian la sensación de hartazgo en la que se encuentra el país.

Y si incordia tener que repetir los sufragios, más molesta aún el gasto que habrá que afrontar de nuevo para poner en marcha la maquinaria electoral. La falta de acuerdo costará nada menos que cerca de 188 millones de euros a los españoles. A los 14,1 millones de sueldo de los parlamentarios hay que suma otros 42 en subvenciones, 130 de los nuevos comicios y las nóminas de las Diputaciones Permanentes. No es extraño constatar pues que la mayoría de los ciudadanos –un 72,1 por ciento– optaría por suprimir en la nueva campaña electoral los mítines y el envío de las papeletas de voto a los domicilios particulares, extremo este último descartado de plano por partidos como el PP, pues argumentan que el ciudadano debe poder contar desde casa con su papeleta de voto, más aún en territorios como el País Vasco o Cataluña, donde determinadas opciones políticas están especialmente estigmatizadas.

Otra de las cuestiones plantedas en el sondeo que permite hacerse una idea de las ganas de pasar página es el categórico 80,6 por ciento de los españoles que estaría de acuerdo en acortar los plazos que fija la Constitución para la formación de Gobierno. No se decantaría por dar este paso un 10,4 por ciento de la ciudadanía.

Los candidatos son mayormente denostados por la opinión pública, pero si hay una figura pública cuya imagen ha salido reforzada durante el fallido proceso para intentar formar un Ejecutivo, sin duda ha sido el Rey.

Felipe VI abordó con los representantes políticos la ronda de consultas más complicada de la democracia a la búsqueda de la figura que consiguiera reunir el suficiente apoyo parlamentario para superar una sesión de investidura. Lo que en la historia de la democracia no eran más que meros trámites sin complicaciones se convirtieron en momentos de enorme trascendencia. Lo habitual es que ese periodo no se alargue demasiado en el tiempo. Con Adolfo Suárez fueron poco más de tres días, pero en 1996, con un José María Aznar sin la mayoría suficiente, se alargó 20 jornadas. Desde la restitución de la democracia española ha sido la primera vez que el Rey decide disolver las Cortes y convocar elecciones ya que, en condiciones normales, ésta es una competencia del jefe del Ejecutivo. Para el 74,5 por ciento de los españoles, su papel durante estos cuatro meses ha sido muy positivo. Al menos alguien sale ganando en todo este proceso.