Política

Independentismo

La presidenta del Parlamento sitúa el derecho a decidir como prioridad

La oposición le recuerda que representa a «todos» los catalanes

EL PRIMER NÚMERO DEL CUP. El diputado de la CUP, David Fernández, y sus dos compañeros votaron como presidente del Parlament a Manuel G., un hombre que intentó suicidarse antes de ser desahuciado
EL PRIMER NÚMERO DEL CUP. El diputado de la CUP, David Fernández, y sus dos compañeros votaron como presidente del Parlament a Manuel G., un hombre que intentó suicidarse antes de ser desahuciadolarazon

CiU y ERC aparcaron ayer la negociación para asistir a la constitución del Parlament de Cataluña. Sin el acuerdo que tiene que dar a Artur Mas un margen de maniobra para gobernar con cierta estabilidad, la oposición coincidió en que la X legislatura arranca con una extrema debilidad, con un presidente en la cuerda floja y «dando la espalda a los problemas de los catalanes». En este reproche coincidieron el PP, el PSC, Ciutadans e, incluso, ICV, tras escuchar el discurso de la democristiana Núria de Gispert tras ser reelegida presidenta del Parlament. Los cuatro entienden que el reto inmediato de Cataluña debe de ser reactivar la economía. Pero las tres prioridades que De Gispert marcó para esta legislatura son, además de seguir dando guerra a la crisis económica, explorar nuevas vías de relación con España y ejercer el derecho a decidir.

Como aval a su hoja de ruta soberanista, la presidenta del Parlament alegó que en la anterior legislatura quedó constancia del «fracaso» de la apuesta autonomista y de los intentos de encaje de Cataluña en el Estado. Añadió que la última Diada marcó un último de inflexión, porque «los catalanes reclamaron ejercer el derecho a decidir». Y dicho lo dicho instó a los diputados del Parlament de Cataluña a «estar en sintonía con un pueblo que está en marcha». Lo dijo en prosa y en verso, parafraseando a Eleanor Roosevelt que decía que «el futuro pertenece a los que creen en la belleza de sus sueños» y al poeta Salvador Espriu, que anhelaba acceder al «pleno dominio de la tierra».

Aunque Espriu también dijo que «ni en los momentos más tensos, nunca se rompan los puentes de diálogo», tal y como había expuesto antes, la diputada popular Dolors Montserrat, en condición de presidenta de la Mesa de edad. Pero parece ser que la democristiana sólo le interesan unos versos del poeta. El primer secretario del PSC, Pere Navarro –que se estrenó en el Parlament junto al líder de ERC, Oriol Junqueras, y otros 56 diputados–, calificó el discurso «frentista» y «partidista». El PP le reprochó haber interpretado mal los resultados del 25-N, pues entiende que el problema de los catalanes es la crisis y no el derecho a decidir. Así lo recordaron los funcionarios que protestaban ante el Parlament con una reinterpretación del villancico: «El 25 de diciembre sufriremos». Y los tres diputados de la CUP, que se estrenaron proponiendo como presidente a un hombre que intentó suicidarse antes de ser desahuciado.