Elecciones europeas
La receta de Rajoy ante la campaña: «Tranquilidad, trabajo y confianza»
Encara las europeas como un trampolín para las autonómicas
MADRID-En una campaña tan marcada por la baja participación como ésta, las dos semanas de mítines y de acción electoral que preceden a la cita con las urnas pueden ser decisivas en el desenlace del «partido». Ésta es la consigna que en el PP atribuyen a Pedro Arriola, el consejero de cabecera del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la que explica la amplia movilización de cargos nacionales y territoriales de primer y segundo nivel del PP, que se visualiza en todo su esplendor desde este fin de semana. Aún así, en Moncloa y en Génova se respira bastante tranquilidad respecto al desenlace de estos comicios. En las últimas europeas Rajoy se jugaba el ser o no ser como líder de la oposición, como recuerdan ahora los que están más cerca del presidente. En éstas, en ese círculo de más confianza de Rajoy sostienen que sus datos corroboran que el que más tiene que perder es Rubalcaba y hay confianza real en una victoria por la mínima del PP, más allá de los eslóganes electorales propios de este tiempo político.
El contexto económico es favorable al Gobierno y al PP y todo se ha dispuesto para que de aquí el 25 de mayo la imagen que llegue al ciudadano sea positiva y adornada con buenas noticias. Dicen en Moncloa que para Rajoy estas elecciones son tan importantes porque pueden marcar una tendencia que le facilite el camino hacia las elecciones autonómicas y municipales, en las que el PP sí se jugará mantener feudos claves en su poder territorial como Valencia y Madrid. «Con un PSOE perdido por completo en su debate interno, y con la economía manteniendo la tendencia al alza, será mayor nuestro margen para corregir desafecciones y recuperar espacio en los sitios en los que tenemos más desgaste», sostienen en la dirección del partido.
Éste es el cálculo puramente político, pero Rajoy también afronta estos comicios con la vista puesta en el problema catalán porque, inevitablemente, el resultado tendrá una lectura en clave de si refuerza o no el camino soberanista y, lo más importante, sobre cuáles son las fuerzas de Artur Mas después de atarse de manos y pies a la consulta ilegal de noviembre. El presidente del Gobierno está con los que piensan que las elecciones europeas moverán pocas cosas en el escenario catalán, salvo que ERC consiguiese sacar una ventaja tan sonora a CiU que viese reforzada aún más su capacidad para meter presión a Mas. Pero el PP va a hacer un esfuerzo extraordinario en campaña en esta comunidad autónoma pensando en el día 26 y en la gestión política del problema catalán.
«Desde que llegamos a Moncloa, éste es, sin duda, nuestro mejor momento económico y político. Rajoy ha sido siempre el que ha afrontado la situación con más tranquilidad y perspectiva. Y ante estos comicios, que pueden ser un punto de inflexión aunque ganemos por la mínima, la actitud del presidente es la misma: tranquilidad, trabajo y confianza», explica un miembro de su Gabinete.
Su estrategia de campaña no va a variar en estas dos semanas, según confirman en su entorno. «A todos sus mítines se llevará su balance sobre la recuperación económica y claro que se referirá al PSOE, ya que lo que hemos conseguido tiene mucho más valor si no olvidamos de dónde venimos», justifican desde el equipo de campaña del PP. El presidente aprovechará su presencia esta semana en Barcelona, en un mitin junto al candidato, Miguel Arias Cañete, para poner en valor la integración Europea y la unidad nacional, y para insistir en desnudar el discurso nacionalista sobre las ventajas de la independencia. Si todo sale según lo que han previsto, el día después de las elecciones Rajoy pondrá en valor que «los españoles han validado su política para sacar a España de la crisis». Y sobre Cataluña seguirá dejando la pelota en el tejado de Artur Mas, en tanto que éste no renuncie a convocar la consulta sobre la independencia.
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