El desafío independentista

La tensa llamada entre Navarro y Chacón

La tensa llamada entre Navarro y Chacón
La tensa llamada entre Navarro y Chacónlarazon

La conversación de Pere Navarro y Carme Chacón esta mañana ha sido tensa, según relataron fuentes de la Ejecutiva del PSC. No ha habido acercamiento. Al contrario, la distancia entre ambos se ha ampliado. La reconciliación queda lejos. Muy lejos. Navarro ha decidido asistir a la cumbre convocada por Mas para evitar la ruptura en el seno de los socialistas catalanes. Sin embargo, esta misma decisión que evita la ruptura con el sector minoritario del PSC ha explosionado la cohesión de la mayoría. «La sola presencia del PSC en la cumbre da oxígeno a Mas. En lugar de denunciar, por ejemplo, que los farmacéuticos no han cobrado el mes de marzo, nos dedicamos a jugar sobre el derecho a decidir».

Los teléfonos ardían en la calle Nicaragua. La carta de Chacón había caído como una bomba de racimo. Con daños colaterales. Una conversación transcurría más o menos así. El primer secretario del PSC estaba disgustado. Cabreado más bien. «Me has atado de pies y manos porque si ahora hago lo que tengo pensado hacer –abandonar la reunión– dirán que he sucumbido al españolismo». «¿Yo soy el españolismo?», le ha preguntado la diputada socialista. «De ninguna manera, lo que no soy es muleta de Mas en su avance hacia la independencia. No puedes plantear la reforma constitucional a favor de la España federal para después apoyar el proceso de secesión». «Tu carta ha sido totalmente inoportuna», argumentó Navarro. «Qué querías que te la enviara después de la cumbre?», fue la lacónica respuesta de Chacón.

La diputada socialista apuesta por una postura clara y definida por parte de un PSC que sigue sin levantar cabeza en las encuestas. «No se puede suscribir la reforma federal de la Constitución y al mismo tiempo legitimar la secesión», afirman dirigentes socialistas cercanos a Chacón. «O reformas tu casa o te divorcias», concluyen para añadir: «Las dos cosas a la vez son imposibles». Otros responsables socialistas ven perplejos la situación porque «cómo es posible que asistamos a una cumbre supuestamente por el derecho a decidir cuando Mas ha constituido su Consell Nacional por la Transición. Mas ha tomado su decisión y nosotros le damos pábulo». Algo así piensan en la calle Ferraz. El silencio de Rubalcaba revela su hartazgo. Un dirigente del PSC entiende la postura de los socialistas españoles afirmando que «estamos aumentando la tensión hasta el límite. Al final el PSC no se separará del PSOE, el PSOE se separará del PSC. No nos entiende nadie. Ni nosotros nos entendemos».

El núcleo duro de Navarro defiende la presencia porque «la mayoría de catalanes quiere la consulta». Creen que la carta de Chacón ha dinamitado la estrategia prevista porque en el otro extremo de la balanza se encuentran los cinco diputados díscolos. Este grupo defiende que el PSC sea clave en el pacto por el derecho a decidir y que Cataluña sea un Estado dentro de España. «Han cruzado el Rubicón. Sólo esperan ser expulsados y así convertirse en víctimas», afirman en el entorno de Navarro, que ven cómo la postura «de Carme no es un verso suelto. Tiene más apoyo del que nos gusta reconocer». En este diálogo de sordos, un dirigente díscolo apuntaba: «Han decidido cerrarnos todas las puertas. Quieren echarnos», «Navarro espera que se vayan» dicen los suyos. Mientras, el pesimismo reina por doquier. «¿Ruptura?, tenemos todos los ingredientes». Éste es un sentimiento mayoritario, pesimismo. Algunos se remiten al histórico dirigente comunista italiano Antonio Gramsci para superar la depresión en el PSC, que está en un 14% de intención de voto. «Contra el pesimismo de la realidad, optimismo de la voluntad».