Política

ERC

La tensión entre ERC y JxCat acerca el adelanto electoral

Ambos partidos llegan a una entente para aparentar que garantizan la estabilidad del Govern.

Torrent, ayer en el Parlament en un momento de la tensa y caótica jornada que se vivió
Torrent, ayer en el Parlament en un momento de la tensa y caótica jornada que se viviólarazon

Ambos partidos llegan a una entente para aparentar que garantizan la estabilidad del Govern.

- El adelanto electoral vuelve a sobrevolar con fuerza la política catalana. Tras unas semanas en las que Quim Torra y JxCat, desconcertados con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, habían optado por una línea más contenida y moderada, los abucheos de los CDR al president han supuesto un punto de inflexión que ha devuelto a los neoconvergentes a la estridencia y amenaza con dar al traste la legislatura. Si el Gobierno pagó el martes la ira del president con un ultimátum, ayer salió salpicado ERC: JxCat usó la polémica de la delegación del voto de los diputados suspendidos por el juez Llarena como recurso para volver a la bronca y desgastar a los republicanos.

El punto de desencuentro radicó en la interpretación del acuerdo que sellaron el martes: para JxCat suponía desacatar la suspensión ordenada por el juez Llarena y, por tanto, sus diputados seguirían delegando el voto como hasta ahora, mientras que para ERC obligaba a que los diputados procesados fueran sustituidos temporalmente como aconsejaba el auto del magistrado. Esta desavenencia desató una crisis entre ambas formaciones que, por momentos, parecía convertir la jornada de ayer en el punto final de la legislatura. Así lo llegaron a asumir y confirmar algunas voces conocedoras de las negociaciones entre neoconvergentes y republicanos: desde JxCat llegaron a realizar una amenaza directa a ERC con la convocatoria de una nueva cita electoral si no se avenían a respetar el voto delegado de sus diputados procesados.

Sin embargo, tras un vaivén de reuniones, caras largas de diputados de unos y otros partidos y más de siete horas de negociación, por la tarde comparecían Eduard Pujol (JxCat) y Sergi Sabrià (ERC) para anunciar una entente –que poco más tarde pondrían en cuestión jurídicamente los letrados del Parlament– para poder votar las propuestas de resolución del Debate de Política General –finalmente se aplaza al martes–, aunque parece tener los pies de barro. El plan de Torra, como adelantó este diario el martes, pasa por convocar elecciones a partir del 27 de octubre, fecha a partir de la cual se puede disolver la Cámara catalana. La ruptura entre ERC y JxCat es prácticamente irreversible y ahora la estrategia de los neoconvergentes pasa por desgastar al máximo a los republicanos, con episodios como el de ayer para situar a ERC como un partido plegado e incapaz de plantar cara al Estado para rentabilizarlo electoralmente.

En este sentido, Pujol dio buena cuenta de las intenciones de su grupo parlamentario cuando reclamó comprensión a los votantes por los recurrentes desencuentros con ERC y dejó sin garantizar del todo la supervivencia del Govern. «La estabilidad del Govern pensamos que puede estar garantizada porque estamos haciendo un esfuerzo enorme para superar una situación de gran anormalidad», en alusión a los políticos presos y fugados, y dejando la puerta abierta a más desencuentros. Por su parte, Sabrià también intentó atribuir al contexto judicial las fricciones aunque reivindicó que, finalmente, arrancó un acuerdo a JxCat más cercano a sus tesis. La CUP, por su parte, se volvió a mostrar crítica con lo ocurrido y anunció que convocará a su militancia en los próximos días para «analizar profundamente» la situación actual y qué medidas toman para encarar el horizonte político.

Por su parte, el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, se mostró contundente y reclamó ya la disolución del Parlament y la convocatoria de unas elecciones tras el «espectáculo» vivido: «Cataluña está en manos de los antisistema», afirmó. En la misma línea se expresó la portavoz de los «comunes», Jessica Albiach, quien pidió que si «JxCat y ERC no son capaces de llegar a un acuerdo, deberán convocar elecciones». Por su parte, la líder de la oposición, Inés Arrimadas, definió lo ocurrido como «vergonzoso, indignante y triste» y reclamó volver a centrarse en las cuestiones que más interesan a los ciudadanos, como la sanidad, la educación o las infraestructuras y dejen de «engañar» con más «procés».