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La travesía de Elcano desde dentro: el reto de trepar a sus palos

Cuatro son los palos que tiene el “Elcano”: ‘Blanca’, ‘Almansa’, ‘Asturias’ y ‘Nautilus

La travesía de Elcano desde dentro: el reto de trepar a sus palos
La travesía de Elcano desde dentro: el reto de trepar a sus paloslarazon

Llegamos en esta cuarta semana al ecuador de nuestra larga travesía, que empezó en el puerto canario de Santa Cruz de Tenerife, y que nos lleva hacia un lugar con mucha historia y al que nos une un gran sentimiento de nostalgia y afecto como es San Juan de Puerto Rico.

Una semana más no queremos fallar a nuestra cita, y es que para nosotros es un placer. Esperemos que siga siendo así, y les tengamos siguiendo nuestra estela hasta nuestro regreso el 13 de julio al puerto gallego de Marín.

Llegamos en esta cuarta semana al ecuador de nuestra larga travesía, que empezó en el puerto canario de Santa Cruz de Tenerife, y que nos lleva hacia un lugar con mucha historia y al que nos une un gran sentimiento de nostalgia y afecto como es San Juan de Puerto Rico.

Pero no es fácil y lleva mucho trabajo detrás. En este mes que llevamos ya embarcados, hemos ido conociendo no solo el barco sino también a lo más importante que lleva dentro, a “su gente”. Cuatro son los palos que tiene el “Elcano”, además con nombre propio: ‘Blanca’, ‘Almansa’, ‘Asturias’ y ‘Nautilus’; los nombres de cuatro buques-escuela que precedieron a este bergantín-goleta. En cada uno de ellos, hay un pequeño “equipo” compuesto por unos 6 marineros, denominados “gavieros”, que nos acompañan e instruyen en nuestra subida a los palos, otros 5 marineros que se encargan de la maniobra en cubierta, dos cabos primeros, un suboficial-contramaestre responsable de cada palo, con un Contramaestre de cargo que se encarga de los cuatro y los oficiales al mando de cada mástil.

El Marinero José María Rojas, junto a los otros “gavieros” (Dani, Manu, Aitor, Alba, Álvaro, María, etc), fue uno de los encargados de quitarnos “ese miedo”, que no el “respeto”, que se le puede tener a subir en medio de la mar a una cofa que está a más de 20 metros de altura o a las vergas del aparejo de “cruz”, algunas a más 40 metros. Y es que, no subimos a observar lo bonito que es el horizonte desde arriba, que también, sino que debemos trabajar en las alturas para, por ejemplo, aferrar (recoger) las velas cuando arribamos (llegamos) a un puerto, o tenemos que reparar algún trozo de ésta que se haya podido estropear. “Rojas” lleva ya tres cruceros de instrucción a bordo y su experiencia, unido a su profesionalidad y dedicación, nos dan la tranquilidad de que todo va a ir bien y nos ayuda rápidamente a obtener esa confianza necesaria para desempeñar nuestro puesto en el palo.

Pero la maniobra no queda ahí, el Cabo Primero Salvador Sánchez, supervisa todo desde abajo y nos gestiona en los diferentes puestos que también tenemos en cubierta, para izar y arriar las velas. Con éste, 8 son los cruceros que “Salva” lleva a bordo. Con nosotros no pierde nunca la paciencia y es capaz de explicarnos 100 veces la misma maniobra con la misma claridad y precisión. En cuanto al suboficial-contramaestre en nuestro palo, el trinquete, que es el que está más a proa de todos, se encuentra la Sargento Doña Daniela. Este es su segundo crucero de instrucción y se encarga de repartir en las maniobras al personal necesario en cada uno de los puestos. También nos sentimos en la obligación de resaltar las figuras de los curtidos Sargentos Primeros Don Javier o Don Pedro con 9 y 12 viajes a sus espaldas respectivamente, que son contramaestres en otros palos. Con su veteranía, parece que han desarrollado un sexto sentido que comparten con el Contramaestre de Cargo, el Subteniente Don Germán, que les hace capaces de adelantarse a situaciones que solo ellos saben predecir o la capacidad que tienen para comunicarse con el “chifle”. Esta composición de contramaestres la completan Don Israel, Doña Rocío y Doña Erika, un selecto plantel para hacer que el ‘Embajador y Navegante’ navegue todo el tiempo posible desplegando sus velas.

Ahora seguramente se preguntará, ¿qué palabreja es esa de “chifle”? Pues bien, éste es un pequeño instrumento de metal con cientos de años de historia, que se utiliza para comunicarse y dar órdenes a lo largo del barco. Con él se dan instrucciones a los “gavieros” o se informa al puente, que al fin y al cabo es desde donde se gobierna el buque, que todo está preparado. Se utiliza para coordinar la maniobra y así evitar confusiones y gritos. El resultado es una melodía de pitidos característicos de cada palo, para los que hay que desarrollar un oído experto y así comprender este tradicional lenguaje. Cada maniobra en los palos y cada estacha se mueve y se identifica al son que marcan las chifladas de los contramaestres: OI-TOTOI cuando las órdenes son para el palo “Trinquete”, IO-IO para tirar, RRRR para aflojar...

Hoy en nuestro capitulo semanal, crónica, historia... (como quiera llamarle), queremos también contarle un acto que este pasado fin de semana se realizó a bordo: “la lectura de leyes penales”, puede que haya oído hablar de ellas, pero si no se lo explicamos. El pasado sábado 2 de febrero, se celebró esta ceremonia en la que, con toda la dotación formada en la cubierta del buque, se leyeron artículos de las ordenanzas o de la legislación en vigor. Además, se dio a conocer, para ejemplaridad, premios, recompensas y felicitaciones, siendo en este caso impuestas 6 Cruces del Merito Naval a personal de la dotación concedidas con motivo de la pasada Pascua Militar: CF Revuelta Seijo (2º Comandante), Sgt1º Díaz Moreno (D. Pedro), Cabo 1º Díaz Blanco (Manolo), Cabo Espinosa Armijo (Cristian), Marinero Moreno Delgado (Cristina) y Marinero Roldan Benítez (Manu), que se han hecho merecedores de tan importante distinción. El Comandante, además de felicitar a los recompensados, felicitó a todo el personal por su trabajo. “Trabajo en equipo”, que importante es en un buque de la Armada y en especial en este velero buque-escuela.

El ritmo de vida sigue siendo demandante y empiezan a asomar los primeros exámenes. El sextante se nos va resistiendo menos y aunque llevamos dos semanas rodeados de un vasto océano y aún quedan otras dos más para ver tierra firme, como dijo el Brigadier General de la Armada D. Cosme Damián de Churruca, en la Batalla de Trafalgar: “Esto no es nada..., que siga el fuego”.