El Rey abdica

Las claves de la abdicación de Don Juan Carlos

Las claves de la abdicación de Don Juan Carlos
Las claves de la abdicación de Don Juan Carloslarazon

Con la perspectiva que da el paso del tiempo -un año ya desde que el Rey Juan Carlos anunció su renuncia a la Corona- la primera valoración que surge en la mente de la mayoría de las personas que analicen el gesto del monarca es la de la oportunidad de la decisión del Rey.

Con la perspectiva que da el paso del tiempo -un año ya desde que el Rey Juan Carlos anunció su renuncia a la Corona- la primera valoración que surge en la mente de la mayoría de las personas que analicen el gesto del monarca es la de la oportunidad de la decisión del Rey. El anterior monarca supo hacer algo que aunque parezca muy sencillo, no lo es, y que se trata, ni mas ni menos de saber irse. Hacerlo en el momento justo, cuando tienes la certeza de que seguir puede causar daños irreparables a la institución y a tu propia familia, así como poner en riesgo la continuidad de la monarquía, es algo que don Juan Carlos hizo el 2 de Junio de 2014, como muestra clara de su generosidad y su vocación inequívoca de servicio al país y a los ciudadanos que lo habitan.

Lo dicho anteriormente no quiere decir que fuera una decisión fácil de adoptar para un Jefe de Estado acostumbrado a contar con el favor de la gente de una nación que, a pesar de no ser monárquica, sí se confesó abiertamente juancarlista durante más de treinta y cinco años. Los últimos cuatro, sin embargo, fueron los de la acumulación de una serie de errores encadenados unos con otros en un corto espacio de tiempo, que llevó a una bajada sin precedentes de la valoración del Rey en las encuestas, que resultó imposible remontar.

Hubo varios amagos de don Juan Carlos de irse y hacer el traspaso de poderes en su hijo antes de tomar la decisión definitiva en Enero de 2014, casi un mes después del tropiezo durante la lectura del discurso en el acto de la Pascua Militar. Seis meses antes, habló con el entonces Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, para decirle que preparara todo desde un punto de vista legal porque se iba. Pero al poco tiempo, se arrepentía y volvía a considerar que su obligación era quedarse y no dar los pasos para el relevo en un momento tan complicado y difícil para la economía española y con un sentimiento de indignación tan fuerte entre los ciudadanos por las carencias que estaban sufriendo y también por el desprestigio de la institución debido al caso Noos y a la implicación de los duques de Palma en el sumario. Pero la decisión que tomó a finales de Enero del año pasado fue irreversible. Y así se lo comunicó en primer lugar a su heredero, el Príncipe de Asturias, y a la Reina Sofía.

El siglo en la Operación Relevo

La clave del éxito en la operación fue que se mantuviera en secreto y no trascendiera a la opinión publica hasta el momento que estuviera ya preparada para darla a conocer a todo el mundo. Un mérito que hay que atribuir a los responsables de la Casa del Rey –cinco en total- que supieron guardar silencio y que adoptaron medidas propias de una historia de espías para que nada se filtrara. Reuniones en las que las notas se destruían inmediatamente después para que nadie las viera, los documentos con lo que cada uno escribía sólo se guardaban en un lápiz de memoria y nunca en el disco duro, no se dejaban rastros de algún tipo que pudieran dar pistas de todo lo que se estaba haciendo: desde ver los pasos legales que había que dar, puesto que la abdicación en la Constitución estaba sin desarrollar, hasta el relato de los hechos que había que transmitir a los medios de comunicación en el momento oportuno. Sin dejar de preparar todos y cada uno de los detalles de la abdicación de don Juan Carlos, el momento del traspaso de poderes de padre a hijo, que se decidió hacerlo en el Palacio Real en vísperas de la proclamación, como debía ser el acto de jura y proclamación del nuevo Jefe de Estado, si se iba a invitar a los miembros de otras casas reales o no a la ceremonia de las Cortes o si era oportuno o no –finalmente fue que no- montar alguna celebración más vistosa y con más glamour, como una cena de gala en el Palacio Real con reyes y reinas, príncipes y princesas venidos del extranjero.

La fecha de abdicación

Una de las decisiones más delicadas que se debatieron en los prolegómenos del traspaso de poderes fue la elección de la fecha. Se barajaron por parte del reducido equipo de crisis de la Casa del Rey tres posibles días para anunciar la abdicación: el primero era el 26 de Mayo, justo la semana después de las elecciones europeas, pero que se descartó enseguida por creer que iba a estar demasiado próximo al resultado de los comicios. La segunda fecha que se consideró fue la que finalmente resultó elegida, el día 2 de Junio, y se decidió en una reunión que se celebró en el Palacio de la Zarzuela el jueves anterior, dia 29 de Mayo, en la que estuvieron presentes, además del Rey y el Príncipe de Asturias, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el entonces líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba y el Jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno. Dado el impacto que había causado el resultado electoral, con la irrupción de Podemos y sus cinco diputados obtenidos en la Eurocámara, el cónclave con la cúpula del Estado sirvió para ver claro que no se podía esperar más ya que posponer la fecha podía provocar que los trámites parlamentarios se retrasaran demasiado y se llegara al tiempo de vacaciones parlamentarias sin tener resuelto el relevo. Así que la maquinaria prevista para una operación de tanta trascendencia se puso en marcha sin que, hasta esos momentos, se hubiera producido una filtración de los planes de la familia real.

El día D

El 2 de Junio por la mañana, todos los miembros de la familia real estaban en Madrid: el Príncipe había regresado de un viaje a El Salvador a primera hora, la Reina Sofía había vuelto el día anterior de una reunión del grupo Bilderberg, celebrada en Copenhague, y la Princesa Letizia estaba en la residencia de los Príncipes en el recinto de Zarzuela. El Presidente del Gobierno, de acuerdo con los planes acordados, se desplazó a la residencia de los Reyes para recibir de manos de don Juan Carlos el escrito en el que le comunicaba su decisión de abdicar la Corona en su hijo. Y lo siguiente fue convocar a los medios de comunicación al Palacio de la Moncloa para asistir a una declaración del Presidente Mariano Rajoy.

El rumor de que lo que iba a comunicar Rajoy a los periodistas era la renuncia del monarca y su voluntad de hacer el relevo en la institución de la monarquía se extendió como un reguero de pólvora poco antes de que el propio Jefe de Gobierno lo confirmara. Todo se había desarrollado según los planes preparados durante la primavera por un escueto equipo que trabajó en perfecta coordinación.

Y así fue como don Juan Carlos llevó a cabo su propósito de ser el primero en efectuar el relevo generacional en una institución considerada arcaica y caduca por muchos pero que ha sido la primera en afrontar un asunto que la sociedad reclama ahora a sus dirigentes.