Las cooperantes españolas liberadas en Kenia llegan hoy a España

Las dos cooperantes españolas liberadas este jueves tras permanecer 21 meses secuestradas en Kenia viajarán en un avión de la Fuerza Aérea hasta España, a donde tienen previsto llegar a primera hora de este viernes.

Pasadas las 17:00 horas de ayer, Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmaba la feliz noticia: la liberación en buen estado de salud de Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, las dos cooperantes secuestradas desde el 13 de octubre de 2011 en el campo de refugiados de Dadaab (Kenia). Y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, lo confirmaba hora y media después. El punto y final del secuestro más largo de españoles en el extranjero. En concreto, han pasado 644 días en cautiverio, un año y nueve meses privadas de libertad. «Ambas se encuentran en buen estado de salud, están a la espera de unirse con sus seres queridos lo antes posible. Un equipo de MSF está ofreciendo todo el apoyo necesario a Montse y Blanca y sus familias, y trabaja firmemente para que el regreso a sus hogares se produzca cuanto antes», relataba el comunicado.

Del traslado de las dos cooperantes se ha encargado el Ministerio de Defensa, que envió ayer un avión de la Fuerza Aérea Española a Yibuti, para recoger a las dos españolas. Desde este país fronterizo con Somalia, que sirve de base de la «operación Atalanta» contra la «piratería» en el Índico, las dos liberadas iniciaron el viaje de regreso a España, donde estaba previsto que llegasen de madrugada, según confirmaron a este periódico fuentes de Defensa.

«Es una magnífica noticia para todos». Éstas fueron las palabras con las que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, mostraba su alegría por la liberación de las dos cooperantes secuestradas en Kenia en octubre de 2011, cuyas pruebas de vida, según dijo, «eran realmente difíciles de ver». El ministro señaló a los periodistas en Valencia que las dos cooperantes llegarán «muy pronto a España», tras haber vivido un cautiverio «extraordinariamente largo» y en el que Médicos Sin Fronteras, dijo, ha hecho una labor «realmente notable». Según precisó, en estos momentos sólo permanece secuestrado un ciudadano español en Colombia.

García-Margallo rehusó hablar de las negociaciones del rescate porque «de esos temas no se habla jamás», pero explicó que el Gobierno ha seguido este secuestro «desde el primer día» en que tomó posesión. El rapto, en octubre de 2011, se produjo a manos de un grupo armado de delincuentes comunes que, posteriormente, «las habrían vendido al grupo terrorista Al Shabaab, la marca de Al Qaeda en Somalia», según indicaron a este diario fuentes antiterroristas. Durante estos 21 meses de cautiverio, este grupo terrorista habría estado trasladando a las dos voluntarias «cada cierto tiempo», con el objetivo de que no fueran localizadas, señalan las citadas fuentes, que rechazaron pronunciarse sobre si el Gobierno o Médicos Sin Fronteras han pagado por el rescate.

Sobre este asunto, precisamente hace apenas un mes que el G-8 acordó en la cumbre de Belfast «rechazar tajantemente el pago de rescates» a cambio de la liberación de rehenes. Un acuerdo que tiene también implicaciones para otros países, incluido España, y que limita desde entonces el margen de maniobra de las autoridades españolas, que tuvieron que pagar ocho millones a AQMI por la liberación de tres catalanes en Mali, y otros 7,5 en 2012 al grupo terrorista instalado en Sahel, por poner fin al cautiverio de Ainhoa Fernández y Enric Goyalons.

La familia de Montserrat Serra, una de las dos cooperantes liberadas, celebró ayer la noticia en el bar de Palafrugell que regenta uno de sus tíos, informa Efe. Los familiares, que llegaron a lo largo de la tarde al establecimiento y permanecieron en su interior con puertas y persianas cerradas y una cinta que marcaba el límite al que podían acercarse los periodistas, rehusaron hacer ningún tipo de manifestación pública y trataban en las últimas horas de hacerse «a la idea» de la liberación, según explicó el alcalde de la localidad, Juli Fernández, en contacto con una familiar de la cooperante.