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Las últimas horas de la célula del 17-A

El sumario de los atentados incluye las imágenes de los yihadistas de Cambrils abatidos por los mossos

De los cinco yihadistas abatidos en Cambrils, tres de ellos eran menores de edad y cuatro portaban cinturones de explosivos en el momento en el que fueron interceptados por los Mossos d'Esquadra
De los cinco yihadistas abatidos en Cambrils, tres de ellos eran menores de edad y cuatro portaban cinturones de explosivos en el momento en el que fueron interceptados por los Mossos d'Esquadralarazon

El sumario de los atentados incluye las imágenes de los yihadistas de Cambrils abatidos por los mossos.

Apenas unas horas después de sembrar el pánico y asesinar a 15 personas y causar cientos de heridos en Las Ramblas de Barcelona, cinco de los integrantes de la célula yihadista del 17-A pusieron rumbo a Cambrils. Allí, esa misma noche, perpetraron otro ataque que dejó un muerto y siete heridos. El sumario de estos atentados, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, reconstruye cómo fueron las últimas horas de este grupo, desde que, poco antes de las diez de la noche, entraron en un comercio de esta localidad turística de Tarragona para comprar cuchillos y hachas, hasta que a la una de la madrugada fueron abatidos por agentes de la policía autonómica catalana.

Mousa Oukabir, Omar Hychami, Houssaine Abauya Aqoub –los tres, menores de edad–, Mohamed Hychami y Said Aallaa fueron los autores del ataque de Cambrils. Poco después de la una de la madrugada del 18 de agosto, el coche en el que viajaban alcanzó el Paseo Marítimo. Nada más atropellar a cinco peatones, se toparon con un puesto de control de los Mossos d'Esquadra e hirieron a un agente. Aunque en un primer momento lograron repeler los disparos de los policías, su vehículo terminó volcando en las proximidades del Club Náutico. Los cinco yihadistas salieron del coche armados con cuchillos. Cuatro de ellos fueron abatidos en el acto. Otro logró recorrer apenas unos metros, dejó otro herido en su camino pero terminó siendo alcanzado mortalmente por la actuación policial.

El sumario incluye las fotografías de los cinco terroristas abatidos sobre el asfalto. Cuatro de ellos llevaban adheridos cinturones explosivos que, finalmente, resultaron ser falsos. El informe de los mossos incorporado a la investigación de los atentados, relata cómo «tras volcar el vehículo los ocupantes se dirigieron con diversas armas blancas contra la dotación policial y fueron abatidos. Los abatidos llevaban colocados lo que parecían ser cinturones explosivos». Ello obligó, prosigue el informe, a que actuaran sobre el terreno efectivos del Área Tedax-NRBQ «para neutralizar diversos artefactos explosivos improvisados del tipo cinturón bomba». En las imágenes que publica este diario de los cinco yihadistas puede verse a tres de ellos con el cinturón enganchado al cuerpo.

La investigación realizada esa misma madrugada concluye que uno de los terroristas «se desprendió de uno de los cinturones», de forma que cuando los policías se enfrentaran a los atacantes pudieran observar que cuatro de ellos sí portaban explosivos en el torso. La conclusión de los Tedax desplazados al lugar de los hechos es contundente, según señala el informe: «Los artefactos que llevaban los terroristas son lo que se conoce policialmente como artefactos explosivos simulados o HOAX –engaño, en inglés–, en su nomenclatura internacional». Añade este documento que «pese a no tener carga explosiva, estos artefactos generan terror y permiten amedrentar y coaccionar a las personas que los ven, bajo la amenaza explícita o implícita de hacerlos explotar y ocasionarles la muerte».

De hecho, tal y como destacan los mossos, «las circunstancias en las cuales los exhibieron los terroristas, así como la similitud que presentaban con los artefactos explosivos improvisados reales» empleados en atentados en Túnez, París o Bruselas, «hicieron que la amenaza resultara creíble». Una circunstancia, la de la amenaza cierta, que obligó a los agentes a actuar: «Estos artefactos, en su apariencia externa, de forma visual y por su confección parecían a priori veraces e hicieron que la amenaza resultase auténtica», concluyen los Tedax. Tras el examen realizado a cada uno de los cinturones, concluye que están compuestos por «tres bultos envueltos en papel de aluminio y unidos entre ellos con cinta americana. Se observa un cable eléctrico que va de un bulto a otro simulando una conexión eléctrica». Trataron los terroristas de dar a los cinturones de bombas un aspecto lo más realista posible e incluyeron un elemento que simulaba «un pulsador para llevarlo en la mano y dar más credibilidad al artefacto».

Al margen de los cinturones adheridos al cuerpo, los agentes examinaron ese mismo día de madrugada el interior del coche en el que habían arrollado a cinco viandantes y a un policía. Allí encontraron dos garrafas de fertilizante que estaban llenas «de un líquido que desprendía un fuerte olor a gasolina», destaca el informe incorporado al sumario; un saco de carbón vegetal; un rollo de cinta americana «como la utilizada en la confección de los cinturones simulados» y el elemento que simula el «pulsador de accionado del cinturón».

El sumario también recoge las imágenes del yihadista Younes Abouyaaqoub abatido el 21 de agosto en Subirats. Como sus compañeros de Cambrils, el autor material del ataque en Las Ramblas, también llevaba adherido un cinturón de explosivos falso.

Otro de los informes incorporado al sumario, realizado a partir de los fotogramas de unas cámaras de seguridad, sitúa a los cinco terroristas a las 21:46 en un bazar de Cambrils. Allí, adquieren «reguladores de butano, cintas adhesivas, menaje de cocina, cuchillos y un hacha». Poco después, dos de ellos regresaron a la caja y compraron un saco de carbón vegetal. A las 21:56 abandonaron la tienda, pero apenas un minuto después, uno de ellos regresó para realizar una consulta a la dependienta y aprovecha para comprar pilas y otro objeto. Según los tickets de compra incorporados al sumario, gastaron en el bazar 83 euros.