Navarra

Los abertzales avisan: tienen la «llave» y hay que negociar con ellos

Su portavoz recuerda a Chivite que son imprescindibles para que prospere cualquier iniciativa

María Chivite / Efe
María Chivite / Efelarazon

Su portavoz recuerda a Chivite que son imprescindibles para que prospere cualquier iniciativa.

La abstención de Bildu, que servirá para que hoy sea investida la socialista María Chivite, no será gratis. El partido abertzale ya lo advirtió en el pleno de investidura de ayer. Se erigen como la «llave» para condicionar al Gobierno socialista y avisan de que cualquier decisión en el Parlamento de Navarra tendrá que pasar por sus manos. «La sociedad navarra nos ha dado la llave para condicionar lo que pueda hacer el Gobierno esta legislatura», era la frase con la que la portavoz de EH Bildu, Bakartxo Ruiz, consumaba el abrazo de los socialistas con los proetarras. «Somos la llave que puede abrir y cerrar puertas», advertía.

Bildu desvelaba también su doble objetivo tras facilitar con su voto la investidura: garantizar que UPN –que capitanea la coalición de Navarra Suma– siga en la oposición esta legislatura, por un lado, y para tratar de reinstaurar el camino que iniciaron cuando accedieron al gobierno en 2015 gracias al cuatripartito con Geroa Bai, Podemos e IE, como segunda finalidad. De aquella época queda ya ratificada la derogación de la Ley Foral de Símbolos de 2003, o la aprobación de la Ley Foral del Euskera, por la cual las entidades locales podían regular o fomentar el uso de la lengua materna. El mismo partido que hoy firma con el Partido Socialista es el que apoyaba a Geroa Bai en 2018 para arrinconar a la Guardia Civil en Navarra al tratar de transferir sus competencias a la Policía Foral.

El primer aviso al nuevo Ejecutivo que hoy echará a andar ya es público. «Cualquier iniciativa que se quiera sacar adelante se tendrá que hablar y negociar y va a ser necesario llegar a acuerdos, y si no se hace, no saldrá la iniciativa», dictaba la portavoz de Bildu. Enterraba también cualquier intento de giro del PSN al bloque de la derecha en esta legislatura al asegurar que su grupo había decidido «no bloquear» la investidura porque quieren «cerrarle la puerta a la recomposición del régimen que es tan perjudicial para Navarra, y junto con ello se trata de cerrarle a UPN la posibilidad de estar en el Gobierno y garantizar que permanezca en la oposición por lo menos una legislatura más».

La candidata socialista, María Chivite se subía ayer a la tribuna del Parlamento navarro convencida de que con el acuerdo con los nacionalistas y el apoyo de EH Bildu los «gurús del desastre tendrán que virar de posición cuando los hechos demuestren que éste será un Gobierno en esa centralidad» y que sus propuestas «no serán ni extrañas, ni sectarias, ni pondrán en riesgo nada ni supondrán ninguna catástrofe». Defendió el acuerdo entre la izquierda y el nacionalismo asegurando que «no es nuevo ni en España ni en Navarra» y que ya se ha demostrado eficaz cuando los actores se sitúan en la centralidad política. Evitó la socialista entrar a debatir sobre la controversia generada por el apoyo que su partido recibirá de Bildu hoy y solo remarcó que su fin es el de «actuar sin rencor» a pesar de lo que han tenido «que escuchar y vivir en todo este tiempo de trabajo hasta llegar aquí».

Respecto a ETA, la candidata a la Presidencia navarra destacó que la banda se disolvió hace año y medio y que, hasta llegar a ello, se han producido «casi mil asesinatos y un terror político que debe quedar en la memoria, pero también debe contar con el rechazo explícito y el reconocimiento del daño por parte de quienes tuvieron responsabilidad en ese camino que nunca debió emprenderse». Chivite defendió que la democracia «se tiene que fortalecer y el compromiso ético y el reconocimiento de los errores cometidos serán bienvenidos por una sociedad que demanda de sus representantes claridad y rotundidad en la condena y el rechazo del terrorismo, del fascismo, de las actitudes antidemocráticas y de la violencia». Sobre a la hoja de ruta de su Gobierno, desveló que las políticas que pondrá en marcha «serán equilibradas, sensatas, razonables y razonadas, y procuraremos siempre atender al interés general, porque un gobierno es una institución que trasciende a los partidos que la conforman». En todo caso, anticipó que éste «es un acuerdo de mirada larga, con una base que permitirá trabajar en el corto, medio y largo plazo».

Desde Geroa Bai, la presidenta en funciones de Navarra y portavoz del partido, Uxue Barkos, pidió a Chivite que el futuro gobierno de coalición no caiga «en falsos debates identitarios» de un derecha «en decadencia». Sobre el rechazo explícito a ETA verbalizado por la candidata socialista, Barkos aseguró que «hoy vivimos en paz y con el reconocimiento de todas las víctimas de ETA. Navarra es dueña de su propio destino y será lo que los navarros y navarras queremos». A su juicio, el de Geroa Bai es un «compromiso firme con las políticas de progreso y convivencia».