Moción de censura

Los barones vuelven al «secesionistas, no»

Quieren un pacto con Cs y Podemos, mientras su líder descarta elecciones ya como pide Rivera.

Los barones vuelven al «secesionistas, no»
Los barones vuelven al «secesionistas, no»larazon

Quieren un pacto con Cs y Podemos, mientras su líder descarta elecciones ya como pide Rivera.

Vuelve el callejón sin salida. Las estrategias de la dirección federal y los barones autonómicos difieren sobre cómo sacar adelante la moción de censura a Mariano Rajoy. Suponiendo que el verdadero objetivo sea desalojar al presidente del Gobierno de La Moncloa y no desgastar al líder de Ciudadanos, como reconocen algunos dirigentes. Si Pedro Sánchez volvió ayer a cerrar la puerta a Albert Rivera y su convocatoria inmediata de elecciones, los barones territoriales le advirtieron –como ya hicieran en 2015– que un gobierno no puede «pender ni depender de los independentistas» y que la vía a explorar es un pacto con naranjas y morados para la que se deben hacer mayores «esfuerzos» negociadores. «El eje debe ser lo más transversal posible, porque ésta es una moción ética, lo que no es incompatible con la aritmética», señaló un presidente autonómico.

Esta aritmética es la que preocupa a algunos barones. «Si hace unas semanas no nos salían las cuentas para una investidura, ¿qué cuentas estamos haciendo ahora?, se preguntó Emiliano García-Page que, a renglón seguido, apuntó: «Quiero creer a Ábalos y a Sánchez cuando dicen tener muy claro que no vamos a plantear nada con los independentistas». En la misma línea, Susana Díaz recordó el compromiso de la dirección de no impulsar «acuerdos ni contrapartidas» con soberanistas. Ferraz no pretende emprender ninguna negociación con los partidos de corte secesionista, pero no renuncia a sus votos. Los llamamientos de Sánchez apelando a la «responsabilidad» de los diputados se siguen dirigiendo hacia los 350 que componen el Congreso. A pesar de que «no se cuenta» con esos apoyos, algunos dirigentes también alertan sobre el riesgo de «depender de ellos» y señalan que la opción «más razonable» es la de Cs y Podemos.

Sin embargo, Sánchez volvió ayer a cegar la vía de entendimiento con Rivera al descartar las elecciones inmediatas que le exige el líder naranja. El secretario general del PSOE dejó claro ante el Comité Federal que si llega al poder, antes de llamar a las urnas, primero restablecerá la «normalidad» institucional: «Censura, estabilidad y, luego, elecciones. Es la hoja de ruta». Los socialistas quieren mantener el poder unos meses, reactivar una agenda de «regeneración» y después propiciar el adelanto electoral que podría hacerse coincidir con las municipales, autonómicas y europeas. Pero nada más allá. Sánchez no adelantó ni un ápice de su estrategia en un discurso que se articuló en las mismas líneas que cuando el viernes presentó la moción: Rajoy sí o no, desvinculándolo del debate de la integridad territorial.

El líder socialista reconoció que la «democracia no puede estar encabezada por un Gobierno bunkerizado» y que su partido «no tenía otra opción» que presentar la moción. «Una salida constitucional a una emergencia institucional, ante la que el PSOE ha asumido su responsabilidad», destacó. Y es precisamente a esa responsabilidad, la de los 350 diputados del Congreso, a la que apeló Sánchez. El secretario general socialista consideró que es una medida «suficientemente motivada» después de que el Gobierno se instalara en el inmovilismo. «Gürtel era el PP y el PP era Gürtel. El único camino de Rajoy era dimitir, el tiempo de no hacer nada acabó», dijo Sánchez.

El líder del PSOE «tendió la mano» a todos aquellos partidos que consideren «inaceptable» esta situación. «La pregunta que deben hacerse los 350 diputados es si después de la sentencia de Gürtel, Mariano Rajoy puede seguir siendo presidente del Gobierno, ¿sí o no?», les espetó. Sánchez reiteró lo que ya anticipó el lunes, que la moción de censura persigue impulsar «un gobierno del PSOE que garantice la convivencia y el orden constitucional».

Tal como se preveía, el Comité Federal escenificó un cierre de filas con la moción de censura. «No había otro remedio, si no tomábamos nosotros la iniciativa, lo harían otros», comentó un dirigente.